Bienes relacionales y recursos morales. Una relación necesaria

Patrici Calvo, 11/10/2013
La publicación de ‘Oxytocin Increases Trust in Human’ (Kosfeld et al., 2005) mostró empíricamente lo que muchos filósofos, economistas y sociólogos han defendido durante décadas: la ‘confianza’ se halla detrás del éxito o fracaso de las relaciones interpersonales, incluso en contextos altamente competitivos como los económicos. Sobre todo porque un aumento en los niveles de confianza entre agentes genera que éstos asuman mayores riesgos a hora de cooperar, aun cuando no exista ningún tipo de coerción externa que garantice los acuerdos y controle los procesos a lo largo del tiempo. Un hecho que minimiza los costes de transacción y posibilita una mayor sostenibilidad de la actividad.
Precisamente, durante los últimos veinticinco años la Università di Bologna ha estado llevando a cabo un estudio interdisciplinar sobre lo que consideran uno de los mecanismos de cohesión y coordinación de la acción genuinos y más importantes de la sociedad civil: los “bienes relacionales”, un capital intangible cuyas especiales características mantienen una gran similitud con el concepto de ‘recursos morales’ trabajado desde la Universitat Jaume I de Castellón entre otras.
El término ‘bienes relacionales’ fue acuñado por primera vez por la filósofa Martha Nussbaum a través de sus estudios sobre Aristóteles en The Fragility of Goodness: Luck and Ethics in Greek Tragedy and Philosophy(1986), pero desarrollado al mismo tiempo por la propia Nussbaum, el sociólogo Pierpaolo Donati, el economista Benetto Gui y la politóloga Carole Uhlaner. Nussbaum entiende por ‘bienes relacionales’ aquellas “experiencias humanas en las que el bien es la relación por sí misma”; como puede ser la confianza, la reciprocidad, la amistad, la participación democrática o el compromiso civil, formas específicas de bienes que nacen y mueren con la relación y que permiten el establecimiento de interacciones estables entre instituciones, organizaciones, empresas o agentes económicos. De esta forma, los ‘bienes relacionales’ mantienen ciertas características que lo convierten en un tipo de capital social especial: a) nacen y mueren en la relación misma; b) no pueden ser instrumentalizados; c) son intangibles; d) crecen con el uso; y e) permiten a las instituciones, organizaciones, empresas y agentes económicos llevar a cabo diferentes acciones para satisfacer objetivos comunes.

Desde su aparición, los ‘bienes relacionales’ han sido trabajados con el objetivo de intentar dar respuesta a los nuevos desafíos del desarrollo económico, social y humano del siglo XXI. Precisamente, muchos de estos trabajos han detectado que la falta de una correcta generación y potenciación de este tipo de bienes es la principal causa de la actual insostenibilidad del mercado y la sociedad, así como de las instituciones, organizaciones y empresas implicadas. Al haberse forjado ambas esferas desde los supuestos beneficios del individualismo, han generado un déficit de relacionalidad que ha limitado tanto el desarrollo económico como social y humano.

Por otro lado, el término ‘recursos morales’ fue acuñado por el economista alemán Albert O. Hirschman en “Against parsimony: Three Easy Ways of Complicating some Categories of Economic Discourse”, y trabajado conceptualmente por el propio Hirschman, por los sociólogos alemanes Karl Offe y Ulrich K. Preuss, y por el filósofo español Domingo García-Marzá entre otros.

De sus estudios subyace la idea de un tipo de recurso que se encuentra estrechamente vinculado con nuestras expectativas sobre a) la experiencia y el conocimiento sobre la continuidad del orden natural y social; b) la competencia y las habilidades y capacidades técnicas de los agentes y las instituciones, organizaciones y empresas vinculadas; c) los intereses en juego de los demás. De ahí que, como argumenta García-Marzá, tras la reconstrucción de las condiciones de posibilidad que subyacen a toda relación de confianza, este tipo especial de ‘capital social’ emerge como un ‘recurso moral’, mostrando la función social que puede cumplir la ética en los diferentes campos de actividad humana. Es decir, se explicita como un ‘recurso’ porque permite a los agentes llevar a cabo diferentes acciones gracias, en parte, a que posibilita el establecimiento de relaciones interpersonales y la coordinación de sus propios objetivos con los objetivos de las otros agentes implicados con los planes de los demás agentes económicos, ya sean particulares o colectivos. Y se muestra como ‘moral’ porque no sólo se deja asesorar por lo convencional, por creencias, valores y normas compartidos por una determinada comunidad, sino, y por encima de todo, por la razón práctica, por la capacidad humana de dejarse orientar por juicios morales.

