La integración de colectivos vulnerables, responsabilidad de la empresa

Carmen Martí, 30/09/10
 Domingo García-Marzá, Patrono y director de proyectos de la Fundación ÉTNOR, ha abierto hoy la VI Jornada de Empleo e Inmigración de Cruz Roja con una conferencia marco sobre la Ética y la Responsabilidad Social desde la perspectiva de la integración de los colectivos vulnerables.
Fernando del Rosario, Presidente de Cruz Roja en la Comunidad Valenciana, ha destacado durante la inauguración la “importancia de la dignidad de las personas y del trabajo como uno de los pilares fundamentales para el reconocimiento y la autoestima”. “La falta de empleo –ha afirmado- es una de las principales causas de exclusión social”.

Domingo García-Marzá, Catedrático de Ética empresarial, ha destacado la importancia de aclarar conceptualmente de qué estamos hablando cuando hablamos de ética, responsabilidad social y acción social para evitar, ha dicho, “la demagogia política y usos fraudulentos de los conceptos”, ya que no son lo mismo.

Muy resumidamente ha destacado que “la ética es el carácter de la empresa, como es y se comporta”; la responsabilidad social tiene que ver con “cómo obtiene el dinero, y es parte pero no todo de la ética”; y la acción social es lo que la empresa hace con parte del beneficio ganado, “y es una parte de la RSE, pero no la más importante”.

Esta distinción es fundamental, ha afirmado el Catedrático, “porque si hablamos de integración de colectivos vulnerables en la empresa como acción social, por ejemplo, a través de donaciones, es una cuestión voluntaria, pero si lo entendemos como parte de la responsabilidad de una empresa, entonces pasa a ser una cuestión exigible, una obligación moral”.

El profesor, quien además es Director del Observatorio de Ética y Responsabilidad Social de la Comunidad Valenciana –ERSE-, ha adelantado algunos datos de la segunda edición del estudio que se presentará en los próximos meses. Según los datos del ERSE´09, los empresarios perciben que en la Comunidad Valenciana la integración de colectivos desfavorecidos no es una práctica muy extendida, y está muy por detrás del resto de prácticas analizadas en el Índice de Responsabilidad Social, opinando los empresarios entrevistados que las empresas no toman las medidas oportunas para integrar a estos colectivos. “Hay que convencer a nuestras empresas de que la gestión de la diversidad no es un pasivo para la empresa”, ha sentenciado García-Marzá, “y seguir trabajando en forma de alianzas entre empresas, administraciones y tercer sector”.

Monedas complementarias para desarrollos autónomos y sostenibles

Carmen Martí., 21/09/10

 “Otra economía no sólo es posible, si no que ya funciona desde hace décadas”.

Ayer tarde tuve la suerte de poder compartir dos horas largas con un experto japonés, “Miguel” Yasuyuki Hirota para los amigos españoles, experto en bancos de tiempo y monedas sociales, que por extrañas confluencias pasa unos días en Europa y afortunadamente para los pocos que compartimos con él la tarde de ayer, también en Valencia. Acudí al encuentro, organizado por varias asociaciones, y directamente recomendado por el Colegio de Economistas de Valencia. He de reconocer que en principio me sorprendió un tema tan “diferente” convocado directamente por los propios economistas; “¿piedras en su propio tejado?”. No me sorprendió tanto que a pesar de lo novedoso del tema, de la excepcionalidad de que el ponente pudiera estar en Valencia compartiendo su experiencia por todo el mundo con nosotros, y de vivir en una ciudad con cerca del 30% de paro, en la sala no hubiera más de 30 personas. ¿Falta de poder de convocatoria? El resto de actos organizados por el COEV muestran lo contrario.

