Carmen Martí, 21/01/11
La economía del crecimiento se plantea en el momento actual como una especie de dogma, algo sobre lo que no cabe ningún tipo de deliberación o reflexión, pues no puede ser de otra manera. El objetivo de la economía es el crecimiento, y sin crecimiento no hay economía. Pero ¿es esto una certeza sin más? ¿Debemos seguir creciendo? ¿Sólo hay una manera de crecer? ¿Sólo es posible una economía del crecimiento? Criticar esta visión, en el sentido puro de criticar como discernir sobre lo que se plantea como indiscernible, fue el objetivo del Seminario ÉTNOR celebrado ayer, con la conferencia “Economías del crecimiento y decrecimiento”.
José Mª Tortosa, Catedrático de Sociología de la Universidad de Alicante, empezó su análisis con los problemas que la actual economía todavía no ha resuelto: “un mundo viviendo por encima de sus posibilidades económicas, ecológica y sociales”. En primer lugar, el ponente destacó el enorme endeudamiento de los países, pero también de las familias y las empresas. “EE.UU. tiene un Producto Interior Bruto de 14 billones de dólares, y en 14 billones se estima también su deuda pública”, lo que supone un tercio de la deuda pública mundial estimada en 38 billones de dólares.
En segundo lugar, vivimos por encima de nuestras posibilidades ecológicas. “El concepto de huella ecológica es muy discutible, y los métodos de medición del mismo también, pero lo que no es discutible es que estamos dejando una huella que puede poner en peligro no la supervivencia del planeta, sino la supervivencia de la especie humana”. Y un mundo también que vive por encima de sus posibilidades sociales. “El problema del hambre y de la pobreza no es un problema de producción sino de reparto”.
Ante esta situación parece incuestionable la necesidad de aumentar el crecimiento. ¿Lo es? Es importante el crecimiento, destacó Tortosa, “para resolver el problema del empleo, desde luego, y también si queremos resolver el problema de la alimentación, si no cambiamos de modelo”. “Pero hace falta decrecer para resolver el problema medioambiental. El planeta es finito, y la huella ecológica es real, se calcule como se calcule”.
“Pero también podríamos pensar en decrecer para solucionar el desempleo y la alimentación a través de la repartición del trabajo y la reducción del consumo. Ese es el dilema. La respuesta convencional ha sido más crecimiento, porque vemos la crisis como decrecimiento, recesión: decrecimiento del empleo, lo que conlleva decrecimiento de inclusión social, y de otras necesidades básicas como el bienestar, la libertad, la seguridad, etc.”
El decrecimiento se plantea como una alternativa, según Tortosa, “sin poder de decisión”, pero que puede ayudarnos a pensar y reflexionar sobre modelos alternativos a la reduccionista visión dominante. El principal obstáculo al que se enfrenta es la falta de casos prácticos de éxito. Aunque existen ejemplos como Sarvodaya Sramadana, en Sri Lanka o el proyecto actual de Salinas de Guaranda, Ecuador, “sería muy difícil, por no decir improbable, poder exportarlo a escala mundial”. A estos obstáculos se suman: la lógica de la competitividad, sin cabida para los sentimientos morales; el individualismo y el cortoplacismo; que los efectos del cambio climático son menores para los países desarrollados; la falta de percepción de la gravedad y dudas sobre el cambio climático; que las personas no se reconocen como seres eco-dependientes; la necesidad de tomar decisiones colectivas y que “se necesita tiempo para el cambio, aunque es poco el tiempo que queda para actuar”.
“Las características del problema mismo son demasiado complicadas para mentes tan primitivas como la nuestra”, sentenció Tortosa, “hay otras posibilidades, no es impensable, aunque no sea probable, una economía basada en el beneficio mutuo, una política fundada en la colaboración una cultura orientada la intercambio de culturas, y un sistema militar que no amenace a nadie”.
“Estamos no en una época de cambios sino realmente en un cambio de época”, concluyó el ponente, en un sistema muy alejado del equilibrio y con fuertes fluctuaciones, es decir, impredecible. Pero la gran ventaja que tiene un sistema así es que es más fácil actuar sobre él que en momentos de estabilidad, “por lo que la responsabilidad ética de cada cual es ahora más clara que nunca, porque la decisión de cada uno ahora puede tener efectos sobre el sistema que antes no tendría”.