Desde mi punto de vista, no se trata de dos formas diferentes de capital social. Aunque los bienes relacionales se preocupan principalmente de cómo lograr la felicidad o autorrealización de las personas, de ellos subyace la misma estructura comunicativa que caracteriza todo recurso moral. Y aunque los recursos morales se centran especialmente en cuáles son las condiciones de posibilidad de su generación y potenciación, no por ello dan la espalda a los máximos de felicidad de las sociedades y sus ciudadanos. Desde una ética pública cívica como la que defiende Adela Cortina, máximos de felicidad y mínimos de justicia son dos caras de la misma moneda. Los máximos, por cuyo desarrollo se preocupan los bienes relacionales, se constituyen firmemente desde los mínimos de justicia de las sociedades maduras, aquellas con un nivel post-convencional de desarrollo moral. Mientras que los mínimos, por cuyo desarrollo se preocupan los recursos morales, se alimentan y actualizan desde los máximos de felicidad de las sociedades. Por consiguiente, felicidad y justicia van de la mano. La una motiva y enriquece, la otra justifica y legitima.

Marcelino Oreja: «“El gran fallo es que no se ha tomado en serio una gobernanza económica que acompañe a la unión monetaria”

El ex Ministro de Asuntos Exteriores de la transición española, Marcelino Oreja, fue el encargado de clausurar anoche en Valencia el XXII Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial de la Fundación ÉTNOR con la conferencia titulada “El futuro de la Unión Europea: ¿Integración o disolución?
Adela Cortina, directora de la Fundación y la primera mujer en entrar a formar parte de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, del que Oreja es ahora su Presidente, fue la encargada de presentar al ponente, a quien definió como “un Español que está abierto al mundo. Una persona que tiende puentes a donde quiera que va. Y alguien que siempre mira hacia delante, alguien que tiene esperanza”. Algo que es hoy “un deber moral”, concluyó Cortina.
Oreja  reconoció que el título propuesto para la conferencia era del todo provocador, aunque “como europeísta penitente lo agradezco, ya que me ha obligado a reflexionar al respecto”.  Sin embargo, el diplomático declaró al instante no ser “imparcial en el tema de la integración”. “Es necesario más Europa para hacer frente a los retos”. “Tenemos que aprender a pensar como europeos”.
El ponente destacó ante todo los resultados del proceso europeo, unos resultados “inimaginables”, integrando países con sistemas políticos basados en los principios de libertad, pluralismo y tolerancia, la defensa de los derechos humanos y las libertades. “Propiciando, lo que a veces se olvida, el más largo periodo de paz de la época contemporánea”. Alcanzando elevadas cotas de bienestar material y progreso social para los europeos y “el desmoronamiento de aquel telón de acero que separaba a los europeos libres de los oprimidos”. Superando el Estado Nación, y defendiendo la democracia como sistema para encauzar las opiniones divergentes en una sociedad libre y plural.
Pero también reconoció las grandes deficiencias del modelo europeo. “El gran fallo –afirmó- es que no se ha tomado en serio una gobernanza económica que acompañe a la unión monetaria”. Junto con la falta de concreción de la unión bancaria y fiscal. “La crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con un Banco Europeo Central prestamista en última instancia que permita reducir las primas de riesgo”.
Oreja ofreció otras propuestas para superar estas deficiencias. A corto plazo, completar la unión bancaria; combinar medidas de austeridad y crecimiento, “ya que se han hecho muy pocas de las segundas hasta la fecha”; crear un Ministerio de Finanzas Europeo o atribuir a la Comisión las funciones propias del mismo, con competencias en armonización fiscal y presupuesto, “para lo que es necesario aumentar su presupuesto, que en la actualidad está en el 1%”. La creación de un Tesoro Europeo, entre cuyas competencias estaría la emisión de eurobonos, y crear un instrumento de mutualizacion de la deuda serían otras de las propuestas.
En el ámbito político para que el gobierno europeo funcione, Oreja destacó la necesidad de una vuelta a la esencia del método comunitario. “Es preciso articular un espacio político común capaz de hacer jugar en un mismo tablero una pluralidad de intereses y actores no solo nacionales”. Para lo que dotar de mayor legitimidad y visibilidad a la Comisión, la institución que representa el interés general europeo, es según el ponente fundamental. Al final “el gobierno económico europeo requiere el fortalecimiento de la democracia europea así como avances decididos en la politización del sistema institucional”.
Como colofón a su intervención, Marcelino Oreja concretó estas propuestas en una serie de medidas “más urgentes” para el próximo Consejo Europeo que tendrá lugar a finales de esta semana, y que “confío que puedan obtener una respuesta del mismo, ya que son las medidas que más preocupan a los ciudadanos y que deben adoptarse con la mayor urgencia”. “El test de credibilidad de la Unión Europea en ese Consejo va a ser –destacó Oreja- la unión bancaria. La existencia de un mecanismo de supervisión, resolución y garantía de depósitos únicos financiados por las entidades financieras que evitará lo que está ocurriendo ahora: los grandes rescates bancarios financiados por los Estados miembros de la Unión”. “Estoy convencido de que esa crisis no se hubiera producido si la eurozona hubiera estada dotada de una Unión Bancaria”.
Las otras dos grandes urgencias que Oreja destacó es facilitar el crédito para las pyme e impulsar el empleo juvenil. “En Europa hay 24 millones de parados, pero también tenemos 24 millones de pyme. La mejor manera de atajar el paro es la financiación de los proyectos de las pequeñas y medianas empresas y para ello el Banco Europeo de Inversiones puede jugar un papel capital”. Se han creado cuantiosos fondos para estas cuestiones, pero ahora “lo que debemos es asegurarnos de que los fondos lleguen a los destinatarios cuanto antes mediante programas eficaces y eficientes”.


