El grupo GERSE de la UJI desarrolla el código ético de la empresa Jabones Beltrán

La empresa centenaria ha presentado el documento que hace público sus valores y su compromiso con la ética y la responsabilidad social.


El grupo de investigación Gestión de la Ética y la Responsabilidad Social de la Empresa (GERSE) de la Universitat Jaume I, con una amplia experiencia en el desarrollo de herramientas para la gestión de la responsabilidad social en empresas e instituciones, ha presentado esta mañana el código ético desarrollado para Beltrán Hermanos S.L, más conocida como Jabones Beltrán, una empresa castellonense con casi un siglo de experiencia en el sector cosmético que ha trabajado en los últimos tiempos por mantener su carácter artesanal sin renunciar a la innovación. Con este código ético Jabones Beltrán hace públicos los valores que le son propios y que orientan su actividad hacia la conducta ética y responsable. El documento recoge asimismo los compromisos que asume la empresa para su implementación en la práctica.
La entrega del trabajo desarrollado por el grupo GERSE ha tenido lugar en las instalaciones de la empresa, situada en Almazora, y ha contado con la presencia de Domingo García Marzá, Comisionado del Rector para la Responsabilidad social de la Universitat Jaume I y coordinador del proyecto, y de Joaquín Beltrán, gerente de la firma. El grupo GERSE, dirigido por el catedrático de Ética Domingo García Marzá, lleva más de 25 años trabajando con instituciones, organizaciones y empresas en el diseño y aplicación de mecanismos de comunicación para la gestión de la ética y la responsabilidad social empresarial, como la elaboración de códigos de ética, la confección de memorias de responsabilidad social o el diseño de sistemas de cumplimiento ético, entre otros.

Neuroeducación Moral para las éticas aplicadas

El grupo de investigación Ética y Democracia de la Universitat Jaume I, dirigido por el catedrático de ética Domingo García-Marzá, ha empezado el 2017 con un nuevo proyecto de investigación en neurociencias y éticas aplicadas: «Neuroeducación Moral para las éticas aplicadas (NEMOAP), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y enmarcado dentro del proyecto coordinado entre la Universitat de València y la Universitat Jaume I de Castellón «Neuroeducación moral para una sociedad pluralista y democrática (MONESO). 

Este nuevo proyecto, que se llevará a cabo a lo largo de los próximos 3 años (del 01 de enero de 2017 al 31 de diciembre de 2019) es la continuación de dos proyectos nacionales realizados con anterioridad y de manera consecutiva: «Política, empresa y educación desde la neuroética aplicada» (2013-2016) y «Aportación de la neuroeconomía a la dimensión ética del diseño institucional» (2010-2013), pero que bebe del bagaje alcanzado a través de los trabajos y proyectos realizados por el grupo de investigación en los últimos 30 años.

Entre sus objetivos principales destaca (1) la reconstrucción de los rasgos básicos que toda neuroética aplicada debe incorporar en sus propuestas de formación; (2) la definición de espacios de participación y formación para la gestión de las emociones morales en su relación con los respectivos grupos de interés; (3) la concreción de los componentes básicos que debe contener toda institución que quiera incorporar los avances de la neuroeducación para el desarrollo del liderazgo (Neuroleadership); y (4) el diseño de un sistema de gestión de la ética y el cumplimiento para las instituciones que incorpore los avances de la neuroeducación.

Para una mayor información sobre el proyecto y sus resultados, puede consultarse la web Ética y Democracia




Investigadores de la UJI desarrollan un modelo para favorecer la investigación responsable a partir de la comunicación ética de la ciencia

¿Cuáles son los intereses a los que debe responder la ciencia? ¿Qué papel juega la sociedad en el desarrollo científico y tecnológico? ¿Quién decide sobre qué y cómo se investiga? Son algunas de las cuestiones a las que la investigación e innovación responsables —responsible research and innovation (RRI)— trata de dar respuesta. Impulsada por la Unión Europea, la RRI reivindica que comunidad científica y sociedad trabajen juntas para que los procesos y resultados de la ciencia respondan a las expectativas y valores de la sociedad. Con el fin de avanzar en el desarrollo de la RRI, un equipo de investigadores de la Universitat Jaume I de Castelló ha desarrollado un modelo de comunicación ética de la ciencia que reivindica la importancia de la comunicación y el diálogo para alcanzar una ciencia responsable.