He de reconocer que aunque mi condición de experta en ética y responsabilidad social me empuja a buscar alternativas justas y más equitativas que el actual sistema económico dominante, no soy experta en economía, y suelo acercarme con cautela a las alternativas económicas que se presentan y que la mayoría de las veces desde el punto de vista práctico son difícilmente realizables y completamente incompatibles con el sistema económico actual. Se habla de cambios de mentalidad, de “giros” de 180º sin los que no es posible aplicar ninguna de estas alternativas. La grandeza del seminario de ayer reside, a mi modo de ver, no sólo en la justificación de que otra economía más justa es necesaria, y los valores que se deben potenciar para un mundo más humano, más justo, y más sostenible, sino en la cantidad de ejemplos exitosos que Yasuyuki compartió con los allí presentes. Mis conocimientos sobre monedas alternativas eran muy limitados, y se reducían a los ejemplos de bancos de tiempo con los que contamos en nuestro país. Yasuyuki nos dio herramientas suficientes en apenas unas horas para seguir trabajando y ampliando conocimientos sobre estos modelos alternativos, incluso mejor aún, complementarios a los actúales.

Comparto con todos vosotros/as algunas de las claves, y sobre todo algunos ejemplos dados por Yasuyuki, para vuestro conocimiento y difusión de este modelo, para que el paso de Miguel por Valencia no quede en esas 30 personas.

A comienzos de los años 30 del siglo pasado, los habitantes de Wörgl, un pequeño pueblo situado en el Tirol austriaco, tomaron la decisión de acuñar su propia moneda para afrontar las consecuencias de la Gran Depresión. En poco tiempo vieron como se solucionaban los problemas del presupuesto municipal, el desempleo y la actividad económica local. Poco después, en Suiza se fundó una Cooperativa de Crédito que lanzó una moneda propia denominada Wir y que desde entonces ha sido una moneda complementaria del Franco Suizo, a la vez que un eficaz estabilizador para la economía y apoyo para las pequeñas empresas del país (más de 72.000 asociados). Más recientemente, a partir de la década de los 80’s del siglo pasado, han surgido numerosas experiencias relacionadas con la creación de bancos de tiempo y monedas sociales con gran beneficio para las comunidades locales que las han comprendido y apoyado, siendo muy reputadas las experiencias de Japón, con su moneda Fureai-Kippu y Estados Unidos, con sus míticos “Time- Dollars” e “Ithacas”. La Política Regional impulsada por la Unión Europea contempla la posibilidad de que las regiones europeas se doten de monedas sociales y regionales. Alemania cuenta con más de 60 de ellas y en Francia ya son seis regiones las que disponen de ésta clase de mecanismos.

La experiencia de Yasuyuki en su país natal, Japón, cultural y geográficamente muy distinto a Europa, es sin embargo la experiencia de un país con un 60% de paro, una crisis económica muy severa y enormes desigualdades sociales. Una experiencia, por ende, similar a la que muchos países de todas partes del mundo viven hoy día. La crisis económica actual se ha convertido en la primera crisis prácticamente mundial, razón por la cual cualquier experiencia exitosa, cualquier ejemplo de cualquier parte del mundo es hoy digno de estudio y atención. Miguel Yasuyuki, sin embargo, habla un español perfecto con acento argentino, y tiene un conocimiento profundo de estos ejemplos de Monedas Complementarias (MC) a lo largo de todo el mundo. La razón de esto es doble: por un lado, el deseo de conocer cuantos más ejemplos posibles de estas experiencias. Por otro, sin embargo, las trabas del gobierno japonés al desarrollo de estos sistemas complementarios por el éxito que tuvieron en Japón hace unos años. Japón no es el único caso donde estas verdaderas alternativas, que han sacado de la miseria y devuelto la dignidad a través del trabajo a miles de personas, han sido prohibidas o dificultadas por autoridades políticas o económicas. La iniciativa austriaca de Wörgl, gracias a la cual hubo una recuperación rápida del comercio local y se cubrieron las necesidades básicas de los habitantes de esta región tirolesa, fue prohibida por el Banco Central Austriaco al año siguiente de su puesta en marcha, en 1933.