La participación de los stakeholders internos, factor clave para una gestión ética y responsable de la empresa

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Patrici Calvo,
Desde la literatura de la Ética Empresarial, y sobre todo desde su propuesta dialógica de la Escuela de Valencia, gestionar la participación de los Stakeholders internos de la empresa permite a ésta generar al menos un doble beneficio: estratégico y comunicativo. Ambos son condición de posibilidad para llevar a cabo correctamente su actividad y, por consiguiente, no deberían ser descuidados por la organización si su deseo es resolver la conflictividad interna y, de ese modo, generar a medio y largo plazo el mayor valor posible. En este sentido, como destaca en diferentes momentos el propio Libro Verde de la Comisión Europea (COM 2001), atender a la posible participación de los Stakeholders internos en la gestión empresarial es uno de los factores claves para optar a generar, desarrollar y potenciar tales beneficios en la empresa. Por este motivo, a continuación se expondrá en qué consisten ambos beneficios y cómo potenciar la participación de los Stakeholders internos permite optar a ellos.

Desde el punto de vista estratégico, la Ética Empresarial entiende que el desarrollo de una participación interna que no excluya a ninguno de los implicados en la actividad empresarial permite a la empresa aumentar su competitividad en el mercado. Tres cuestiones al menos apuntan en esta dirección:

1.  En primer lugar por el mayor flujo de ideas que genera, un hecho relevante para captar creatividad, generar innovación y mejorar su eficiencia. Más si cabe teniendo en cuenta la actual coyuntura de crisis económica, donde los recursos humanos disponibles para la empresa se han visto mermados por la constante reducción de las plantillas, con la consiguiente ralentización del proceso y la minimización del beneficio.

2.  En segundo lugar por ser un posible elemento de diferenciación de mercado que permita atraer futuras inversiones. Sin ir más lejos, durante la reciente elaboración en 2009/2010 del nuevo Código de Buen Gobierno para las Sociedades Cotizadas se ha podido constatar la expectativa del accionariado por asumir un mayor protagonismo en la gestión empresarial. Actualmente tales reivindicaciones muestran un carácter altamente estratégico. Básicamente se centran en el interés de éstos por controlar los incentivos de los diferentes directivos y consejeros delegados de las compañías. Pero no cabe duda que detrás de todo ello se observa un trasfondo mucho más amplio en el cual se hacen visibles otras cuestiones igualmente importantes, como la búsqueda de reconocimiento y la exigencia de dignidad y de justicia. Por ese motivo, satisfacer tales exigencias puede convertirse en un factor positivo que permita a la empresa decantar la balanza a su favor ante futuros nuevos inversores. Ante similares perspectivas de beneficio económico, la participación ofrece al inversor un valor añadido que puede ser fundamental a la hora de elegir el lugar donde invertir el capital.