El estudio «La comunicación de la investigación e innovación responsables en las unidades de cultura científica y de la innovación: una propuesta de modelo» ha contado con el apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT) y la colaboración de la red de unidades de cultura científica y de la innovación de las universidades y centros de investigación españoles. A través de este proyecto, el equipo de trabajo liderado por el catedrático de Ética Domingo García Marzá y el director del Servicio de Comunicación y Publicaciones de la UJI, Francisco Fernández Beltrán, y formado por Rosana Sanahuja, Susana Barberá y Alicia Andrés, ha desarrollado un modelo que pone de manifiesto cómo la información proactiva, la escucha de las demandas sociales, el diálogo y la rendición de cuentas resultan aspectos fundamentales para avanzar hacia una ciencia más participativa y alineada con los intereses de la sociedad.

«La comunicación es el puente que relaciona ciencia y ética», señala García Marzá, explicando que desde una perspectiva ética «una ciencia responsable es aquella que es capaz de conseguir el acuerdo de todos los grupos de interés implicados y afectados por su actividad. Es una definición abstracta pero que, a través de nuestros estudios, puede convertirse en una definición operativa, que podamos gestionar desde la universidad y los centros de investigación, para dar respuesta a la sociedad cuando nos pregunta qué hacemos en materia de investigación e innovación y por qué lo hacemos».

El modelo elaborado ha sido contrastado con profesionales de las unidades de cultura científica y de la innovación pertenecientes a la Red de UCC+i de la FECYT y con representantes de diversos grupos de interés de la ciencia, incluidas empresas, administraciones, comunidad científica, profesionales de la comunicación y sociedad civil, así como con diferentes expertos y expertas en los ámbitos de la ética, la comunicación, la investigación y la propia RRI. «Las encuestas, grupos de discusión y paneles realizados con estos actores han confirmado el papel clave de la comunicación para una investigación e innovación responsables», explica Fernández Beltrán.

El papel de las UCC+i
El cuestionario realizado entre las 70 unidades de cultura científica y de la innovación nacionales revela el interés de las mismas por jugar un papel activo en el avance hacia una investigación e innovación responsables. A pesar de que la comunicación de la ciencia realizada actualmente se basa mayoritariamente en un modelo tradicional de información de los resultados de investigación, las encuestas reflejan un incremento de las acciones bidireccionales que buscan establecer un mayor diálogo e interacción entre ciencia y sociedad.

El estudio también ha contado con la realización de grupos de discusión y con un panel de expertos, en los que se ha destacado la importancia de una comunicación accesible, abierta y transparente de la ciencia, así como en la necesidad de avanzar hacia una mayor participación de la sociedad en la investigación y la innovación. No obstante, las acciones realizadas también han puesto de manifiesto la existencia de posibles reticencias a la hora de dar un mayor protagonismo a la ciudadanía en el ámbito de la ciencia, así como la dificultad de avanzar hacia un modelo que supone una importante ruptura con los actuales modelos de comunicación y gestión de la investigación.

En el marco del proyecto desarrollado por investigadores del grupo de Ética y Responsabilidad Social GERSE y de la UCC+i del Servicio de Comunicación de la UJI se realizó el pasado 30 de noviembre de 2016 la sesión «Aspectos emergentes de la RSU: la investigación e innovación responsables» en el contexto de las jornadas «Nuevas perspectivas en la gestión de la responsabilidad social en las universidades». El proyecto se cerrará con la edición en el mes de enero de dos publicaciones en línea y en abierto: una publicación académica que recogerá el estudio completo y un libro divulgativo sobre la investigación e innovación responsables y el papel de la comunicación para su desarrollo.



La Comunitat Valenciana se convierte en pionera en tener un código ético turístico

La Comunitat Valenciana va a convertirse en la primera región española que va a adaptar el Código Ético Mundial para el Turismo a su idiosincrasia y valores para crear un código propio que estará operativo en 2017. El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha puesto en valor esta iniciativa que «va a situar a la Comunitat en un referente mundial por su apuesta por un turismo ético y sostenible».

