Clausura del curso Neurociencias: ¿Una nueva filosofía?

El curso de verano Neurociencias: ¿Una nueva filosofía? se cerró en la tarde de ayer tras tres días de intensos y enriquecedores debates alrededor de las posibilidades y preocupaciones que despierta este nuevo y estimulante saber.

Por el curso han pasado ponentes de la talla de Adela Cortina, Ignacio Morgado, Domingo García Marzá, César Ávila, Jesús Conill, Francisco Fernandez, Pedro Bermejo, Andreu Casero, César Ávila, Elsa González, Castor Bartolomé o Fernando Martínez, quienes han aportado su punto de vista sobre cuestiones relacionadas entre otras cosas con el futuro de la neuroética, las implicaciones de la neuroeconomía en el enriquecimiento de la teoría económica contemporánea o los problemas en política derivados del concepto de «neuropoder».

Han sido 3 días, 11 ponentes y 50 alumnos venidos desde ámbitos tradicionalmente tan dispares como la medicina, la comunicación, la filosofía, la economía o la psicología las cifras que ha dejado este curso de verano UJI sobre neurociencias celebrado en el hotel El Palasiet de Benicàsim.

César Carlos Ávila: «Las técnicas de neuroimagen nos permiten investigar cosas antes impensables del cerebro»

Las técnicas de neuroimagen iniciadas a mediados de los años 90 han supuesto una revolución fundamental en la investigación del cerebro ya que permiten ver cómo reacciona ante diversos estímulos, «pero también se ha de ir con mucho cuidado y tener en cuenta su fiabilidad, especialmente que la muestra de personas estudiadas sea suficiente». Así lo ha destacado el catedrático de Psicología Básica de la Universitat Jaume I César Carlos Ávila Rivera durante la segunda jornada del curso de verano de la UJI «Neurociencias: ¿Una nueva filosofía?».

El profesor ha explicado que las primeras investigaciones realizadas con técnicas de neuroimagen «desde mi punto de vista hicieron mucho daño porque se realizaron estudios con solo cinco o ocho pacientes que luego se han tenido que retirar». Por eso, señala que «se debe incrementar bastante el número de las muestras y saber qué se está haciendo». Ávila ha explicado a los asistentes las diferentes técnicas empleadas para el estudio del cerebro, especialmente la utilizada por los investigadores de la UJI basada en el análisis a través de resonancia magnética de los aportes de sangre a las diferentes zonas del cerebro en función de los estímulos que recibe.

Previamente, el catedrático de la UJI ha ofrecido una visión general sobre el funcionamiento del cerebro, en la que ha resaltado que sólo una pequeña parte del cerebro está relacionada con el procesamiento moral. Se trata de la vía ventral en la que «están las zonas relacionadas con el procesamiento individual» que funciona en diferentes pasos como son percibir, dar nombre a lo que acontece y dotarlo de un contenido emocional.

Entre los principales avances en el conocimiento del cerebro, César Carlos Ávila ha destacado el conocimiento de que «la zona medial del cerebro es la representación de nosotros mismos, la zona que se relaciona con el yo, desde un nivel cognitivo a un nivel social». Por lo que respecta a las técnicas de estudio del cerebro, ha indicado que «se ha visto que la forma mejor de estudiarlo es cuando no hace nada, está dando mucha más información porque la conectividad, la forma de estar organizado el cerebro es fiable si se estudia cuando está en reposo».

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Fuente: uji

La VI sesión del Seminario de Ética y Neurociencia reflexiona sobre el último libro de Enrique Bonete

Durante la tarde de ayer tuvo lugar en la Facultad de Filosofía de la Universitat de València una nueva sesión del «Seminario de Ética y Neurociencia» organizado por la Sección Departamental de Filosofía Moral de la Universitat de València y que se encuentra dentro de las actividades relacionadas con proyecto de investigación «La ética del discurso frente a los retos de la neuroética y la neuroeconomía» desarrollado por la Universitat de València y la Universitat Jaume I.