3. Y finalmente, en tercer lugar por el incremento de la motivación y la afiliación que puede generar en los trabajadores y proveedores, lo cual mejora el clima laboral y los vínculos de pertenencia, aumentando con ello la productividad y calidad de los bienes y servicios que oferta y, por consiguiente, la maximización del beneficio. Más allá del homo economicus, altamente individualista y potencialmente egoísta, cabe pensar hoy en un ser que ve en la reciprocidad –practicada tanto en la esfera social como también en la económica– uno de los motores de la felicidad individual y colectiva, uno de los factores que posibilita la satisfacción de los diferentes objetivos de vida buena de cada uno de los agentes de una determinada comunidad o empresa. En opinión de Zamagni, “Hoy sabemos que el progreso civil y económico depende básicamente de cuán difundidas estén las prácticas de reciprocidad entre sus ciudadanos. Sin el reconocimiento mutuo de una común pertenencia, no hay eficiencia ni acumulación de capital que valga” (2009:16).

A través de esta cita podemos comprender la importante de la participación dentro de la empresa, el reconocimiento de las capacidades participativas de todos los agentes implicados en la actividad empresarial y la implementación de políticas internas dirigidas a su potenciación y desarrollo. A través de ésta es posible establecer posibles relaciones de gratitud entre los diferentes agentes internos que, de esta forma, permiten generar unos vínculos de pertenencia y un buen ambiente laboral que posibilita, al mismo tiempo, tanto un incremento de la eficiencia para la empresa –con el consiguiente aumento de sus beneficios– como un mayor logro de los diferentes proyectos particulares y colectivos de sus agentes y grupos internos.

Pero además de las estratégicas, otras cuestiones relativas a la participación han surgido con fuerza en el ámbito empresarial. La Ética Empresarial, y sobre todo desde la propuesta dialógica de la Escuela de Valencia, apunta hacia una participación de los Stakeholders internos de la empresa que no sea concebida únicamente como un instrumento con el cual satisfacer un interés particular de un determinado grupo. Además se trata de un recurso cuya implementación permite a la organización generar las condiciones propicias para resolver  la conflictividad interna y optar, de este modo, a la gestión de los recursos morales o intangibles que permiten su actividad, tales como la confianza o la reputación (García-Marzá,2004:166). En este sentido, cinco ideas muestran el valor intrínseco que mantienen la participación en la generación del beneficio comunicativo para la empresa.

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Adela Cortina: “Es tiempo de que las empresas cuenten buenos cuentos”

Carmen Martí,La comunicación es hoy en día uno de los aspectos fundamentales en la gestión empresarial. En el modelo de empresa plural actual, la relación de la organización con sus grupos de interés es una cuestión vital, “un factor de supervivencia para la empresa”. La Catedrática de Ética y directora de la Fundación ÉTNOR, Adela Cortina afirmaba ayer estas palabras en la inauguración del Seminario ÉTNOR de Ética Económica y Empresarial, que celebra este año su 21ª edición.

Cortina incidió en la necesidad que tienen las empresas de “comunicar bien lo que hacen”; de comunicarlo internamente, a través de mecanismos como los códigos éticos, y de comunicarlo externamente; a través de memorias o informes de sostenibilidad. Sin esta comunicación eficaz y veraz es imposible que las empresas generen confianza. Pero además, “las empresas han de dotarse de una narrativa empresarial. Contar buenos cuentos, porque si no otros los contarán por nosotros”.

Cortina hacía alusión con esta llamativa expresión a una corriente reconocida a nivel internacional desarrollada en los años 90 del S. XX, el Storytelling -el cuentacuentos- un giro narrativo que se está imprimiendo a las ciencias sociales. Según esta corriente, cada empresa tiene una historia y cuando la cuenta va reconstruyendo su identidad, los valores que le importan y hacia dónde quiere ir. Así, la razón de ser de la organización, sus valores y el futuro se convierten en la esencia que toda empresa tiene que saber comunicar, pues no vale cualquier manera, “la empresa tiene que sintonizar con sus públicos”, destacó la Catedrática.

En cuanto a las ventajas de los relatos como método de comunicación Cortina destacó al menos cuatro: “porque las historias tienen más poder que los informes; porque vinculan emocionalmente con el receptor, porque son más fáciles de recordar que las estructuras y los conceptos y, por último, porque el relato tiene sentido por sí mismo y goza de un contexto. Tiene una capacidad comunicativa y pedagógica que no tienen otras herramientas, aunque no por ello son menos importantes que ésta”.