Ximo Puig ha destacado la importancia del sector turístico «como la primera actividad económica de nuestra región que representa el 13% del PIB y atrae a más de 20 millones de personas a nuestra tierra». Además, ha recordado que «estamos desarrollando la nueva Ley de Turismo, Ocio y Hospitalidad en nuestra clara apuesta por el sectoren la Comunitat Valenciana y la mejora de nuestro valor reputacional».

Esta iniciativa, fomentada por la Agencia Valenciana del Turisme con la colaboración de la Universitat Jaume I de Castellón, va a posicionar a la Comunitat Valenciana como la primera región en sentar las bases para fortalecer la ética y la hospitalidad como rasgos básicos del turismo de la Comunitat y cohesionar la práctica turística y a sus agentes alrededor de estos valores.

El president de la Generalitat ha clausurado el acto de adhesión del sector privado con el Código Ético Mundial para el Turismo que ha contado con la participación del secretario autonómico de la Agencia Valenciana del Turisme, Francesc Colomer, del catedrático de Ética de la UJI, Domingo García-Marzá, del director ejecutivo de Competitividad, Relaciones Exteriores y Asociaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Márcio Favilla, y el catedrático de Ética y patrono de la Fundación Étnor, Jesús Conill.

En concreto, las empresas Air Nostrum, Balearia, Camping Lo Monte, Casual Hoteles, Itinerantur y las organizaciones Hosbec, Unión Hotelera, Federación de Campings de la Comunitat Valenciana y la Asociación Empresarial Valenciana de Agencias de Viaje (AEVAV) han sido las primeras entidades vinculadas al sector turístico valenciano que han firmado el compromiso de adhesión al Código Ético Mundial para el Turismo, un primer paso para animar al resto de agentes en la apuesta de la Comunitat Valenciana por un turismo responsable y sostenible.

Francesc Colomer ha señalado que «el Código Ético de la Comunitat Valenciana para el Turismo estará puesto un mes a exposición pública para que los distintos agentes sociales y económicos puedan realizar alegaciones y aportaciones». Para Colomer, «la hospitalidad y la tolerancia son los valores que nos caracterizan como destino turístico».

Por su parte, Márcio Favilla ha felicitado a la Comunitat Valenciana por crear un código ético propio, «una iniciativa pionera a nivel mundial que va a ser muy positiva y va a servir como un estímulo para otras regiones sigan esta senda». Favilla ha puesto en valor la iniciativa valenciana que «llega en un momento muy oportuno ya que la ONU ha declarado 2017 el año mundial del turismo sostenible».

El catedrático de Ética de la UJI Domingo García-Marzá ha explicado que los objetivos del proyecto valenciano son «generar confianza en nuestro territorio, diferenciar la oferta turística a partir de nuevos valores, convertir la ética y la responsabilidad social en un factor de innovación y cohesionar la práctica turística y a sus agentes para lograr una voluntad común». Entre las actuaciones que conlleva este Código está la creación de una comisión de ética y responsabilidad social de la actividad turística en la Comunitat Valenciana que velará por el seguimiento y cumplimiento de este código. Una comisión velará por el cumplimiento.

