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Departamento de Filosofía y Sociología
 Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
Universitat Jaume I, Av. Sos Baynat s/n
E-12071 Castellón de la Plana
España (Spain) Teléfono: (+34) 964729542
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Miembros

Domingo García-Marzá

Catedrático de Ética de la Universitat Jaume I de Castellón y Director del Departamento de Filosofía y Sociología. Doctor en Filosofía por la Universidad de Valencia, ha ampliado estudios de Política en FRANCFORT (Alemania) y de Ética Económica en ST.GALLEN (Suiza) En la actualidad imparte clases de Ética y Deontología Profesional, Ética Empresarial yTeoría de la Democracia.

Es autor de los libros: Teoría de la justicia. (J. Habermas y la ética discursiva) (Madrid, 1992); Teoría de la democracia (Valencia, 1993), Ética Empresarial (Junto con Adela Cortina, Jesús Conill y A. Domingo, Madrid, 1994), La empresa socialmente responsable. Etica y empresa (Madrid, 2003), Razón pública y éticas aplicadas, (Tecnos, 2003, junto con A.Cortina), Ética empresarial: del diálogo a la confianza, (Madrid, 2004), La apuesta ética de las organizaciones sanitarias (Dir, Castellón, 2006), Public reason and applied ethics. The ways of practical reason in a pluralist society (Ashgate 2008, junto con Adela Cortina y Jesús Conill). Además de numerosos capítulos de libro y artículos siempre alrededor de la relación entre ética, política y economía.

Los resultados de estas investigaciones han encontrado aplicación en trabajos realizados para diferentes empresas e instituciones, así como en la Dirección de Proyectos nacionales de investigación y en la colaboración como experto en diversos proyectos europeos. En la actualidad es Director del “Observatorio de Ética y Responsabilidad Social de la Empresa de la Comunidad Valenciana” y miembro del Foro de Expertos en Responsabilidad Social Empresarial del Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales. Es Director de proyectos de la Fundación ETNOR, así como Profesor Invitado en diferentes postgrados nacionales e internacionales.

Líneas de investigación:

Democracia deliberativa, ética empresarial, diseño institucional, sociedad civil, hermenéutica crítica.

Datos de contacto:

Domingo García Marzá

Teléfono: (+34) 964729662

garmar@fis.uji.es

 

Elsa González Estéban

Profesora Titular de Filosofía Moral del Departamento de Filosofía y Sociología. Licenciada en Humanidades y Doctora en Filosofía (ética empresarial) por la Universitat Jaume I. Amplios estudios en ética empresarial en la Cátedra lrtur O’Neill de Ética Empresarial Internacional en la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.) y en la Escuela de Negocios Joseph M. Katz de la Universidad de Pittsburg (Pensilvania, EE.UU.).

Doctora por la Universitat Jaume I en el año 2001 con la tesis “La responsabilidad moral de la empresa. Una revisión de la teoría de los stakeholders desde la ética discursiva” que ha sido publicada en la Red de Tesis doctorales (TDX), y recibió en el año 2002 la distinción de Premio Extraordinario. Durante el año 2003 realizó una estancia postdoctoral para el desarrollo de un trabajo de investigación en la London School of Economics and Political Science.

En cuanto a la docencia universitaria es responsable de las asignaturas de: Ética, Ética Aplicada, Ética Empresarial y Ética y Deontología Profesional, en las Licenciaturas de Humanidades, Administración y Dirección de Empresas y Comunicación Audiovisual.

Los intereses investigadores y las publicaciones se estructuran en dos líneas: ética empresarial y filosofía moral y política.

En el ámbito de la ética empresarial y económica, se centra en los temas de la responsabilidad empresarial y en su gestión a través de la teoría de los stakeholders, desde una perspectiva ética. Dentro de esta línea es coautora de diversos libros, entre ellos, La empresa socialmente responsable. Ética y empresa (Madrid: Cideal, 2003), Integrating the Ethical Perspective (Manchen und mering: Rainer Hamppp Verlag, 2005), La apuesta ética en las organizaciones sanitarias (Castellón: Publicacions Universitat Jaume I, 2005).

Dentro del ámbito de la filosofía moral y política, trabaja en el estudio de un ethos europeo como investigadora en el proyecto “Euroethos: Exploring the Scope for a Shared European Pluralistic Ethos. A comparative investigation of religious and secular ethically-derived requests for exemption from the law in an enlarging Europe” coordinado por la Universita degli Studi di Trento y financiado por la Comisión Europea. Sixth framework programme Priority 7 (FPG-2004-CITIZENS-5-7.2.1.). Fruto de este trabajo han sido aceptados los siguientes trabajos de los que es coautora que están en la actualidad en proceso de publicación: “Is there a place for religious beliefs in the configuration of the public sphere in democratic societies?”, Res Publica, January 2009 y “Building the European Economic citizenship: tax objection, an example”, Emanuela Ceva and Gideon Calder (eds.), Pluralism and differential treatment in Europe, Routledge’s Contemporary European Studies, 2009.

