Salas Fumás: “los ahorradores no saben en qué se invierte su dinero ni tienen poder sobre ello”

Desde los consejeros delegados hasta los filántropos, pasando por gestores de inversión, banqueros, bancos de inversión, prestadores de hipotecas, operadores en mercados, aseguradoras, lobbys, reguladores, contables y auditores, educadores financieros de los bienes públicos, legisladores, incluso alguno más. Aunque la respuesta no parece sencilla, Vicente Salas Fumás, Catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza, trató ayer de arrojar luz sobre esta cuestión en su intervención en el XXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de la Fundación ÉTNOR.

Lo que sí destacaron tanto el ponente como la encargada de su presentación, Isabel Giménez Zuriaga, Directora de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, es que la prosperidad de muchos países ha ido de la mano de la prosperidad de los mercados, por lo que es necesario “debatir con calma las ventajas y desventajas de los mismos, desde la perspectiva de que son creaciones humanas, y que por tanto tenemos cierto poder sobre ellos”.

Entre las ventajas el Catedrático destacó que permiten desacoplar renta y consumo, y también riqueza personal y emprendimiento. “Sin mercados financieros solo podrían ser empresarios los que tuvieran capital para ello. Por lo que los mercados contribuyen a la igualdad de oportunidades y el acceso al crédito”. Contribuyen también a un aumento de la competencia y a la innovación, permitiendo asumir los riesgos necesarios para ello.

La contraparte negativa, porque “los mercados no son perfectos”, es que contribuyen a la concentración de riqueza y poder y, por ende, a la desigualdad social. “Las retribuciones más altas están en personas que trabajan en el sector financiero”. Operan desde la opacidad y sin control social, “los ahorradores no saben en qué se invierte su dinero ni tienen poder sobre ello”; fomentan el “comportamiento de rebaño, porque las decisiones se toman con mucha rapidez”; contribuyen a la inestabilidad y volatilidad del crecimiento; y las ganancias muy rápidas fomentan también que los mejores talentos vayan a actividades especulativas, enfocadas al corto plazo, con lo que distraen recursos de la actividad real a favor de la especulación improductiva.

¿El futuro? Es incierto. Salas Fumás planteó más cuestiones que respuestas, como es obvio, pero la mayoría de datos y expertos apuntan en una dirección: “tenemos que concentrar la atención en la innovación. Nos jugamos el futuro de la economía en el capital riesgo y el emprendimiento”. Va a seguir siendo necesaria la financiación pública, pero hay que reconocer la importancia de la función social de los mercados financieros, contrarrestar las patologías y externalidades negativas a través de cambios regulatorios; clarificar mejor las relaciones entre la banca de inversión y la banca comercial; exigir a los bancos un mayor control y más Buen Gobierno; responder al problema creciente de la desigualdad; fomentar la educación financiera como forma de democratizar y humanizar las finanzas; estudiar los modelos alternativos, como la banca ética y, sobre todo, “encontrar esos nuevos instrumentos financieros que mejoren la asignación de riesgos y permitan el emprendimiento”.

En este sentido, Salas Fumás destacó el modelo de “emprendimiento cooperativo” o capitalismo de autogestión que se está desarrollando en los países anglosajones, donde gran parte de la financiación viene de modo cooperativo a través de stock options y otras formas de aportación de capital. “Deberíamos ir evolucionando hacía un mayor control del capital en los conocedores del capital humano, en las personas, a través de la empresa cooperativa. Y encontrar los instrumentos que ayuden a minimizar el riesgo de este modelo, que es la concentración del capital financiero y humano en las mismas personas porque  si se desbloqueara esto, el emprendimiento y la innovación tendrían un empujón importante. La clave es conseguir que el capitalismo evolucione hacia un control de los que aportan el capital humano”, concluyó el ponente.

 

 

Salas Fumás: “los ahorradores no saben en qué se invierte su dinero ni tienen poder sobre ello»

Desde los consejeros delegados hasta los filántropos, pasando por gestores de inversión, banqueros, bancos de inversión, prestadores de hipotecas, operadores en mercados, aseguradoras, lobbys, reguladores, contables y auditores, educadores financieros de los bienes públicos, legisladores, incluso alguno más. Aunque la respuesta no parece sencilla, Vicente Salas Fumás, Catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza, trató ayer de arrojar luz sobre esta cuestión en su intervención en el XXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de la Fundación ÉTNOR.

Lo que sí destacaron tanto el ponente como la encargada de su presentación, Isabel Giménez Zuriaga, Directora de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros, es que la prosperidad de muchos países ha ido de la mano de la prosperidad de los mercados, por lo que es necesario “debatir con calma las ventajas y desventajas de los mismos, desde la perspectiva de que son creaciones humanas, y que por tanto tenemos cierto poder sobre ellos”.