Fuente: Levante-EMV

Un sistema de ética y cumplimiento para la responsabilidad social universitaria

El comisionado para la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) de la Universitat Jaume I, el catedrático de Ética Domingo García Marzá, ha expuesto el Plan RSUJI en las jornadas «Nuevas perspectivas en la gestión de la responsabilidad social en las universidades» que se celebran los días 29 y 30 de noviembre de 2016 en el Edificio de Rectorado de la UJI con la participación de representantes de numerosas universidades españolas que han expuesto las diferentes acciones que están llevando a cabo en el ámbito de la RSU. En el caso de la Universitat Jaume I, García Marzá ha destacado como una de las principales novedades del Plan RSUJI la inclusión de un sistema ético y de cumplimiento que busca garantizar tanto la participación como el seguimiento  y control del plan al incluir la creación de una Comisión de Ética y RSU, la apertura de una línea ética a través de la que puedan plantearse sugerencias, alertas y denuncias, la realización de una Memoria de RSU y la elaboración de un Código Ético.
El Plan RSUJI busca trabajar, según ha explicado el comisionado, «mediante la participación y el  diálogo de todos los agentes implicados en la actividad universitaria: estudiantado, profesorado, personal de administración y sociedad. El objetivo de este plan es hacer una reflexión conjunta, una reflexión institucional acerca de cómo generar credibilidad y confianza en la sociedad que nos legitima. En resumen, cómo tenemos que responder de aquello que se espera de nosotros como universidad, de los impactos o resultados que generamos». 
En su exposición, el catedrático de Ética ha resaltado que en el caso de las universidades la responsabilidad social abarca los ámbitos de la docencia, la investigación, el compromiso social y la propia organización. Así, entiende que resulta necesario que las instituciones de educación superior gestionen sus impactos en la sociedad a través de un compromiso en la transformación social y económica, la oferta de servicios educativos y la transferencia de conocimientos, siguiendo principios de ética, buen gobierno, respeto al medio ambiente y promoción de valores ciudadanos. Respecto a los impactos educativos, para el catedrático, estos pasan por la formación de jóvenes y profesionales, tanto técnica como humana, mientras que los científicos aluden a la  investigación y generación de conocimiento y pensamiento crítico, así como a la Investigación e Innovación Responsable, aspecto que centrará la sesión de las jornadas del miércoles 30 de noviembre. Respecto a los impactos organizativos, tienen relación con la gobernanza, la transparencia  y la participación como organización socialmente responsable.
Cuatro instrumentos de participación y control
El comisionado para la RSU ha explicado cada uno de los instrumentos que integran el sistema para la gestión de la responsabilidad social en la UJI, siendo el primero que se está desarrollando el Código Ético, un documento que recogerá los valores que definen el carácter y la identidad de la universidad, así como las normas que tienen que inspirar la conducta de los miembros de la comunidad universitaria. «Sus funciones radican, desde el punto de vista interno, en servir de punto de referencia para la toma de decisiones y como horizonte de actuación y resolución de conflictos. Y desde el punto de vista externo, en afianzar los pilares sobre los qué construir una buena reputación pública y generar confianza, renovando así el  compromiso social de nuestra universidad». García Marzá ha destacado el esfuerzo realizado para elaborar un Código que cuente con una amplia participación, para lo que se han llevado a cabo grupos de discusión, entrevistas con actores estratégicos y una campaña en línea abierta a toda la comunidad, alcanzando con estas actuaciones la participación de cerca de 400 personas.  
Por lo que respecta a la Memoria de RSU, ha resaltado cómo resulta un instrumento fundamental para el control y seguimiento de la gestión realizada desde el punto de vista de la responsabilidad. Este documento, según el catedrático, «permite responder ante todos los grupo de intereses implicados y afectados por la actividad universitaria de una forma no arbitraria». En la actualidad la mayoría de universidades están realizando esta presentación pública de resultados utilizando la metodología Global Reporting Iniciative (GRI) que será la que utilizará la UJI para presentar en 2017 la memoria sobre los resultados de 2016, poniendo además en relación los indicadores GRI con los del Pacto mundial de las Naciones Unidas y con los de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 
La UJI será además pionera en la implantación de una Línea Ética,  un canal para la comunicación de alertas, sugerencias y denuncias de incumplimiento del Código Ético. «Estamos ante un canal de participación derivado del hecho elemental de que una cultura ética comporta la implicación de los estudiantes, profesores y personal de administración en la alerta, prevención y detección, de situaciones y conflictos  de intereses que puedan dar lugar a incumplimientos que dañan la convivencia y la reputación de la universidad. No podemos hablar de responsabilidad si no es compartida, siempre es corresponsabilidad», ha afirmado. 
Por lo que respecta al Comité de Ética y Responsabilidad Universitaria, el comisionado ha destacado su importancia «como instrumento de participación y diálogo». Entre sus funciones se encontrarán promover y asesorar en aquellos temas relacionados con la aplicación del Código Ético, así como recibir y gestionar las sugerencias y denuncias de irregularidades que se planteen a través de la Línea Ética. En definitiva, se tratará del órgano encargado del seguimiento y control del Sistema de RSU, así como del impulso de la ética y el cumplimiento.  