Líneas de investigación:

Ética discursiva, éticas aplicadas, ética empresarial y económica, teoría de los stakeholders, responsabilidad social de la empresa y de las organizaciones, gobernanza cosmopolita, gobernanza económica, códigos de valores.

Datos de contacto:

Elsa González Esteban

Teléfono: (+34) 964729658

esteban@fis.uji.es

 

 

Patrici Calvo

Personal Investigador Postdoctoral (Programa VALi+d) de la Universitat Jaume I de Castellón – España.

Es Licenciado en Humanidades (Premio Extraordinario de Carrea), Máster en comunicación, Máster en responsabilidad social corporativa (RSC), y Doctor en Filosofía Moral por la  Universitat Jaume I con la Tesis Doctoral Internacional Racionalidad económica: aspectos éticos de la reciprocidad (Cum Laude y Premio Extraordinario de Doctorado ). Además, ha incrementado sus conocimientos en ética y economía a través de estancias de investigación en la University of Oxford  en 2013 [Oxford Uehiro Centre of Practical Ethics], la Università di Bologna en 2011 [Dipartimento di Sociologia «Achille Ardigò»] y 2013-2015 [Dipartimento di Sociologia e Diritto dell´Economia], y la Fundación ÉTNOR   en 2010 [Fundación para la Ética de los Negocios y las Organizaciones].

Durante los últimos años  ha compaginado su labor como investigador del Ministerio de Ciencia e Innovación (2008-2012) y de la Conselleria d´Educació, Formació y Ocupació (2013-2015) con la realización de diferentes postgrados universitarios, como el Máster Universitario en «Nuevas Tendencias y Procesos de Innovación en Comunicación» de la Universitat Jaume I de Castellón (2009), el Máster en «Responsabilidad Social Corporativa» de la Universidad Politécnica de Valencia (2010), el Programa Iberoamericano de «Formación de Formadores en Responsabilidad Social Empresarial» de la Universidad de Buenos Aires (2010), y el «GRI Certified Training Program Certificate» del Global Reporting Initiative (GRI).

Como docente del Departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I de Castellón (España), ha impartido diferentes asignaturas de grado, como Ética Empresarial, Ética y Deontología Profesional, Ética Policial, Historia del Pensamiento Europeo y Filosofía de la Ciencia y la Cultura, y de postgrado en el Máster interuniversitario en Ética y Democracia, como Ética empresarial: comunicación y sociedad civil y Teoría crítica y Habermas: ética, política y economía. Además, forma parte del equipo de investigadores que está desarrollando el Proyecto de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico Política, empresa y educación desde la neuroética aplicada [FI2013-47136-C2-2-P/FISO], dirigido por el Dr. Domingo García-Marzá y financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad) y con Fondos FEDER de la Unión Europea.

 

LIBROS:

    • Donati, Pierpaolo y Patrici Calvo (eds.) (2014): New insights into relational goods [monográfico editado para Recerca Revista de Pensament i Anàlisi], Servei de Publicacions de la Universitat Jaume I, Castellón de la Plana.

ARTÍCULOS EN  REVISTAS CIENTÍFICAS:

 

CAPÍTULOS DE LIBRO:

    • Calvo, Patrici y Elsa González (2013): «Neuroeconomía: ¿una filosofía práctica?«, en Domingo García-Marzá y Ramón Feenstra (eds), Ética y neurociencias: la aportación a la política, la economía y la educación, (Castellón, Universitat Jaume I), pp. 93-116, ISBN: 978-84-8021-956-3.
    • Calvo, Patrici y Elena Salvador (2008): “La repressió oblidada” en Eliseu Climent (Ed.): La repressió franquista al País Valencià, (Barcelona, Ed. Tres de Quatre) ISBN: 978-84-75028-36-1.

ACTAS DE CONGRESOS:

    • Calvo, Patrici (2012): “Los Valores del Tejido Empresarial”, en Francisco Fernández y Lucia Casajús (eds), España y América en el Bicentenario de las Independencias, (Castellón, UNE), pp. 969-989, ISBN: 978-84-8021-802-3.
    • Calvo, Patrici (2011): “Ética y Neurociencia: Aportaciones de la Teoría de  Juegos Neuronales a la Ética Empresarial”, en Esteban Anchustegui y Antonio Casado (eds.), Congreso Internacional de la Asociación Española de Ética y Filosofía Política: Nosotros y los otros. (San Sebastián, Universidad del País Vasco), pp. 348-349, ISBN: 978-84-9860-539-6.