La base de las teorías de moneda social es la insostenibilidad e injusticia del sistema monetario actual. El caso de Grecia en Europa, que ha afectado enormemente a la zona euro, muestra la debilidad de la moneda, y como el medio de intercambio depende enormemente de factores externos que ni gobiernos centrales, ni autonomías, ni bancos centrales pueden controlar al 100%. Otro de los aspectos esenciales de esta teoría es la cuestión de si deberían crecer las economías nacionales siempre, de forma exponencial. Esta clave capitalista pone en severo riesgo la sostenibilidad del mundo. Yasuyuki utilizó un símil que aunque severo es una llamada de atención importante ante esta corriente económica: “El hombre no crece exponencialmente toda su vida, digamos que a los 20 años deja de crecer. ¿Qué elemento natural crece hoy en día de manera exponencial? El cáncer. Nuestro sistema económico está destinado a agotar todos los recursos naturales del planeta”.

Margrit Kennedy, arquitecta, profesora y ambientalista alemana, defensora de las monedas complementarias y la economía sin inflación, afirma que es “prácticamente imposible llevar a cabo los conceptos ecológicos actuales sin alterar fundamentalmente el sistema monetario actual o la creación de nuevas monedas complementarias”. Su obra más conocida está traducida al español y es gratuita en Pdf, Dinero sin inflación ni tasas de interés. Para Kennedy “con el sistema económico actual estamos redistribuyendo la riqueza entre los ricos”, como es el caso de Alemania, donde el 80% de la población paga más que gana mientras sólo el 10% gana más que paga.

Por otro parte, el actual sistema monetario premia y favorece las inversiones a corto plazo debido a las tasas de interés positivas. “No merece la pena invertir en robles, si los pinos son más rentables a corto plazo”. Pero las cosas importantes en la sociedad son proyectos a largo plazo, como invertir en sanidad o educación. Es necesario otro modelo económico que favorezca y premie las inversiones a largo plazo.

Yasuyuki destacó también la importancia de saber “¿qué es el dinero?”, porque todos hablamos de él, y sabemos qué podemos hacer con él, pero muy pocos conocen exactamente qué es. Aunque hay varias definiciones, Yasuyuki recogió la de Bernard Lietaer que define el dinero como “un acuerdo dentro de una comunidad de usar algo como medio de intercambio” en su libro, publicado también en español, El futuro del dinero. Para Yasuyuki esta definición es fundamental, pues “podemos cambiar nuestro sistema monetario y/o tener sistemas monetarios complementarios”. “Podemos llegar a otro acuerdo válido y provechoso para la comunidad”. Esta es una de las razones fundamentales que están debajo de las iniciativas de monedas complementarias, el acuerdo de mejorar la sociedad al margen de lo establecido, que no es de ningún modo el “único” sistema posible, ni tampoco el más deseable.

Otro concepto fundamental en economía es el de capital. Según la Real Academia Española, capital es “factor de producción constituido por inmuebles, maquinaria o instalaciones de cualquier género, que, en colaboración con otros factores, principalmente el trabajo, se destina a la producción de bienes”. Pero capital no es sólo el capital físico, o el capital financiero; hay otro tipo de capitales igualmente fundamentales como son el capital natural (los ríos, los montes, los bosques, etc.), el capital humano, y el capital social (la confianza, el conocimiento, etc.). Como afirma el Catedrático D. García-Marzá, los “peligros del reduccionismo economicista” nos han llevado a no valorar los recursos intangibles. “La racionalidad económica nos tiene acostumbrados a considerar sólo aquello que se puede contar, medir y calcular que despreciamos un significado importante de la palabra intangible que recoge perfectamente nuestro diccionario: `de tal naturaleza que merece extraordinario respeto y no pueden ser alterado, menoscabado o violado´” [García-Marzá, Ética empresarial. Del diálogo a la confianza, Trotta, 2004, pág.50]. El capital social subyace a la estabilidad que requieren los mercados y las empresas, y precisamente la crisis de confianza en la economía, la empresa, los políticos, que se ha dado en los últimos años ha puesto de nuevo sobre el tapete la importancia de estos “recursos morales” para el buen funcionamiento de las instituciones.

Precisamente las monedas complementarias basan toda su fortaleza en el capital social, en los “recursos, mecanismos o medios de los que disponen los actores sociales para la cooperación y la satisfacción de los intereses recíprocos. En definitiva, para agruparse y organizarse con el fin de alcanzar objetivos comunes”. [García-Marzá, 2004:52]. Un capital que, a diferencia del financiero o el físico, tiene la naturaleza de “bien público”, y se multiplica cuanto más se usa.

