Roberto Ballester, 04/04/11
En principio, podríamos pensar que esto es un gran avance, y sin duda lo es, pero presenta también algunas dificultades y problemas a los que habrá que ir respondiendo, sin prisa, pero sin pausa.
Conviene, en primer lugar, decir que, por supuesto, es necesario que existan estándares que fijen qué elementos y cuestiones se deben tener en cuenta cuando una empresa quiere integrar una gestión socialmente responsable o informar de dicha integración. Pero que estos estándares se centren exclusivamente en la Responsabilidad Social desvirtúa en cierto modo la propia propuesta de este asunto. ¿Tiene algún sentido que la práctica actual sea que las empresas hagan, por un lado, su Memoria Económica Anual y, por otro lado, la Memoria o Informe de RSE? ¿Es que no existe Responsabilidad Social en la gestión económica y financiera de las empresas?
Encontramos aquí una primera dificultad a la que necesitamos dar respuesta: ¿cómo integrar la Responsabilidad Social en las Memorias Económicas Anuales o viceversa? Pedir a las empresas que hagan este esfuerzo doble elaborando estas dos memorias supone, en primer lugar, desvirtuar el propio concepto de Responsabilidad Social de la Empresa y, en segundo lugar, un sobrecoste evidente de horas de trabajo, duplicidades, etc. Estoy convencido que acabar con esta dualidad ayudará a dar un gran paso en el asunto que nos ocupa, ya que hará que quizá en los Consejos de Administración se preste a estos temas la atención que se merece, acabando con esa sensación de “añadido” que siempre tienen los asuntos relacionados con la RSE.
Pero, además de lo dicho anteriormente, conviene profundizar algo más en la diversidad de estándares o similar que hoy en día existen en materia de Responsabilidad Social y a los que la empresa tiene que responder. En este sentido, es necesario también distinguir entre aquello que afecta a las empresas grandes de la realidad de las pequeñas y medianas empresas.
Las primeras de éstas, las grandes, entre las que se encuentra más formalizada la integración de la RSE han pasado de, si se me permite la expresión, un “panfleto” en el que se contaban las bondades de la empresa, sin más rigor ni calidad que la de contar con alguien que tuviera buena mano para escribir y un buen diseñador que diera forma a todo aquello a una complejidad tal que a veces resulta ingobernable.
De hecho, cuando hablas con las personas que hoy en día están al frente de los departamentos de RSE de las grandes empresas acerca de los estándares y demás sistemas de gestión que tienen en cuenta la idea se confirma: esto no hay quien lo gestione y, además, no hay cliente capaz de entenderlo.
Me cuentan estas personas que en relación a los principios que tienen en cuenta para informar básicamente son el GRI (Global Reporting Initiative), el general y el específico para las empresas de su sector, y el AA1000APS.
Después entran los sistemas de verificación para la información no financiera: ISAE3000 y AA1000AS.
Y para que todo esto tenga algún sentido, hay que poner primero en marcha e integrar sistemas de gestión que hagan posible tener algo que contar. En este sentido, me hablan de sistemas de gestión de empresa familiarmente responsable, OHSAS 18001:2007 en materia de seguridad y salud laboral, ISO 14001:2004 para los temas medioambientales y un largo etcétera que no cuento para no cansar.
¿Alguien cree de verdad que las empresas, más en la situación actual de búsqueda de la máxima eficiencia, va a poder gestionar todo esto de manera sensata? Desde luego a mi me parece que no.
Esto mismo han debido pensar los responsables del GRI, quienes recientemente han lanzado, junto con Prince’s Accounting for Sustainability Project, la creación de un Comité Internacional que tiene como objetivo crear un modelo globalmente aceptado para informar de manera integrada, clara, concisa y comparable sobre cuestiones relacionadas con los aspectos financieros, medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Estaremos atentos a lo que salga de dicho comité.
Pero si bien esto es un tema de interés para las empresas grandes. Veamos ahora qué pasa con las empresas pequeñas. Recientemente estaba en un encuentro con diferentes entidades que estamos hoy en día trabajando en RSE cuyo objetivo era mostrar a las pequeñas y medianas empresas cómo podían aproximarse a estas cuestiones. Como era de esperar, presentamos un buen número de guías, modelos de gestión, herramientas, etc. para las PYMEs. La respuesta de éstas era de esperar: “por favor, aclárense entre ustedes y muéstrenme algo que recoja lo mejor de cada propuesta. Antes de venir aquí no sabía que era esto de la RSE y ahora, además, no sé con qué herramienta debería trabajar”.
No va a ser sencillo, pero entre todos tenemos que hacer el esfuerzo de hacer de la RSE algo sencillo y fácilmente integrable en las empresas. ¿Tendrá a esto alguna respuesta el Consejo Estatal de Responsabilidad Social de la Empresa? Estaremos atentos.