 

ARTÍCULOS EN REVISTAS DE PRENSA:

 

LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN:

    • Ética económica y organizacional,  responsabilidad social, reciprocidad, racionalidad económica, neuroeconomía, participación en la empresa y las organizaciones, sistema whistleblowing

Datos de contacto:

Patrici Calvo Cabezas

Teléfono: (+34) 964728510

calvop@fis.uji.es

 

La participación de los Stakeholders internos, factor clave del beneficio empresarial

Por diferentes motivos, la participación se ha convertido actualmente en una de las mayores preocupaciones dentro de la empresa. En mayor o menor medida, todos sus grupos internos –trabajadores, directivos, propietarios, accionistas y proveedores– muestran interés en tomar parte de la gestión empresarial. En este sentido, desde la Ética Empresarial se observa que atender a tales expectativas de los Stakeholders internos ofrece a la empresa la posibilidad de generar y potenciar un doble beneficio: estratégico y comunicativo.
Desde el punto de vista estratégico, la Ética Empresarial entiende que el desarrollo de una participación interna que no excluya a ninguno de los implicados en la actividad empresarial permite a la empresa aumentar su competitividad en el mercado. Tres cuestiones al menos apuntan en esta dirección. En primer lugar por el mayor flujo de ideas que genera, un hecho relevante para captar creatividad, generar innovación y mejorar su funcionamiento y productividad. Más si cabe teniendo en cuenta la actual coyuntura de crisis económica, donde los recursos humanos disponibles para la empresa se han visto mermados por la constante reducción de las plantillas. En segundo lugar por ser un posible elemento de diferenciación de mercado que permita atraer futuras inversiones. Sin ir más lejos, durante la reciente elaboración del nuevo Código de Buen Gobierno para las Sociedades Cotizadas se ha podido constatar la exigencia del accionariado por asumir una mayor implicación en la gestión empresarial. Por ese motivo, satisfacer tales expectativas puede convertirse en un factor importante que decante la balanza a su favor ante futuros nuevos inversores. Y finalmente, en tercer lugar por el incremento de la motivación que puede generar en los trabajadores y proveedores, lo cual mejora el clima laboral y los vínculos de pertenencia, aumentando con ello la productividad y calidad de los bienes y servicios que oferta y, por consiguiente, la maximización del beneficio.
Además, desde el punto de vista comunicativo, la Ética Empresarial entiende que una participación interna de carácter inclusivo permite a la empresa aumentar sus expectativas de futuro gracias a la resolución de conflictos y al desarrollo de recursos intangibles tan importantes para su actividad como la confianza o la reputación. Este potencial comunicativo que mantiene la participación es sumamente relevante para la empresa, pues posibilita pasar de pactos y compromisos con los cuales operar en el corto plazo, a posibles acuerdos y consensos con sus Stakeholders internos que permitan pensar en una actividad empresarial a medio y largo plazo. En este sentido, la idea clave se encuentra en la necesidad que tiene la empresa de legitimar su actividad. Partimos de que existen ciertas expectativas que los Stakeholders han depositado en la empresa y que, de no verse satisfechas, generan conflicto. En tanto ésta, en la medida de sus posibilidades, responda a las exigencias legítimas en juego y lo comunique, lo haga público, optará a un posible acuerdo cuya continua renovación ofrece la posibilidad de gestionar los recursos intangibles necesarios. Desde este punto de vista, se entiende que, a través de la participación la empresa puede conocer qué se espera de ella, qué intereses legítimos hay en juego y cuándo éstos se ven satisfechos y generan credibilidad o, por el contrario, se vuelven conflictivos y reducen las posibilidades de lograr los diferentes objetivos empresariales. De esta manera puede adaptar sus respuestas a las expectativas generadas y pensar en el posible acuerdo.

Por este motivo, es necesario que la empresa se esfuerce en generar un tipo de participación a la altura de tales pretensiones estratégicas y comunicativas. En este sentido debería, desde mi punto de vista, en primer lugar trabajar por concretar una participación de carácter inclusivo que tuviera en cuenta a todos los Stakeholders internos implicados en su actividad. En segundo lugar, esforzarse por lograr concretar una gestión más permeable y sensible hacia las expectativas legítimas de estos grupos, tanto para conocer cuáles son, como para tenerlas en cuenta a la hora de tomar decisiones. En tercer lugar, mejorar su trasparencia, lo cual implica tanto hacer público lo que se está haciendo bien, como el nivel de respuesta ante aquellas cuestiones que impiden el acuerdo. En cuarto lugar, garantizar y potenciar canales de retroalimentación entre emisor y receptor que permitan generar un diálogo tendente al acuerdo intersubjetivo entre las partes implicadas. Y en quinto lugar, velar para que las condiciones óptimas que permiten este diálogo -comunicación, inclusión, igualdad, simetría y reciprocidad- estén garantizadas.