Todos sabemos que en estos tiempos tan difíciles se tienen que tomar medidas para reactivar la economía, fomentando el crecimiento. Pero hemos de plantearnos que ocurriría si hacemos lo contrario, es decir, fomentar el decrecimiento. Esto podría ayudar a mejorar el problema económico, ecológico y social vigente. Pero el problema es que este planteamiento tiene un rechazo social debido a la falta de ejemplos anteriores exitosos. Otro problema al que se enfrenta esta posición es la convicción de las personas, no están debidamente informadas del problema que se nos viene encima y no intentan tomar medidas correctoras. Deberíamos actuar todos cuanto antes y de manera conjunta. Todo aquello que haga una persona individual puede ayudar, pero la actuación conjunta es la que abrirá los ojos de los ignorantes y tendrá un efecto mas destacado. Para mejorar la situación, se debería de cambiar la mentalidad de la sociedad, dejar de pensar en el crecimiento a toda costa, ya que el beneficio de unas pocas personas puede traer graves consecuencias para todos. Este tema es un tema por el que creo que se debería debatir más a menudo, y tomar mas medidas al respecto. Si que se pueden ver algunas noticias relacionadas, pero para que la gente tome conciencia deberían machacarlo mas.
yo estoy deacuerdo en parte con lo que dice, esta claro que hay que crecer porque el estancamiento es otra manera de perder, perder menos pero perder igualmente, y creo que la pregunta de como crecer seria mas que de si hacerlo o no de como y donde empezarlo a hacer, porque lo de la huella ecologica es un cronometro que mientras no arreglemos el sistema productivo sigue corriendo y aunque halla intereses en contra a la larga hay que cambierlo si queremos que halla "a la larga"y lo de como seria fomentando aquellas zonas que no consiguen el desarrolo por actuaciones internas o externas darles un empujon para que puedan dar el paso porque si corren diez personas atadas por una cuerda y 6 de ellos estan cojos todos van mas despacio
En primer lugar esta claro que el decrecimiento ayudaria al desarrollo sostenible, ya que un decrecimiento de la producción conlleva una reducción de la contaminación y una menor utilización de los recursos naturales agotables, porque como comenta Jose Mª Tortosa el planesta es finito y debemos hacer un uso mas consciente de sus recursos naturales. Aunque también es cierto que para llegar a un desarrollo sostenible es necesario alcanzar un punto de intersección entre la sociedad , la economia y el medio ambiente.Por otro, creo que seria un poco dificil concienciar a la gente de que el decrecimiento es algo positivo, ya que lo que realmente necesita la gente es ver como los datos economicos del pais aumentan.
La filosofía del decrecimiento cuenta con un gran inconveniente; el profundo miedo del ser humano a quedarse atrás en la carrera del progreso tecnológico y la acumulación de riqueza. El problema es que, con las prisas, se ha olvidado de algo muy importante: el equilibrio .El planeta está enfermo, su capacidad de regeneración bastaría para proporcionarnos todo lo necesario para vivir, pero actualmente sobrepasamos, con mucho, dicha capacidad. Debería dejar de verse esta filosofía como una propuesta utópica y empezar a estudiar las numerosas posibilidades que el decrecimiento ofrece, enfrentarnos al gran reto que supone entender que se puede vivir mejor con menos. En el blog http://www.decrecimiento.blogspot.com hay información muy interesante al respecto y enlaces a varios documentales.
És molt interessant el que planteja aquest text,tot i que a priori puga semblar una paradoxa el fet de crèixer amb el decreeixement. No obstant això si que és cert que estem vivint per sobre de les nostres possibilitats i això té consequències, no només sobre la nostra societat sinó també sobre les generacions futures.Em pareix una bona manera d'ajudar a reconduir la des feta a la qual estem sotmetent el món actual
Estoy totalmente de acuerdo con lo que se plantea en el texto. Creo que uno de los posibles problemas es que la sociedad no está realmente concienciada de las devastadoras consecuencias que tienen nuestros actos sobre nuestro entorno y sobre los demás.El egoísmo impera el comportamiento y las formas de actuar de la sociedad, propulsado por el sistema capitalista en el cual vivimos.Ser socialmente responsables no es sólo cosa de las empresas, sino que es una labor social.