Desde esta perspectiva, cada empresa debería hacerse cuatro preguntas básicas: ¿Cuál es mi historia? ¿Estoy viviendo la historia que quería vivir? ¿Qué historias quiero que mis clientes cuenten de mí? y ¿Qué historias contarían mis empleados de la empresa?

A lo que la ponente matizó: “que una empresa tenga que contar relatos no significa que tenga que contar cuentos chinos. Esta es una mala opción, se cuenta unos cuentos o se cuentan otros, y habría que optar por contar buenos cuentos. Como bien se sabe en política”.

Cortina destacó, en la línea de su último libro que sale estos días a la venta Neuroética y neuropolítica. Sugerencias para la educación moral, que existen unas bases cerebrales para que las personas seamos seres cuentacuentos: “el cerebro humano es más un procesador de historias que un procesador lógico. El cerebro humano hace mapas, crea marcos de valores, para que nos orientemos, que están entrañados en nuestras emociones. No conoce hechos aislados, sino que genera marcos donde se sitúan los hechos. Y esos marcos están ligados con el lenguaje. Por estas razones contamos relatos, porque los relatos son marcos, y nos permiten entender los hechos, dan sentido a los mismos. Al fin y al cabo los seres humanos tenemos más necesidad de sentido que de felicidad”.

Para terminar la ponente recogió la importancia de recuperar los “héroes” al modo de los relatos homéricos, los “excelentes”, “los que desarrollan la capacidad por encima de la media, y que la sociedad los quiere no por ser excelentes sino porque ponen la excelencia al servicio de la comunidad”. Uno puede conocer una sociedad por cuáles son sus personajes, y en ese sentido es fundamental que las empresa cuenten buenos relatos para que los empresarios se conviertan en referentes de los ciudadanos, sean admirados por el trabajo que realizan, por generar riqueza y empleo, “y puedan ser los protagonistas de una buena sociedad”.

Y concluyó: “los seres humanos vivimos más de cuentos que de cuentas. Y no vale aquello de que lo que no son cuentas son cuentos, pues precisamente en la economía, como estamos viendo en los últimos años, hay más cuentos que cuentas”.


Cuenta atrás para el XX Congreso EBEN 2012: “La imagen de la empresa en el Siglo XXI”

Valencia acogerá este mes de junio el XX Congreso anual de la Asociación de Economía, Ética y dirección, EBEN 2012, organizado por la Fundación Etnor con el lema ‘La imagen de la empresa en el Siglo XXI’, según informa en un comunicado.
   En el encuentro, que se celebrará del 20 al 22 de junio, se tratarán cuestiones como la interactuación entre empresa y sociedad en la actualidad, la reputación de la empresa, la relación de la empresa con sus grupos de interés, la crisis de confianza en empresas e instituciones y la divergencia entre los esfuerzos de la empresa por generar una buena imagen y la escasa credibilidad que genera en la sociedad.
   Otro de los ámbitos del congreso serán los nuevos enfoques desde las neurociencias aplicadas a la empresa y la economía, como son el neuromarketing y la neuroeconomía. 
   El profesor de Economía Política de la Universidad de Bolonia y autor de Por una Economía del Bien Común, Stefano Zamagni, inaugurará el congreso con una conferencia sobre el papel de las emociones en la economía.
   Entre los ponentes que ya han confirmado su presencia se encuentran también Justo Villafañe, creador del Monitor de Reputación Corporativa en España Merco, que hablará de lo qué piensan los españoles de las empresas; el Catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona Antón Costas, que ofrecerá una lectura ética de las instituciones financieras, y los Catedráticos de Ética Jesús Conill y Domingo García-Marzá, encargados de presentar el novedoso tema del Neuromarketing y la Neuroeconomía.
   El congreso está abierto a presentar comunicaciones y se ha ampliado el plazo de envío de resúmenes hasta este viernes, 25 de mayo. Los interesados pueden obtener más información en la web ‘http://etnor.org/congresoeben2012‘.
   La Asociación EBEN España, rama española de la European Business Ethics Network, organización Europea pionera en el estudio de la ética económica y empresarial, reúne desde hace 20 años en este encuentro a académicos y representantes de prestigiosas universidades, escuelas de negocios y organizaciones como ESADE, IESE, IE Business School, Forética, la Universidad Pontificia de Comillas, la Universidad Ramón Llull, y las Universidades valencianas: Universitat de Valencia, Universitat Jaume I , y Universidad Politécnica, entre otras.