Atender al menos a estas cinco propuestas posibilita desarrollar una participación interna que no sólo aporte beneficios estratégicos para la empresa, sino también comunicativos. Cuanto más y mejor comunique cómo está llevando a cabo su actividad y lo justifique discursivamente, cuanto más pública sea, más credibilidad generará ante sus Stakeholders internos y, por consiguiente, mayores posibilidades de maximizar el beneficio tendrá.

El valor comunicativo de la Responsabilidad Social

Desde la Cumbre de Lisboa de Lisboa del año 2000 y la posterior aparición del Libro Verde (COM 2001), la Unión Europea ha realizado un esfuerzo importante con el propósito de mostrar la relación intrínseca existente entre Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y competitividad.

El interés por llevar a cabo tal actuación viene marcado por la irrupción del fenómeno de la globalización, un proceso cuyo desarrollo en las últimas décadas ha permitido satisfacer la demanda de los mercados con oferta procedente de cualquier lugar del mundo. Ante este hecho, la apuesta europea por la integración de la Responsabilidad Social en la planificación y la gestión de sus empresas, organizaciones e instituciones responde precisamente a la necesidad de encontrar un elemento de diferenciación que les permita competir con estos otros mercados cuyos productos y servicios son, en muchos casos, de buena calidad y más asequibles económicamente para el consumidor.

Sin embargo, y a pesar de reconocer su relevancia, la literatura de la Ética Empresarial aporta una visión que va más allá del Libro Verde, demostrando que el beneficio de una correcta implementación de la RSC en la organización no es sólo estratégico, sino también moral. Es decir, la RSC no es simplemente un instrumento para conseguir satisfacer un interés particular de un determinado grupo. También se trata de un recurso que permite a la organización generar las condiciones propicias para potenciar y desarrollar los recursos morales necesarios para llevar a cabo su actividad, tales como la confianza o la reputación.

En este sentido, la clave está en la posible legitimación de una determina empresa, organización o institución. La satisfacción de las expectativas legítimas de sus grupos de interés, de todos aquellos afectados por su actividad, permite pensar en un posible acuerdo intersubjetivo cuya continua renovación es condición de posibilidad de la gestión de los recursos morales. Precisamente, la RSC guía una actividad determinada hacia el logro del posible acuerdo con los todos los afectados por ésta. En tanto se consiga ser responsable económica, legal y moralmente se estará justificando frente a éstos una acción o decisión y, por tanto, se tendrá acceso a un capital tan importante como, por ejemplo, la confianza.

 

De esta manera, nos adentramos en el valor moral del diálogo. La empresa necesita entenderse con todos sus Stakeholders. Tal hecho es necesario porque, como afirma García-Marzá, sólo “logra credibilidad o legitimidad social cuando es capaz de mantener un nivel de respuesta que genere consenso o acuerdo entre todos los grupos de implicados o afectados en su actividad” (2005:95). Así, basándose en la ética discursiva, para alcanzar ese acuerdo que la legitime es necesario establecer un diálogo igualitario y simétrico donde todos los grupos implicados y/o afectados queden incluidos como interlocutores válidos y puedan, de esta manera, aportar argumentos válidos a favor o en contra de una acción o decisión empresarial cuando ésta se vea problematizada (García-Marzá,2004:132).
Sin embargo, estas cuestiones nos introducen en la importancia que tienen la comunicación para la credibilidad de la empresa. Dada la complejidad que, por sus características, tiene para la empresa moderna el establecimiento de un diálogo donde se tenga en cuenta como interlocutores válidos a todos los implicados y/o afectado por su actividad, la comunicación nos ofrece una posibilidad plausible. En tanto que la empresa hace público cómo está llevando a cabo su actividad y lo justifica, está siendo trasparente y generando credibilidad.Este hecho nos lleva a pensar en el ‘principio de publicidad’: “Son injustas todas las acciones que se refieren al derecho de otros hombres cuyos principios no soportan ser publicados” (Kant, 1987:61). Este principio, que fue formulado por Kant en ‘La paz perpetua’ como un mecanismo para relacionar la ética y la política y que es utilizado por Garcia-Marzá para “analizar la validez moral de una acción, norma o institución” (2004:207), nos muestra un primer paso para la legitimación de la empresa: la necesidad de trasparencia. Cuanto más y mejor comunique cómo está llevando a cabo su actividad y lo justifique discursivamente, cuanto más pública sea, mayor confianza generará.