Adela Cortina, Jesús Conill, Domingo García-Marzá y el resto de colaboradores del proyecto reflexionaron durante más de dos horas alrededor de las aportaciones de Enrique Bonete a este campo de estudio a través de su último libro: «Neuroética práctica» [Declée, 2010]. Un libro cuya pretensión ―según el propio autor― es dar respuesta a los múltiples interrogantes que abre este nuevo saber a través de un lenguaje asequible tanto para el público en general, como para los profesionales, estudiantes y docentes interesados en conocer las incidencias prácticas, teóricas y sociales que comporta.

La próximo sesión del seminario, todavía dentro del curso académico 2010/2011, se llevará a cabo en el marco de la realización del verano UJI «Neurociencias: ¿Una nueva filosofía?» que tendrá lugar en el hotel El Palasiet de Benicàsim durante los días 20, 21 y 22 de julio de 2011. Dada la calidad de los ponentes, serán los propios contenidos del curso los que sirvan como propuesta de análisis y reflexión por parte de los participantes en el seminario.

I Seminario de ética y neurociencias: aplicaciones a la economía y a la política

 El pasado miércoles 3 de noviembre, Patrici Calvo, becario de investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación, abrió el I Seminario de ética y neurociencias: aplicaciones a la economía y a la política realizado por el Grupo de Investigación de “Ética y Neurociencias: La aportación de la neuroeconomía a la dimensión ética del diseño institucional” de la Universitat Jaume I con su propuesta «La empresa y la economía desde el principio de reciprocidad».

El ponente presentó el estudio que ha llevado a cabo sobre el principio de reciprocidad desarrollado por Stefano Zamagni, uno de los teóricos que más lo ha trabajado en los últimos tiempos tanto desde el punto de vista teórico como práctico, con el objetivo de precisar hasta qué punto puede éste aportar propuestas plausibles a la Ética Empresarial y la RSE en sentido dialógico en la reflexión y justificación de las conductas responsables de y en las empresas.

Durante la exposición y el posterior debate, se destacaron las aportaciones de las neurociencias –sobre todo de la neuroeconomía- a la justificación de la necesidad de una economía y una empresa basada no sólo en el principio de intercambio de equivalentes, sino también, y sobre todo, en el principio de reciprocidad. Calvo destacó en su intervención que la introducción de otros campos de estudio en la teoría de los juegos como la psicología, la sociología, la biología evolutiva, la filosofía moral o, en última instancia, la neurología –a través de la teoría neuronal de los juegos- ha permitido constatar empíricamente que, en primer lugar, las conductas económicas no responden tácitamente a un modelo único de ser humano, un individuo que actúa en el mercado por y para sí, guiado exclusivamente por una racionalidad estratégica y, en segundo lugar, las conductas humanas dentro de la economía y de la empresa son mucho más complejas de lo que ingenuamente se pensaba en un primer momento.

Calvo explicó como, ante la aparente imposibilidad de comprender en su totalidad el proceso económico moderno desde un enfoque basado únicamente una racionalidad estratégica, es cada vez más notable la literatura especializada que se decanta por la necesidad de dilucidar un nuevo tipo de racionalidad económica que no ancle sus raíces en la devaluada figura del homo economicus. Una racionalidad no exclusivamente estratégica que permita comprender mucho mejor la complejidad de las conductas humanas en contextos económicos y, con ello, la insostenibilidad actual del sistema y de las instituciones, organizaciones y empresas del mercado.

Como conclusión de la primera sesión del I Seminario de Ética y neurociencias: aplicaciones a la economía y a la política, Calvo apuntó que “ampliado el marco de posibilidades al desterrar la visión autista que ha caracterizado el pensamiento de la escuela neoclásica, fundamentada en la racionalidad del homo economicus, se abre la posibilidad de que, por una parte, los comportamientos éticos de las empresas dejen de verse como un pasivo que minimiza o ralentiza la consecución del beneficio económico; por otra, que el uso de la razón práctica y la razón expresiva entre otras dejen de estar condicionadas en contextos económicos por el trato de favor dispensado a la razón estratégica o técnica; y finalmente, que puedan ser atendidas sin ningún tipo de agravio aquellas actitudes que, siempre dentro de un marco normativo, resulten más ventajosas para la empresa en cada momento y en cada caso concreto y que redunden tanto en la sostenibilidad de éstas —económica, legal y moral— como en el bien-estar y el estar-bien de las personas implicadas”.