Programa del congreso: descargar pdf 

Conferencia Adela Cortina y Jesús Conill: «XX Seminario ÉTNOR»

A continuación tenemos la oportunidad de asistir la conferencia inaugural del XX Seminario de la Fundación ÉTNOR (para la ética de los negocios y las organizaciones), que fue ministrada por la profesora Adela Cortina (Catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valencia y Directora de la Fundación ÉTNOR) y el profesor Jesús Conill (Catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valencia)
La conferencia titulada «La meta de la economía y la empresa: construir una buena sociedad» fue impartida en el 07/10/10. 

PARTE I:

PARTE II:

Los vídeos que aquí se cuelgan forman parte del canal de la Fundación ÉTNOR en Youtube.

Entrevista a Domingo García-Marzá, codirector del Máster Oficial en Ética y Democracia

Domingo García-Marzá es Catedrático de Ética y Director del Departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I. Doctor en Filosofía por la Universidad de Valencia, ha ampliado estudios de Política en FRANCFORT (Alemania) y de Ética Económica en ST.GALLEN (Suiza). En la actualidad imparte clases de Ética y Deontología Profesional, Ética Empresarial y Teoría de la Democracia en la Universitat Jaume I y codirige, junto con Adela Cortina, el Máster Oficial en Ética y Democracia [Interuniversitario]. Precisamente, en el lanzamiento de una nueva edición del Máster para el curso 2011/2012 le hemos querido entrevistar como codirector del mismo para conocer un poco más sobre sus objetivos y posibilidades.

¿Cuál es el objetivo principal del Máster que usted dirige?
En primer lugar, el objetivo del máster es formar en ética, en sus conceptos básicos. Hoy en día, la palabra ética cada vez es más necesaria en cualquiera de los ámbitos en que nos movemos. Por lo tanto, es oportuno y necesario que una universidad se enfrente a temas como: qué quiere decir ética, las diferentes éticas… El máster lo que trata es de enseñar ese saber. El segundo objetivo, el más interesante e innovador, enseña cómo se puede aplicar este saber moral. Dentro de esta aplicación, el programa formativo se divide en dos ámbitos que están bien definidos: la sociedad civil y el estado, y la democracia contiene los dos.

¿A quién va dirigido el máster en Ética y Democracia?
El Máster se dirige tanto a recién licenciados como a aquellos profesionales que ya están especializados y ejerciendo y quieran saber qué quiere decir la palabra ética y cómo se puede utilizar en sus lugares de trabajo. Pero sobre todo, el máster va dirigido a las personas que quieren hacer un doctorado en ética o éticas aplicadas.

¿Qué rasgos cree usted que caracterizan o diferencian este Máster?
Lo primero a destacar es que estamos hablando de un Máster Oficial Interuniversitario realizado conjuntamente entre la Universitat de València, dirigido por Adela Cortina, y la Univesitat Jaume I, en este caso dirigido por mí. Los alumnos tienen la enorme ventaja de poder elegir dónde cursarlo. Otra característica importante del Máster es que surge de un programa de doctorado que tiene la mención de calidad del Ministerio desde 2004 y que hace poco ha vuelto a merecer este reconocimiento por parte de este organismo oficial. Por consiguiente, estamos hablando de un Máster abalado por una tradición y un prestigio importante. Y finalmente, cabría decir que otra característica importante si algún alumno desea seguir un itinerario, el propio tutor le ayudará a diseñarlo dentro de las posibilidades que ofrece el Máster: Teoría Ética, Filosofía Política; Educación Ético-cívica; Ética y Responsabilidad Social Empresarial; y Ética de la Ciencia y de la Tecnología.

Hoy en día la crisis está en la cabeza de todos, y en la de los estudiantes todavía más. ¿Estamos frente a un Máster atractivo, económicamente hablando, para el estudiante?
En mi opinión sí. De hecho el precio que hemos puesto para este Máster es el mínimo que nos permite el Ministerio de Educación, alrededor de 14 euros por crédito, por lo que resulta un Máster muy accesible para el estudiantado.

Aun así, ¿cabe la posibilidad de pedir algún tipo de beca o ayuda para realizar el Máster?
Por supuesto que sí, muchas. Respecto a las becas, existen oficiales del Ministerio, de la Univeristat Jaume I, de Fundaciones, y de entidades financieras importantes. E incluso este año algunas relacionadas directamente con la realización de nuestro Máster. En primer lugar están las oficiales que da anualmente el Ministerio de Educación [ver]. También están las de Conselleria para realizar estudios de postgrado [ver], las becas del Banco Santander para realizar un Máster Universitario Oficial [ver], las becas de la Fundación Balaguer-Gonel Hermanos para realizar cursos de postgrado en la UJI [ver], las becas de la UJI para estudiantes Latinoamericanos que deseen cursar un Máster Oficial [ver] o doctorado [ver], etc. Pero además, este año la Fundación Étnor de Castellón ha lanzado la I Convocatoria de Ayudas para realizar específicamente el Máster Oficial en Ética y Democracia [ver]. Son cuatro ayudas que cubren toda la matrícula del Máster. Lo cual es una gran noticia para todos.