Comunicar, por tanto, abre la puerta de la participación en la empresa. O lo que es lo mismo, permite pensar en el posible acuerdo que minimice o resuelva la conflictividad y ofrezca credibilidad a la empresa frente a todos sus Stakeholders internos, una legitimidad que posibilita la gestión de los recursos morales necesarios para operar en el largo plazo. Por ello, la empresa debería velar por la potenciación y desarrollo de la comunicación interna y externa, pero no sólo como un instrumento publicitario para mejorar su imagen corporativa, sino también como recurso con el cual abordar la búsqueda de acuerdos y consensos con los implicados y/o afectados por su actividad.

García-Marzá: «Es necesario gestionar la ética para frenar la erosión continuada de la confianza en las farmacéuticas»

? El pasado lunes 8 de noviembre tuvo lugar en la Llotja del Cànem en Castellón la mesa de debate “La industria farmacéutica, hoy”, que forma parte del Club de Debate organizado por el programa Campus Obert de la Universitat Jaume I.
En la ocasión han intervenido: Domingo García-Marzá, Catedrático de Ética de la Universitat Jaume I; José Eduardo Clérigues, director general de Farmacia y Productos Sanitarios de la Generalitat Valenciana; Paloma Fernández Cano, responsable de Relaciones Institucionales de MSD -Merk Sharp & Dohme- en la Comunidad Valenciana y, Luís Lizán, profesor asociado de la UJI y coordinador del Máster Universitario de Investigación en Atención Primaria. La moderación estuvo a cargo de Carmen Tomás, periodista del periódico Mediterráneo.
Entre los temas más destacados por los ponentes estuvo la cuestión de la gestión de las industrias farmacéuticas y sus retos ante las nuevas exigencias políticas y sociales. Una temática que, desde el punto de vista de la ética, fue abordada por García-Marzá. En su intervención, el catedrático de ética de la Universitat Jaume I destacó la necesidad que tiene hoy en día toda empresa de gestionar la ética para generar confianza. Por ese motivo, es importante que la industria farmacéutica emprenda un proyecto sólido de responsabilidad social empresarial que sea capaz de superar la actual “erosión continuada de la confianza” en la cual está cada vez más inmersa.
En este sentido, García-Marzá destacó tres importantes pasos que deben ser dados para la implementación de un proyecto de gestión ética y responsable de las organizaciones. El primero de ellos sería la “mejoría de la responsabilidad de las propias empresas”. El segundo paso gira en torno al tema de que “la transparencia es fundamental”, y “es directamente proporcional a la confianza”. Y, el tercer paso sería la implementación de una propuesta de gestión que tuviera en cuenta “la idea de trabajar empresas abiertas que son capaces de trabajar en corresponsabilidad, por ejemplo, con la propia administración pública, con las universidades, con asociaciones de consumidores, con hospitales, etcétera.”
Para finalizar, García-Marzá puntualizó “combinar negocio y salud es posible, pero para que estas empresas lo puedan hacer de forma responsable requieren también de la colaboración de las administraciones y de la sociedad civil”.

GERSE presentan los resultados del Proyecto “Diseño institucional para la gestión de la ética y la responsabilidad social en UBE Europa y Latinoamérica”

La gestión de recursos morales como la confianza o la reputación es fundamental para llevar a cabo una actividad como la económica, y ello exige actualmente una mayor concreción de facto. Es decir, para la institución, organización o empresa ya no basta con demostrar que se preocupa por la comunicación, por decir lo que se hace y mostrarse poroso y sensible ante las expectativas y exigencias de los stakeholders, que también. Cada vez es más necesario para éstas establecer e implementar procesos que permitan a los stakeholders alertar, sugerir y/o denunciar de forma sistemática, segura y eficaz los abusos y malas practicas ético-legales en la institución, organización y empresa.

En este sentido, uno de los posibles mecanismos de comunicación que permitan mejorar los procesos participativos de losstakeholders en las distintas instituciones y organizaciones económicas, puede ser el sistema de comunicación whistleblowing de alertas y denuncias de irregularidades, que, dentro de un sistema de ética y cumplimiento como el desarrollado, aplicado e implementado por el grupo de investigación 033 –  Filosofía política y Ética empresarial de la Universitat Jaume I que dirige Domingo García-Marzá a través del Proyecto de Desarrollo Tecnológico  “Diseño institucional para la gestión de  la ética y la responsabilidad social en UBE Europa y Latinoamérica” [13I239.01/1], ayuda a mejorar la transparencia y promover procesos de resolución de conflictos mediante la participación comprometida de los implicados y/o afectados por las acciones y decisiones de la institución y organización.

