Mes: diciembre 2010
La responsabilidad social se afianza en la Comunidad Valenciana, a pesar de la crisis
La contrapartida de este dato se encuentra en un elevado desconocimiento de la RSE entre la sociedad valenciana. Sin embargo, aunque un 71% de los valencianos no han oído nunca hablar de RSE, sí identifican las prácticas concretas que determinan un comportamiento empresarial responsable, como pueden ser la conciliación laboral, la igualdad de oportunidades, la protección del medio ambiente o la atención al cliente.
Uno de los cambios más significativos respecto a la primera edición del ERSE en 2006 se encuentra en el cambio de dirección en la comprensión de la RSE, entendida mayoritariamente hoy en día como una mejora de la gestión. La cuestión que habrá que comprobar en el futuro es si esta aproximación se da por una gestión ética comprometida o, por el contrario, es una respuesta cortoplacista a un tema que está de moda.
Varios datos de esta investigación apuntan a una postura de la sociedad más crítica y desconfiada, que sigue situando la publicidad, el “para vender más”, como una de las motivaciones principales de las empresas para abordar estos asuntos. Precisamente la exigencia de transparencia y comunicación por parte de la sociedad es otra de las conclusiones principales de este estudio. Una exigencia de comunicación que se corresponde con una positiva valoración por parte del empresariado de comunicar los asuntos relativos a la RSE. Un 65,4% de los empresarios creen que es adecuado comunicar las acciones desarrolladas en materia de RSE, y en concreto cerca de un 70% de los empresarios valencianos valorarían muy positivamente la creación de un Registro de buenas prácticas empresariales o un Certificado de empresa socialmente.
Otro de los aspectos donde difieren ampliamente empresa y sociedad es el de la cantidad de empresas que en la actualidad están implantando la RSE. De nuevo la sociedad se muestra crítica, afirmando un 69,7% que son pocas o ninguna las empresas que lo implantan, frente a un 56,1% de los empresarios que afirman que son bastantes o muchas.
En cuanto al papel que la Administración Pública debe tener para fomentar la RSE tanto empresa como sociedad destacan las ventajas fiscales y las subvenciones. Sin embargo, ninguno de los grupos de interés entrevistados cree que aplicarse la responsabilidad social a la propia administración sea fundamental para el avance de la RSE en nuestra Comunidad.
Frente a ello, el equipo de investigación que ha desarrollado el Observatorio ERSE, dirigido por el Catedrático de Ética Empresarial Domingo García-Marzá, recomienda la aplicación de la RSE a la Administración Pública o la integración de las clausulas sociales en las compras públicas como pasos fundamentales para el avance de la RSE.
ERSE-Observatorio de Ética y Responsabilidad Social, Comunitat Valenciana 2009.
El estudio tiene por objetivo ofrecer un diagnóstico de la situación de la ética y la responsabilidad social (RSE) como base para desarrollar e implementar políticas y planes de acción en este ámbito. Para ello ha analizado la opinión de más de 800 empresarios y directivos, trabajadores, clientes y sociedad en general al respecto.
Entre las características específicas de este estudio destacan los siguientes aspectos:
– El análisis se centra en las pequeñas y medianas empresas
– Parte de un concepto plural de empresa: tiene en cuenta la opinión de todos los grupos de interés
– Sitúa la comunicación de la RSE como un elemento intrínseco a la propia RSE y clave para su desarrollo. Para analizar cómo las empresas están comunicando sus avances en RSE se han analizado las páginas web de las 108 empresas más grandes de la Comunidad conforme a diez indicadores: códigos éticos, informes de sostenibilidad, valores éticos, políticas con proveedores, etc.
Los datos de esta investigación, recogidos a finales de 2009, ofrecen, de manera indirecta, un análisis de la repercusión que la crisis ha tenido en el avance de la responsabilidad social.
La Fundación ÉTNOR
La Fundación ÉTNOR es una fundación sin ánimo de lucro que tiene como objetivo principal promover la ética y la responsabilidad social en la actividad económica y en las organizaciones e instituciones públicas y privadas.
Desde 1991 ÉTNOR desarrolla actividades encaminadas a este fin a través de la difusión y sensibilización de la importancia de la ética en las organizaciones; la formación de profesionales; la investigación y la asesoría ética.
ÉTNOR ha llevado a cabo proyectos con distintas empresas y organizaciones: Códigos éticos, Memorias de RSE/ Informes de Sostenibilidad, Dirección por valores, Auditorías éticas, creación y seguimiento de Comités de Ética, Planes de igualdad, Informes de Buen Gobierno, etc.
Estudio completo [ver]
Stefano Zamagni: ¿Es posible compaginar la competitividad de la empresa con la felicidad?