En su libro Lietaer presenta una interesante teoría que equipara el dinero convencional con los valores masculinos (Yang) y las monedas complementarias con los femeninos (Yin). Para Lietaer, la clave es conseguir el equilibrio entre ambas esferas (Ver A World in Balance? ).

Responsabilidad social, algo más que acción social

20/09/10, Domingo García-Marzá.

 De una forma cada vez más extendida en nuestro sector empresarial, no así en la ciudadanía, tiende a verse la Responsabilidad Social Empresarial como el acontecer de acciones exclusivamente filantrópicas y altruistas con las que la empresa devuelve a la sociedad parte de los recursos prestados. Por lo general, estamos ante acciones destinadas a actividades sociales y culturales, al desarrollo humano y a la mejora del entorno social y medioambiental, cuya implementación es posible gracias a la aportación de una parte del beneficio económico generado o de los recursos disponibles. Pero este altruismo, siempre bienvenido, no debe identificarse con la responsabilidad social, con aquello que la sociedad espera de la empresa. Se trata de dos conceptos diferentes cuya confusión está llevando a que muchas empresas realicen actividades que pueden resultar contraproducentes para sí mismas a pesar del coste y esfuerzo invertido, además de generar desconfianza en la sociedad.

Cuando hablamos de responsabilidad social no hablamos sólo de filantropía, a la que también incluye. Cuando hablamos de responsabilidad hablamos de cómo la empresa responde de las exigencias legítimas que los diferentes grupos de intereses implicados en o afectados por su actividad han depositado en ella. Existen grupos internos, como trabajadores, directivos, accionistas, etc. Y, por lo tanto, una responsabilidad interna que afecta a beneficios, salarios, seguridad laboral, formación, etc. Y existen grupos externos como la comunidad en la que se inserta la empresa, la administración, etc. Hace muy poco tiempo se pensaba que las empresas alcanzaban credibilidad social, justificaban su actividad, sólo con maximizar el beneficio económico y cumplir con la legislación vigente. Sin embargo, actualmente la sociedad, los diferentes actores de la actividad empresarial, exige algo más, y ese algo más es lo que hoy ha quedado englobado dentro del concepto de responsabilidad social. En este sentido, la responsabilidad social consiste en la integración voluntaria de los temas sociales y medioambientales junto con los económicos. Es decir, una empresa responsable es aquella que se gestiona de manera sostenible, buscando el acuerdo de sus grupos de intereses e integrando en su gestión estos tres campos de actuación.

Estamos, pues, ante dos cuestiones relacionadas pero diferentes. Con la responsabilidad social, nos preguntamos por el cómo se han producido los beneficios y para quién son. Con la acción social, nos estamos preguntando qué hace la empresa con una parte de los beneficios alcanzados en el desarrollo de su actividad económica. Se trata de acciones filantrópicas dirigidas a la mejora del entorno natural y al desarrollo humano y social, actividades importantes y muy loables que son concretadas directamente por la propia empresa o indirectamente a través de organizaciones cívicas y solidarias. La acción social es parte de la responsabilidad social, de la ciudadanía corporativa, si así queremos llamar a la responsabilidad, pero no debemos confundir el todo con una de sus partes. Muchas veces tal confusión esconde la intención de ocultar acciones claramente irresponsables en el interior de la empresa al cubrirlas con el manto de la acción social. En este sentido, decimos que la ética se utiliza para “lavar más blanco”. Sin embargo, tales estrategias suelen acabar produciendo lo contrario de lo que pretendían, esto es, sólo reportan descrédito y desconfianza.