Jornadas de RSU en la Universitat Jaume I

El proyecto RSUJI será presentado por el comisionado en el marco de las Jornadas «Nuevas perspectivas en la gestión de la responsabilidad social en las universidades» que se celebrarán los días 29 y 30 de noviembre en la UJI y que contarán con la participación de académicos y responsables de gobiernos de diferentes universidades españolas. Las jornadas pretenden abrir un espacio de reflexión sobre cómo se está aplicando la responsabilidad social en los campus y cuáles son las mejores y más novedosas prácticas en este campo. En este sentido, se prestará una especial atención a la gestión de la investigación e innovación responsables como el aspecto más emergente de la responsabilidad social de las universidades.
El objetivo del Plan RSUJI es hacer una reflexión conjunta, una reflexión institucional sobre cómo generar credibilidad y confianza en la sociedad que legitima la universidad. Se trata de responder de aquello que se espera de la UJI como universidad, de los impactos y resultados que genera. El Plan RSUJI implica la puesta en marcha de una serie de herramientas que proporciona la Responsabilidad Social Universitaria para que todas las universidades que quieran gestionar esta tarea lo hagan de una manera completa, comparable y verificable. Esta metodología compartida es fundamental en todo proceso de internacionalización. De las 81 universidades españolas, 39 disponen ya de algunas de estas herramientas. El Plan RSUJI reúne estas herramientas que están empleando las universidades en todas partes para integrarlas en un novedoso sistema para la gestión de la calidad ética de la organización.


Cerca de 400 personas participan en la campaña para la elaboración del Código Ético de la Universitat Jaume I

La Universitat Jaume I ha cerrado la campaña abierta a toda la comunidad universitaria para la realización de su Código Ético con la participación de cerca de 400 personas entre las 384 que han respondido al cuestionario en abierto, las 14 entrevistas en profundidad realizadas a agentes estratégicos y los 84 representantes de los diferentes grupos de intereses que han participado en los siete grupos de discusión realizados. El objetivo del Código Ético es recoger los valores que definen el carácter y la identidad de la Universitat Jaume I, así como las normas que tienen que inspirar la conducta de sus miembros.
Las diferentes acciones desarrolladas han tenido como objetivo recoger las opiniones y sensibilidades de las personas que conforman la universidad abriendo canales de diálogo con el fin de hacer partícipe a toda la comunidad universitaria de la elaboración del Código Ético. Este código representa el primer paso del Plan de Responsabilidad Social Universitaria RSUJI que se desarrollará mediante un innovador sistema integrado de gestión de la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) que incluye, además del Código Ético, la realización una memoria de RSU, la creación de un Comité de Ética y la apertura de una Línea Ética. El Plan RSUJI, que fue presentado al Claustro el pasado 13 de junio, se enmarca en el Plan Estratégico 2018 de la UJI y está coordinado por el comisionado del rector para el Desarrollo de la RSU, el catedrático de Ética Domingo Garcia Marzá.

La UJI solicita la colaboración de la comunidad universitaria en la elaboración de su código ético

La Universitat Jaume I inicia una campaña participativa abierta a toda la comunidad universitaria para la realización de su Código Ético, documento que se está desarrollando en el marco del Plan de Responsabilidad Social Universitaria de la UJI. El objetivo del Código Ético es recoger los valores que definen el carácter y la identidad de la Universitat Jaume I, así como las normas que tienen que inspirar la conducta de sus miembros. Para recoger las opiniones y sensibilidades de las personas que conforman la universidad se han establecido una serie de acciones de participación y diálogo que incluyen el lanzamiento de un cuestionario en línea con el cual se invita a toda la comunidad universitaria a colaborar en la definición del Código Ético. Además, se realizarán 14 entrevistas en profundidad a agentes estratégicos y se celebrarán siete grupos de discusión con un total de 84 representantes de los diferentes grupos de intereses.
La elaboración del Código Ético es el primer paso de Plan RSUJI que se desarrollará mediante un innovador sistema integrado de gestión de la Responsabilidad Social Universitaria que incluye, además del Código Ético, la realización una memoria de RSU, la creación de un Comité de Ética y la apertura de una Línea Ética. El Plan RSUJI, que fue presentado al Claustro el pasado 13 de junio, se enmarca en el Plan Estratégico 2018 de la Universitat Jaume I y está coordinado por el comisionado del rector para el Desarrollo de la RSU, el catedrático de Ética Domingo Garcia Marzá.
El objetivo de este plan es hacer una reflexión conjunta, una reflexión institucional sobre cómo generar credibilidad y confianza en la sociedad que legitima la universidad. Se trata de responder de aquello que se espera de la UJI como universidad, de los impactos y resultados que genera. El Plan RSUJI implica la puesta en marcha una serie de herramientas que proporciona la Responsabilidad Social Universitaria para que todas las universidades que quieran gestionar esta tarea lo hagan de una manera completa, comparable y verificable. Esta metodología compartida es fundamental en todo proceso de internacionalización. De las 81 universidades españolas, 39 disponen ya de algunas de estas herramientas. El Plan RSUJI reúne estas herramientas que están empleando las universidades en todas partes para integrarlas en un sistema para la gestión de la calidad ética de la organización.