El tema que voy a tratar, como muy bien ha anunciado la profesora Adela Cortina, es la relación entre la felicidad y la empresa, y el gobierno de las empresas. Actualmente es un tema bastante nuevo y estoy seguro de que en los próximos años se va a desarrollar más.
Voy a empezar con un fenómeno denominado en la literatura científica internacional la “paradoja de la felicidad”. En 1975 en Estados Unidos el economista Richard Easterlin ingenió una curva ya famosa en todo el mundo, después de mucho trabajo empírico, estadístico y econométrico: poniendo el ingreso per cápita en el eje horizontal, y un indicador de felicidad en el eje vertical. ¿Cómo se puede determinar un indicador de felicidad? Entre los parámetros objetivos de calidad de vida se tiene en cuenta el consumo de psicofármacos, la ruptura de matrimonios, suicidios, etc.; los parámetros subjetivos se basan en encuestas, preguntando a las personas acerca de su experiencia. Su equipo elaboró un algoritmo para sintetizar éstos parámetros, relacionando el indicador de felicidad con los ingresos per cápita. Lo que se obtiene es una curva creciente hasta que el nivel de ingresos per capita alcanza los 28.000 $ anuales, después la curva empieza a decrecer ligeramente, lo que significa que a partir de un determinado punto, con mayores ingresos per cápita va a disminuir la felicidad. Esto es hoy conocido como la “paradoja de la felicidad” (Paradoja, es una palabra griega y significa una cosa que maravilla, que uno no puede deshacer)
estudiar, etc. No sé si somos felices en los países del mundo occidental avanzado, pero en Estados Unidos hoy los ingresos per cápita están alrededor de 38.000 dólares, en Italia de los 29.000 euros.
Entonces hay que ver cómo se legitima socialmente un sistema económico extraordinariamente productivo, pero que no hace que las personas estén contentas y felices. Desde la filosofía es una cuestión importante, pero también lo es desde el punto de vista económico. Daniel Kahneman fue Premio Nobel de Economía por desarrollar esta paradoja y ya advirtió que el dinero es importante para nuestra felicidad, pero hay otras que también lo son. Existen tres interpretaciones en la literatura contemporánea de esta paradoja.
Lo que se llama el efecto “tapis roulant”2 o en inglés “treadmill”, en español sería “lo que ocurre siempre”, en el mismo círculo. Aplicado a la paradoja significa que fácilmente nos acostumbramos a un nivel de vida y cuando el ingreso aumenta no se aumenta la utilidad, como bien saben todos los economistas.
La segunda explicación está ligada a lo que se conoce como “efecto Debble”, original de un economista y sociólogo americano, muy ligado a la contribución de Hirsh, economista inglés que destacó por tener una visión muy interesante en el desarrollo de la teoría de los bienes posicionales. Para explicar la posicionalidad (la felicidad puede disminuir cuando los ingresos aumentan) Hirsh alude al problema de la “envidia social”: siempre vamos a envidiar a quienes están por arriba; queremos obtener siempre más no para cubrir nuestras necesidades, sino para posicionarnos en la escala social.
La tercera explicación, con la cual quiero contribuir junto con otros investigadores de diferentes partes del mundo, es lo que se llama la “felicidad relacionada”.
Educar en la Responsabilidad Social
Carmen Ferrete, 17/12/10
¿Cómo promover la responsabilidad social a través de la educación? No sólo educamos a personas para ser profesionales, también educamos a futuros ciudadanos, a futuros consumidores y porqué no a futuros empresarios.
I Congreso Nacional de Filosofía Práctica o Aplicada (Universitat de Barcelona)
El envío de comunicaciones/talleres está abierto hasta el 10 de enero de 2011. Más información en la web del congreso: http://www.congreso.afpc.es/index.php
Para presentar una comunicación / taller: enviar un resumen (600-800 palabras) antes del 10 de enero a JMendez@afpc.es. Se confirmará la aceptación de las comunicaciones y talleres antes del 31 de enero.
RS en la Red: Información, Divulgación y Debate
Pfizer y los cheque bebe
Hoy sabemos, gracias a Wikileaks, que en 1996 la farmacéutica utilizó a 200 niños de Kano (Nigeria) como cobayas para probar uno de sus medicamentos contra la meningitis: el Trovan. También sabemos que ocultó lo resultados del ensayo para evitar que el fármaco fuera retirado del mercado. Y finalmente, sabemos que tan solo hicieron falta 75 millones de dólares (57 millones de euros) para hacer olvidar al gobierno nigeriano, a los fiscales de la causa, y a los familiares de los afectados los graves hechos acaecidos [ver informe].