Hablemos claro, con la que está cayendo al estudiante de hoy le preocupa sobre todo su futuro ¿Cuáles son las principales salidas del máster?

Las salidas que ofrece el máster son dos: la primera de ellas enfocada más bien a la docencia y la segunda se relaciona más con el terreno profesional. La salida profesional que tiene es como una especialización, son muchas las profesiones que necesitan un saber ético: médicos, empresarios, comunicadores…

Otra cosa que preocupa al estudiante es la accesibilidad. La demanda de posgrados on-line está creciendo mucho en los últimos tiempos ¿Es posible realizar el Máster @ distancia?
En primer lugar quisiera destacar que este es un Máster presencial, no @distancia. Sin embargo, cada vez más las nuevas tecnologías nos permiten afrontar estas situaciones y encontrar formulas plausibles para salvar el escollo de la distancia o los inconvenientes de la incompatibilidad horaria. Esto es importante para un Máster como el nuestro, sobre todo teniendo en cuenta que gran parte del alumnado viene de Latinoamérica, incluso este año ya tenemos algún matriculado de EE.UU, o tienen un trabajo que no les permite asistir a las clases. Las personas que estén interesadas en este tema, lo mejor que pueden hacer es contactar con nosotros a través de la dirección de correo eticaydemocracia@uji.es. De esta manera podremos estudiar su caso concreto y ver si podemos encontrar alguna solución.

Estamos ya en pleno verano ¿todavía hay tiempo para matricularse en este Máster?
Sí, la matrícula para el máster está todavía abierta. En la página web de la UJI pueden encontrar toda la información sobre éste y los demás Máster oficiales que oferta [ver], por lo que si alguien está interesado en el Máster, todavía puede realizar la matrícula.

Muchas gracias prof. García-Marzá por atendernos.

Ha sido un placer.

CSR, cooperation and the internationalisation of Spanish business

Domingo García-Marzá y Fernando NavarroCorporate Social Responsibility (CSR) is a new organisational paradigm which is integrated on a voluntary basis (that is, without legal obligation) into Spanish companies’ strategy. Alongside the theoretical discourse, rules and regulations (public and private) are increasing, the intention of which is to normalise this voluntary activity. However, these rules and public and international policies are not always coherent with each other, especially when it is a case of combining economic and commercial interests for the internationalisation of businesses in developing countries or countries undergoing post-war reconstruction with public policies aimed at development cooperation.

The increasing demand for transparency means that businesses are using ethical codes and sustainability reports. Nonetheless, the information that they give regarding their CSR policies beyond their own borders (for example, in middle income countries/ countries undergoing post-war reconstruction) is still too scarce and fragmented to be able to evaluate the extent to which CSR can serve as a catalyst between legitimate interest in business profits and the equally legitimate interest in social, political and economic development in countries emerging from a conflict scenario, or which are halfway towards development.

This article by Fernando Navarro García y Domingo García-Marzá, briefly reviews the main tools, rules and systems that are most widespread among businesses, as well as the most relevant national and international public policies with regard to CSR

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Bio author: Domingo García-Marzá
University lecturer in Business Ethics at the Universitat Jaume I, in Castellón. He holds a PhD in Philosophy from Valencia University and also carried out further study at the Universities of Frankfurt and St Gallen.

Bio author: Fernando Navarro García
A graduate in Law, he has spent the most part of his professional life working for the private sector, but in 2001 he changed career paths to coordinate a humanitarian project in Angola for a year and a half.

Fuente Fride

“La apuesta ética en las organizaciones sanitarias», de Domingo García Marzá (dir.)

El presente texto, interesante y recomendable desde cualquier punto de vista, supone una visión global del compromiso por el que deben apostar las organizaciones sanitarias de forma conjunta con los profesionales que la integran, y más concretamente los responsables de dichas organizaciones, los gestores, proponiendo una orientación para la gestión ética de la misma.