Turismo ético y responsable

24/10/2016 Domingo García-Marzá

Que la ética pueda llegar a convertirse en un factor de innovación empresarial, en un activo para la empresa y, en nuestro caso, para los agentes que conforman la actividad turística, cuesta a veces entender. Mucha gente piensa que la ética se dedica solo a decirnos lo que no debemos hacer, lo que está mal. De acuerdo, esa es también su función, pero no la principal. La aportación de la ética se convierte en un aspecto clave de nuestra empresa o actividad, de nuestro quehacer diario, cuando nos percatamos que hacer las cosas bien, actuar de acuerdo a lo que se espera de nosotros como administración, municipio o empresa, es el generador más importante de credibilidad, reputación y confianza. En un mundo global, en un sector tan complejo e importante como el turismo, ignorar esta capacidad, este recurso disponible e inagotable, es, sencillamente, una majadería.
La necesidad de regular la actividad global llevó a la Organización Mundial del Turismo (OMT) en 1999 a presentar su Código Ético Mundial para el Turismo como un marco fundamental de referencia, para un turismo responsable y sostenible. Se trata de diez principios que abarcan los componentes económico, social, cultural y ambiental de los viajes y el turismo y cuya finalidad es definir qué significa “hacer las cosas bien”.
Su reconocimiento dos años después por las Naciones Unidas alentó a la OMT a promover el cumplimiento real de sus disposiciones. Aunque el Código no es jurídicamente vinculante, incorpora un mecanismo de aplicación voluntaria a través de su reconocimiento del papel del Comité Mundial de Ética del Turismo, al que las partes pueden remitir cualquier cuestión relativa a la aplicación e interpretación del documento. Pero lo curioso es que leemos en el documento que va dirigido a gobiernos, empresas, comunidades y turistas por igual, y su objetivo es “ayudar a maximizar los beneficios del sector, minimizando sus consecuencias negativas para el medio ambiente, el patrimonio cultural y las sociedades del mundo”. Hemos empezado hablando de ética y acabamos hablando de maximizar beneficios. ¿Para eso sirve la ética? 
La respuesta es afirmativa si entendemos que el beneficio que esperamos lograr, el bien que se espera aporte la actividad turística, es y debe ser compartido. Por supuesto que está la cuenta de resultados, pero en el mismo nivel que el desarrollo económico, social y medioambiental del territorio. Por eso hablamos de un turismo responsable y sostenible. Solo si todos salen beneficiados con la actividad turística: trabajadores, empresarios, municipios, turistas, vecinos, patrimonio natural y cultural, etc. podremos generar credibilidad y confianza. 
Conscientes de que no podíamos perder esta oportunidad, la Agencia Valenciana de Turismo se adhirió al CEMT, comprometiéndose a respetar, promover y asumir los valores del Código en sus estrategias, así como a impulsar estos compromisos, esta manera de ser y actuar, en los agentes del sector. 
El Secretario Autonómico de Turismo hablaba en ese acto del gran reto y de la responsabilidad que asumían, pero también de la ocasión que teníamos para caracterizar nuestra actividad turística desde el respeto, la inclusión y la hospitalidad. Un reto y una oportunidad que no lograremos si no es a través de la coordinación y colaboración de todos los actores implicados. Responsabilidad es siempre co-responsabilidad. 
En este impulso a un turismo ético y responsable colabora la UJI, con el encargo de elaborar una adaptación del CEMT al sector valenciano. Un documento, fruto de la participación de los agentes, y que requerirá su compromiso público para su desarrollo. Comenzaremos este año con la firma pública de las empresas que crean que hacer las cosas bien no es un pasivo, sino la clave para la competitividad y la innovación. Un primer paso, para convertir la Ética y la Responsabilidad Social en un rasgo básico de nuestro turismo capaz de generar confianza y diferenciar nuestra oferta.