Tras siete meses de intenso trabajo (septiembre 2013 – marzo 2014), esta estrecha colaboración entre la Universitat Jaume I y UBE Grup (2013-2014), cuyo objetivo ha sido orientar a UBE Grup en la definición y gestión del posicionamiento corporativo frente a la ética, así como diseñar los mecanismos y estructuras necesarias para su cumplimiento, ha permitido la elaboración y desarrollo de diferentes cuestiones, como un procedimiento básico para la gestión de las vulneraciones del Código ético; identificar y definir los principios, valores y normas que UBE Europa considera que deben orientar sus políticas, estrategias y toma de decisiones; desarrollar un sistema de comunicación con el que los stakeholders puedan participar y velar por el cumplimiento de los valores y conductas éticas definidas por UBE Grup; diseñar un comité de ética que permita avanzar en la comunicación y gestión de la ética y la RSE en UBE Grup.

García-Marzá: «Las organizaciones y las empresas deben crear espacios donde poder actuar éticamente»

«Las organizaciones y las empresas deben crear espacios donde poder actuar éticamente». De esta forma se expresaba ayer Domingo García-Marzá, catedrático de Ética de las Empresas de la Universitat Jaume I de Castellón y patrono de la Fundación Etnor, en el transcurso de un nuevo almuerzo-coloquio del Propeller Club de Valencia en el que se analizó la «Ética en tiempos de crisis».
Según aseguró el catedrático, «ha llegado el momento de entender que la ética es un activo para la empresa por lo que hay que desterrar la vieja idea de que la ética o la moral son como un ‘Pepito Grillo’ que oprime o recuerda las cosas negativas».

García-Marzá quiso avanzar en esta idea y aseguró que precisamente «la falta de ética ha sido una de las causantes principales de la crisis actual». Por este motivo, «es ahora el momento de plantearse «si vamos a ser capaces de ser éticos o vamos a seguir así indefinidamente».

El catedrático de la Universitat Jaume I aseguró que atravesamos «un momento de desmoralización en el que una gran mayoría (el 96% de la población según se desprende de una reciente encuesta) cree que estamos ante una crisis de valores, y si entendemos el valor como fuerza estamos ante una crisis de fuerza de valor, lo que sin duda genera la desmoralización colectiva».
García-Marzá recordó que en esta crisis «hemos hecho dejadez de nuestras competencias individuales y hemos dejado los problemas en manos de los políticos o del Estado».
Antes de finalizar su intervención, García-Marzá aseguró que la falta de ética hay que afrontarla a dos niveles: «a nivel individual, donde es necesario actuar en la educación y en la familia; y en el plano institucional o empresarial, en el que es necesario pensar cómo cambiar las estructuras para generar espacios en los que poder actuar éticamente, y la mejor forma de empezar es practicando la transparencia».
Antes de iniciar su intervención, el Presidente del Propeller Club de Valencia, Francisco Prado, hizo entrega de una metopa conmemorativa a Domingo García-Marzá y recordó que «una vez más, el Propeller ha sido muy oportuno en su convocatoria» porque es evidente que «en una gran mayoría de los mensajes que estamos recibiendo en los últimos días por parte de los medios existe detrás un problema de ética, por lo que es especialmente interesante que nos detengamos un momento y reflexionemos en torno a esta cuestión».

GERSE asesora a la multinacional UBE Europa en el diseño de su nuevo Sistema de Ética y Cumplimiento

El grupo de investigación GERSE (Gestión de la Ética y la Responsabilidad Social de la Empresa) de la Universitat Jaume I, dirigido por el catedrático de Ética Domingo García Marzá, ha colaborado con la multinacional UBE en Castellón en el diseño de su nuevo Sistema de Ética y Cumplimiento, que sitúa a la empresa castellonense entre las compañías más avanzadas en relación con su gestión ética y la puesta en marcha de los mecanismos y estructuras necesarios para garantizar su cumplimiento. La presentación del trabajo desarrollado por la UJI tuvo lugar en las instalaciones de la firma en el polígono industrial de El Serrallo en un acto que contó con la presencia del rector, Vicent Climent, y del consejero delegado de la compañía, Masahiko Nojima.

El nuevo Sistema Ético y de Cumplimiento permitirá a UBE en Europa y Latinoamérica actualizar su código ético y fortalecer su vigente sistema de cumplimiento y transparencia, de conformidad con los estándares internacionales más reconocidos y las normas internas de la matriz del propio grupo UBE, dentro de la filosofía de responsabilidad social de la empresa. El trabajo entregado a la empresa, y que lleva por título Institutional Design for the Ethics and Compliance System of UCE («Diseño institucional del Sistema de Ética y Cumplimiento de UBE»), incluye la reelaboración y actualización del Código Ético y de Conducta de la Compañía, la constitución del Comité de Ética y el desarrollo de un protocolo de actuación ante cualquier violación o incumplimiento del Código de Conducta. El trabajo desarrollado por los investigadores del grupo GERSE se ha completado con un sistema de comunicación y participación que permita integrar de forma eficaz todos los elementos relacionados con la ética.