Entre las ventajas el Catedrático destacó que permiten desacoplar renta y consumo, y también riqueza personal y emprendimiento. “Sin mercados financieros solo podrían ser empresarios los que tuvieran capital para ello. Por lo que los mercados contribuyen a la igualdad de oportunidades y el acceso al crédito”. Contribuyen también a un aumento de la competencia y a la innovación, permitiendo asumir los riesgos necesarios para ello.

La contraparte negativa, porque “los mercados no son perfectos”, es que contribuyen a la concentración de riqueza y poder y, por ende, a la desigualdad social. “Las retribuciones más altas están en personas que trabajan en el sector financiero”. Operan desde la opacidad y sin control social, “los ahorradores no saben en qué se invierte su dinero ni tienen poder sobre ello”; fomentan el “comportamiento de rebaño, porque las decisiones se toman con mucha rapidez”; contribuyen a la inestabilidad y volatilidad del crecimiento; y las ganancias muy rápidas fomentan también que los mejores talentos vayan a actividades especulativas, enfocadas al corto plazo, con lo que distraen recursos de la actividad real a favor de la especulación improductiva.

¿El futuro? Es incierto. Salas Fumás planteó más cuestiones que respuestas, como es obvio, pero la mayoría de datos y expertos apuntan en una dirección: “tenemos que concentrar la atención en la innovación. Nos jugamos el futuro de la economía en el capital riesgo y el emprendimiento”. Va a seguir siendo necesaria la financiación pública, pero hay que reconocer la importancia de la función social de los mercados financieros, contrarrestar las patologías y externalidades negativas a través de cambios regulatorios; clarificar mejor las relaciones entre la banca de inversión y la banca comercial; exigir a los bancos un mayor control y más Buen Gobierno; responder al problema creciente de la desigualdad; fomentar la educación financiera como forma de democratizar y humanizar las finanzas; estudiar los modelos alternativos, como la banca ética y, sobre todo, “encontrar esos nuevos instrumentos financieros que mejoren la asignación de riesgos y permitan el emprendimiento”.

En este sentido, Salas Fumás destacó el modelo de “emprendimiento cooperativo” o capitalismo de autogestión que se está desarrollando en los países anglosajones, donde gran parte de la financiación viene de modo cooperativo a través de stock options y otras formas de aportación de capital. “Deberíamos ir evolucionando hacía un mayor control del capital en los conocedores del capital humano, en las personas, a través de la empresa cooperativa. Y encontrar los instrumentos que ayuden a minimizar el riesgo de este modelo, que es la concentración del capital financiero y humano en las mismas personas porque  si se desbloqueara esto, el emprendimiento y la innovación tendrían un empujón importante. La clave es conseguir que el capitalismo evolucione hacia un control de los que aportan el capital humano”, concluyó el ponente.

¿Ética o crisis? La distribución de la responsabilidad

Durante la lección inaugural del curso académico 2012/2013 de la Universitat Jaume I, el Dr. Domingo García-Marzá señaló que esta crisis económica y social que estamos soportando «tiene mucha relación con una crisis moral, no el sentido de un vacio de valores, sino en el más básico de una desmoralización, de una falta de valor y fuerza para transformar la realidad”.

En este sentido, el catedrático de ética de la Universitat Jaume I puntualizó que desde la biología se entiende que un organismo se encuentra en estado de crisis «cuando tiene más problemas que posibilidades o recursos para resolverlos y, por tanto, corre el peligro de desaparecer”. Y eso es precisamente lo que está sucediendo «con nuestras democracias y con el sentido de muchas de las instituciones que hasta ahora sostenían nuestra forma de entender y de vivir la vida en común”.

“Ética o crisis”, un grafiti pintado sobre el puente de una autopista española a la altura de Almenara, nos ayuda a comprender todo este proceso. Nos muestra ese saber moral que se encuentra implícito en nuestra sociedad y que intuitivamente conocemos aun no siendo expertos de la reflexión ética. Significa ¿qué vas a hacer tú?, recordándonos que “la responsabilidad siempre es compartida, por más distribuida que esté”. De esta forma, García-Marzá acabó la lección inaugural del curso académico 2012/2013 recordando que desde la teoría ética ni hay ni se pretende dar una respuesta para salir de la crisis, pero sí ofrecer orientaciones para seguir el camino correcto para hallarla. Buscar soluciones sin tener en cuenta ese saber moral implicito puede agravar todavía más la situación actual y, por consiguiente, alargar la salida de la crisis.

Puedes descargar la lección inaugural del curso académico 2012/2013 impartida por el Dr. Domingo García-Marzá en: http://www.uji.es/bin/infoinst/actes/inaugura/1213/lic.pdf

¿Quiénes son los mercados? El nuevo marco de financiación de las empresas

La segunda sesión del XXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de la Fundación Étnor, dedicado esta edición a Las oportunidades de la empresa en el nuevo contexto europeo, contará con la presencia Vicente Salas Fumás, Catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Zaragoza. Con la conferencia titulada Quiénes son los mercados? El nuevo marco de financiación de las empresas, el profesor Salas abordará la cuestión de la financiación de la empresa, un tema muy actual y un elemento clave para desarrollo actual de la empresa.

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