La obra ofrece un código ético o declaración de intenciones para dichos gestores, que aborden la relación entre una organización tanto con los profesionales que la componen como con la sociedad a la que ofrecen su servicio.

De esta forma y en un discurso comprensible, tal y como es habitual en la trayectoria de sus autores, proponen diversas líneas para dar respuesta a las exigencias europeas en materia de organización sanitaria puesto que ha de tener una traslación real más allá de una declaración de intenciones o del mero formalismo.

El texto ofrece una visión global de compromiso que complementa inicialmente la formación básica curricular de los profesionales de la salud en general y, particularmente, aquellos de mayor implicación en los procesos de gestión sanitaria como los médicos y las enfermeras, toda vez que ofrece la perspectiva del gestor de la relación paciente/usuario y el profesional sanitario en un contexto en que el receptor del servicio es más exigente cada día, está más informado, pero para cuya respuesta se dispone de recursos muy limitados.

Respecto a la organización del texto en sí mismo, al igual que su discurso, resulta cómodo y manejable, con dos bloques claramente diferenciados.

El primero, centrado en un breve recorrido por diversos aspectos morales y éticos de la atención sanitaria desde la perspectiva de la organización prestataria.

Por lo que respecta al segundo, proporciona de forma organizada diversos recursos de interés relativos al tema, tanto impresos como electrónicos, complementados por algunos básicos legales, como la Ley 41/2002, o deontológico como algunos códigos deontológicos de profesiones sanitarias.

En definitiva, los autores intentan orientar en la conformación de una rama de la ética reciente, como es la ética de las organizaciones sanitarias, y que no debe sino contribuir a proporcionar confianza a los pacientes/usuarios en la organización en la que confían su atención sanitaria, generalmente de ámbito público.

Domingo García Marzá: “El poder que tiene la sociedad civil es mucho más grande que el de los Estados o los ejércitos”

El catedrático de Filosofía Moral de la Universitat Jaume I, Domingo García Marzá, ha defendido el poder de la sociedad civil que en los últimos años se ha visto reforzado por la capacidad de monitorización que ofrecen las nuevas tecnologías. De este modo, el profesor ha afirmado que “la monitorización se ha convertido en uno de los elementos más sólidos de la democracia” durante la conferencia titulada “¿Transparencia total? El principio de la publicidad aplicado al caso de WikiLeaks” que ha ofrecido durante la segunda jornada del curso de verano de la UJI “WikiLeaks: periodismo, transparencia y democracia” celebrada hoy martes 12 de julio de 2011.

El profesor ha recordado que John Keane ya introdujo hace una década el concepto de democracia monitorizada, en la que “ningún actor con poder está libre del escrutinio público y esto cambia profundamente las cosas ya que ahora cualquiera puede controlar a un Estado”, como se ha demostrado con WiliLeaks. Se trata de un nuevo tipo de democracia en la que lo más importante es poder controlar a los que tienen poder y no tanto la participación a través de las urnas ya que aquellos a los que la ciudadanía puede votar no son ya los que realmente tienen el poder en un mundo globalizado.

“A partir de los años 90 el mundo de la sociedad civil se ha vuelto mucho más potente, no solo tiene influencia, también tiene poder y un poder real. Hasta entonces parecía en el campo de la filosofía política que el poder solo lo tenían los estados y el ejercito”, ha explicado García Marzá. El catedrático ha hecho referencia a la pérdida de legitimación de la democracia por factores como la globalización, la pérdida de la soberanía estatal, la servidumbre de la economía, el individualismo, la apatía política y la desconexión entre gobernantes y gobernados. “Es en este caldo de cultivo en el que aparece un portal dedicado a la revelación de secretos y filtraciones de estados, empresas, particulares” que el profesor considera “moral y políticamente correcto”, a pesar de aquellos que argumentan que la transparencia total deja en desventaja a las democracias al considerar que los estados para funcionar requieren secretismo y confidencialidad.

El catedrático ve loable el hecho de hacer públicas informaciones sobre los estados que permitan, por ejemplo, “remover las diplomacias”. Respecto al periodismo, señala que WikiLeaks “tiene su espacio y los medios de comunicación también han de tener el suyo. Creo que son dos caminos diferentes ya que un periodista es un profesional con unos valores codificados”. Por ello entiende que el promotor de WikiLeaks Julian Assange es “un activista no un periodista”. García Marzá considera que “el ciudadano tiene también la obligación de controlar el poder sea generando información o leyéndola” ya que “el poder cuando es injusto se esconde”.

Fuente: uji