El nuevo Código Ética y de Conducta de UBE Europa tiene como objetivo establecer unos valores comunes acordes al comportamiento ético con el que siempre ha estado comprometida la organización. Los valores de UBE recogidos en el código y agrupados bajo el acrónimo RISE (por sus siglas en inglés) son: responsabilidad, integridad, sostenibilidad e igualdad. A través del Código Ético y de Conducta, UBE Europa asume el compromiso de desarrollar su labor respetando estos valores con el máximo nivel de honestidad, para lo que define una serie de líneas de conducta relacionadas con el respeto a la dignidad de las personas; el cumplimiento de las leyes, normas y reglamentos; la gestión de la comunicación corporativa y la información; la resolución de conflictos de interés; la protección y el uso adecuado de los bienes de la empresa; la promoción de una competencia justa y abierta; el cuidado de las personas y el medio ambiente, y el desarrollo de una ciudadanía corporativa.

El Sistema de Ética y Cumplimiento desarrollado para UBE en Europa y Latinoamérica se completa con la denominada «Línea ética de comunicación de posibles incumplimientos», y la constitución de un Comité de Ética y Responsabilidad Corporativa cuya actuación se basará en los principios de independencia, trasparencia y consenso. Entre las funciones de este Comité se encuentran asesorar a la empresa en relación con el sistema de ética y cumplimiento, resolver las notificaciones de la Línea Ética y promover la información y la formación en la ética y la responsabilidad social corporativa en la empresa.

Tras el acto de entrega del trabajo final por parte de la UJI, el rector, acompañado por el vicerrector de Investigación y Doctorado, Antonio Barba, recorrió las instalaciones de la empresa en una visita en la que han participado por parte de la empresa, además de su consejero delegado, el subdirector general técnico y de negocio, Jerónimo Porras Torres; el director de responsabilidad social corporativa, Javier Miguel; el director de recursos humanos, José Luis Fulleda, y el responsable de relaciones institucionales, Pablo Cruz.

Fotografías

CSR In the internal management of organisations: a strategy for competiveness

During these early years of the twenty-first century, the European Union has made an important effort to show the intrinsic relationship between the implementation of Corporate Social Responsibility programmes in the private sector, organisations and institutions, and their increased competitiveness in the market.

The interest in this raising of awareness is due to the arrival of globalisation, a process that has developed in recent decades and one which has enabled markets to satisfy their demands with products from all over world. In view of this, Europe feels compelled to find a distinguishing feature which allows its organisations to compete with other markets with products and services which are, in many cases, of good quality and more affordable.
When it was published, the Green Paper (COM 2001) showed that the European Union was committed to the inclusion of Corporate Social Responsibility (CSR) in the planning and management of its organisations as a key factor in its positioning strategy. For the organisations, its acceptance and correct application would be a distinguishing feature enabling them to increase their competitiveness in the global market, at the same time contributing to the creation of a more dynamic, innovative and socially and environmentally sustainable European economy.
However, despite the importance of the strategic aspect, this article provides a perspective which goes beyond the scope of the Green Paper. It focuses particularly on its proposal for internal responsibility, and attempts to show that the benefits of correct implementation of Corporate Social Responsibility within organisations are not only strategic, but also communicative. In other words, Corporate Social Responsibility is not simply a tool for satisfying the particular interests of a particular internal group. It is also a resource which allows the organisation to create favourable conditions to strengthen and develop the moral resources necessary for carrying out its activities, such as trust and its reputation.
Indeed, the inclusion of Corporate Social Responsibility in the management provides guidelines for achieving a possible intersubjective understanding with all the internal parties affected by a given activity. In other words, as long as the organisation is responsible (economically, legally and morally) and can justify it publicly, it will have access to important capital; moral resources such as trust, reciprocity, reputation, solidarity, commitment, responsibility, etc…
The management of moral resources points towards a basic idea: the need for legitimacy. In the past, it was thought that continuous improvements in the account books and scrupulous respect for the law were enough to generate credibility in the organisation. However, the problem today is that the possibility of managing moral resources also requires other important questions to be answered. The various internal Stakeholders (workers, shareholders, managers, suppliers, etc…) expect the organisation not to pollute, to generate wealth and development in its surroundings, to respect human rights, to pay fair salaries, not to discriminate on the grounds of sex, religion or race, to provide decent conditions, and to comply with the agreements it reaches among many other things. Only by satisfying the internal Stakeholders’ legitimate expectations, the organisation can obtain the trust and reputation necessary to carry out its activity correctly and generate the greatest possible value. Because as García-Marzá argues, the organisation “achieves social credibility and legitimacy when it is able to maintain a level of response that generates consensus or agreement among all the groups involved or affected by its activity» (2005:95).
These ideas show us the real impact that generating a responsible culture in its internal management sphere can have for the organisation. Doing so provides access to both strategic and communicative benefits. The organisation can use internal CSR to generate greater efficiency, competitiveness, image and efficiency, strategic resources that make it possible to achieve various objectives of the organisation thanks to attracting talent, increasing the motivation of its agents, improving its corporate image, etc. But it can also generate trust, reciprocity, reputation, solidarity, commitment and responsibility. These moral resources can be used to think of an activity without conflict, which provides economic benefits as well as social and environmental ones.
In conclusión, these reasons aims to show that the need to include Corporate Social Responsibility in an organisation’s management cannot be valued solely on the basis of obtaining significant strategic benefits. Beyond the scope of the Green Paper, it is necessary to consider the possibility of access to another type of benefit which are equally important for the organisation’s activities.