De hecho, uno de los resultados más significativos del Observatorio de Ética y Responsabilidad Social de la Comunidad Valenciana (ERSE-O6) realizado por la Fundación ETNOR, trata precisamente de esta diferenciación. Ante la pregunta “Qué cree que es la Responsabilidad Social Empresarial”, los directivos y empresarios respondieron en un 69,4% que “las empresas se preocupen por el impacto que su actividad tiene en la sociedad” y sólo en un 4’8% que “las empresas realicen acciones sociales”, alcanzando esta respuesta un escaso 11,4% cuando preguntamos a trabajadores, clientes y opinión pública en general. En definitiva, ni la empresa ni la sociedad confunden de hecho responsabilidad social con acción social.

En resumen, si queremos estar de acuerdo con aquello que se espera de la empresa, si queremos generar reputación y confianza, es necesario diferenciar y no confundir ambos conceptos, más aún ante la actual coyuntura de crisis económica. Es mejor dar los pasos convenientes hacia la responsabilidad social y comunicarlos a todos los grupos de intereses, buscando el diálogo y la aceptación. Entre estos pasos se encuentra la acción social. Pero ésta sólo será efectiva si forma parte de un conjunto más amplio de acciones que denominamos responsabilidad social. El gran reto pendiente para nuestras empresas es la comunicación de la Responsabilidad Social, de las acciones que están realizando y en la mayoría de las ocasiones no llegan a la opinión pública. Sólo desde esta comunicación, puede la acción social ser vista y apreciada como parte de la responsabilidad de la empresa.

23ª EBEN Europa: Wich values for wich organizations

Carmen Marti, 08/09/10
 A partir de mañana tendrá lugar en Trento, Italia, la 23 edición de la Conferencia Anual organizada por la European Business Ethics Network (EBEN). Este año el tema elegido ha sido «Wich values for wich organizations», lema bajo el cual académicos, doctorandos, representantes de ONG´s y empresarios debatiran conjuntamente sus propuestas e investigaciones.
Este encuentro pretende, partiendo de los desafios marcados por la crisis actual, estimular el debate de cómo la ética empresarial puede contribuir a superar la crisis y evitar situaciones similares en el futuro introduciendo, o reintroduciendo, la ética y los principios morales en las organizaciones.
Entre los ponentes principales se encuentran: Thomas Donaldson, Professor at the Wharton School of the University of Pennsylvania, US; Geoff Moore, Professor at the Durham University Business School, UK; Paolo Barilla, Vice-President of the Barilla Group, Italy y Stefano Zamagni , Professor at the University of Bologna and Johns Hopkins University, Italy.
En el encuentro presentaran papers más de 100 ponentes de toda Europa, entre ellos Roberto Ballester, Gerente de ÉTNOR, y J. Félix Lozano, Asesor de ÉTNOR, quienes desde Trento nos contarán la crónica de los asuntos más relevantes allí tratados a través de la Comunidad ÉTNOR.

XX Seminario de Ética Económica y Empresarial de la Fundación Étnor

07/09/10, Emilio Tortosa Cosme
Este año iniciamos en la Fundación Étnor nuestro XX Seminario Permanente de Ética Económica y Empresarial. 20 años de sesiones y reflexiones en torno al papel que la ética puede y debe desempeñar para un buen funcionamiento de la economía y las empresas.
Después de las dos últimas ediciones de nuestro Seminario Permanente, en las que hemos estado analizando la nueva situación en la que se encuentra inmersa la economía y nuestras empresas, este año el tema que hemos elegido para nuestro XX edición del Seminario es Revitalizar las empresas para construir una buena sociedad.
La primera sesión del seminario, que tendrá lugar el próximo 7 de octubre en Valencia, lleva por título «La meta de la Economía y la Empresa: Construir una Buena Sociedad» y será impartida conjuntamente por la Doctora y Académica Adela Cortina y por el Doctor Jesús Conill. Para completar las aportaciones de ambos le recomendamos las siguientes lecturas:

Adela Cortina (ed.), Ética de la empresa. Claves para una nueva cultura empresarial, Trotta, 8ª Edición (2008).

Jesús Conill, Horizontes de economía ética. Aristóteles, Adam Smith y Amartya Sen, Tecnos, (2004).

Para aquellos que estén interesados en asistir, se ruega confirmar asistencia a través de:
T. 96 334 98 00; F.96 335 35 04; E-mail: fundacion@etnor.org