Pero más allá del baile de cifras, la gravedad del asunto estriba, en primer lugar, en la inmoralidad de resolver conflictos que atentan contra los derechos humanos mediante prácticas disuasorias que van, desde la coerción a fiscales hasta la compra de silencio mediante dinero, como así desvelan The Guardian y El País en sus publicaciones de esta mañana. Y en segundo lugar, en la inmoralidad de no respetar los derechos fundamentales de las personas, atentando contra su vida o su integridad física, psíquica y moral. Es lícito hacer negocio con la salud, pero existen mínimos morales exigibles para todo el mundo que no pueden ser despreciados bajo ninguna circunstancia. Los derechos humanos forman parte de éstos, y saltárselos trae consigo el aumento de la mala reputación de la empresa, la desconfianza de los stakeholders y la deslegitimación de su actividad, hechos que pueden afectar directamente a su capacidad para el logro del beneficio económico y para la perdurabilidad de su actividad.
La igualdad de género, asignatura pendiente en el Consejo Administrativo del IBEX 35
http://addtalentia.com/images/prensa/informes/informe%20add%20talentia-2010.pdf
«Ética de los Medios. Una apuesta por la ciudadanía audiovisual»
RSC y Universidad
José Félix Lozano, 03/12/10
Uno de los temas centrales y más discutidos durante esos dos días fue el papel de las escuelas de negocios y de la educación superior en el desarrollo de la responsabilidad social y la sostenibilidad. La impresión general no es buena. El director general de sostenibilidad de ACCENTURE para Europa, África y Latinoamérica – Peter Lucy – presentó los resultados de un informe en el que se afirmaba que el 93% de los 800 directores ejecutivos consultados reconocían que el tema de la sostenibilidad está en su agenda de forma prioritaria y que será clave para el éxito empresarial. Tras este primer dato, claramente positivo, viene el negativo. Peter Lucy también afirmaba que las Escuelas de Negocios y las universidades todavía no habían entrado de lleno en el tema de la sostenibilidad. Y esto tiene dos consecuencias muy negativas: una es que es difícil encontrar personas especializadas, y otra es que hay un considerable retraso en el desarrollo de herramientas de gestión de la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa.
El ciclo de evolución de cualquier tema social – la ecología, el multiculturalismo, el acoso moral, etc. – es básicamente el mismo: primero unas pocas personas empiezan a hablar de él y a generar debate y opinión; después llega a las universidades y centros de formación, se hace teoría sobre él, se sistematiza y se empiezan a desarrollar mecanismos para su gestión; y en tercer lugar se expande socialmente en palabras y hechos. En este camino también ha entrado la responsabilidad social corporativa. El problema es que el segundo paso avanza muy despacio y otras instituciones están tomando el relevo de las universidades en esa tarea de reflexionar, sistematizar e innovar. No es malo que otras organizaciones (cámaras de comercio, fundaciones, empresas, etc.) tomen la iniciativa; lo que es malo es que el mundo académico siga mirando para otro lado. Por eso el curso de verano organizado por la UJI y dirigido por el profesor D. García-Marzá y la profesora Elsa González ha sido tan valioso.
Reflexionar sobre la aportación de la responsabilidad social corporativa en la tarea del diseño institucional es clave para la construcción de una sociedad justa. Confiar sólo en la buena voluntad de las personas es una ingenuidad irresponsable. Tenemos que ser conscientes que a todos nos influye mucho la dinámica de las instituciones con las que convivimos (empresa, familia, escuela, administración de justicia, partidos políticos, etc.); y que estas instituciones tienen que funcionar de acuerdo a una serie de principios coherentes con las exigencias éticas de las personas. Es decir, es un vano esfuerzo pedir a la gente que cumpla las normas, que sea imparcial, que respete a otras personas, que responda de sus decisiones, que diga la verdad, etc. si las instituciones en las que trabaja y vive no actúan en la misma dirección. Incluso en ocasiones incentivan y premian comportamientos que van en otro sentido.
La responsabilidad de las instituciones está en lo que hacen y en cómo lo hacen; la legitimidad de las instituciones públicas reside en los fines que persiguen y en los medios que utilizan para alcanzarlo. Como muy bien recordó el premio Nobel de economía, A. Sen, en cuestiones del bien público no basta con el resultado final sino que hay que optar por el resultado global. Y esto también es válido para las universidades. Las instituciones de formación superior debemos reflexionar muy seriamente sobre nuestra misión, sobre lo qué hacemos, y también sobre cómo lo hacemos. Diseñar universidades responsables tendría un doble impacto en el fomento de la RSC, por un lado porque transmitiríamos la responsabilidad en la formación de los futuros directivos y líderes empresariales; y por otro, porque el propio funcionamiento responsable de la universidad haría una gran aportación a la construcción de una sociedad más democrática y justa.