La gestión ética de los territorios

?? La gestión de un territorio está relacionada a numerosas cuestiones, algunas de ellas de corte político y económico. Y, por esto, una reflexión profunda exige definir un horizonte de actuación que ayude a analizar si se está avanzando o retrocediendo en la aplicación del modelo de gestión elegido. En este sentido, si queremos pensar en el futuro de nuestro territorio haría falta una nueva alianza entre la administración pública, las empresas y la sociedad civil. Una alianza que sea capaz de frenar esta peligrosa tendencia de desmoralización de la vida pública. Y alcanzarla depende del protagonismo de la sociedad civil que es decisivo en la promoción del cambio.

Actualmente la situación de crisis económica por la que pasan las sociedades – y se refleja principalmente en los ámbitos locales – parece ser el punto de partida de los problemas políticos y sociales que se están viviendo. Sin embargo, el proyecto de repensar nuestras sociedades exige asumir una crisis de sentido de la democracia, de su legitimidad, la cual se fortalece en función de una percepción social de que la política está en manos de la economía lo que genera una crisis de confianza de las personas en sus representantes. A su vez, también una crisis social que se presenta a través de la atomización social que se vive en nuestras sociedades, en donde el individualismo y el egoísmo son los protagonistas de nuestras actuaciones. No se debe olvidar que la economía está relacionada intrínsecamente con la política y la política con la sociedad.

Por esto, para llevar a cabo una propuesta de desarrollo para nuestros territorios es importante empoderar a las personas y a las instituciones. Se trata de otorgarles poder para que se hagan responsables de parte de la vida pública y protagonistas de sus propios proyectos de vida. Previamente conviene pues tener en cuenta que, a diferencia de lo que se suele pensar, la responsabilidad pública y la responsabilidad estatal son dos ámbitos distintos y, los políticos no son los únicos responsables del ámbito público. La gestión de lo público es responsabilidad de los políticos, sin embargo la sociedad es responsable de la toma de decisión de como es la ciudad que se quiere construir. En otras palabras, cómo es la ciudad en la que quiere vivir.
Siendo así, se intentará explicar la aportación que se pretende hacer a través de una metáfora que es la de la construcción de la casa, ésta entendida como espacio común de convivencia. Para ello, la argumentación que sigue se dividirá en seis pasos. Un primer paso es preguntarse sobre qué tipo de casa se quiere construir. Y la respuesta podría ser que queremos una sociedad que sea capaz de generar las posibilidades para que todos puedan llevar a cabo su proyecto de vida buena dentro de ella, lo que se entendería como una sociedad justa.
El segundo paso es elegir dónde queremos construir, y es el momento de definir una apuesta fuerte por lo local, y preguntarnos qué están haciendo los organismos estatales y los empresarios para potenciar la edificación de las ciudades.
El tercer paso requiere definir las bases de la casa, que serán los valores morales que sean compartidos, como: la inclusión, la participación, la reciprocidad y la responsabilidad. Una estructura que debe ser fuerte y bien definida con bases sólidas para que sea posible sostener las estructuras que se construirán a continuación.
Un cuarto paso implica elevar los pilares de sostén de la casa, que no son más que las instituciones pensadas y diseñadas desde los siguientes principios: transparencia y control de las actividades, apertura al diálogo con la sociedad mediante mecanismos concretos que fomenten y permitan la participación activa de la sociedad.
Un quinto paso implica la construcción de las paredes de la casa, y aquí nos referimos a la ética profesional, es decir a la responsabilidad que tenemos como profesionales de las diversas áreas. Considerando que el hacer bien nuestro trabajo es colaborar directamente en lo público.
Y, finalmente, tendremos que techar la casa y aquí es donde situamos la educación. Esta es la condición para que construyamos nuestro carácter, pues uno no nace sabiendo ser un buen ciudadano. La educación es la única capaz de transformar este ciclo vicioso entre la economía, la política y lo social en un ciclo virtuoso. Todo ello, siempre considerando que la base de nuestra construcción son los valores morales compartidos y que, sin ellos, la cimentación de nuestra casa –nuestro territorio – será muy difícil de conseguir.