Frankenstein: el origen de la Neuroética

Adela Cortina, 12/11/2010

 En 2002 nace un nuevo saber, la Neuroética, en un congreso organizado por la Fundación Dana, interesada por las neurociencias. El congreso se celebra en San Francisco, con la asistencia de un buen número de especialistas, dispuestos a presentar en sociedad a la recién nacida, que tendrá por delante una apasionante tarea: no solo se ocupará de evaluar éticamente las investigaciones y las aplicaciones en neurociencias, sino también de tratar problemas fundamentales de la vida humana en los que está implicado el cerebro, como la libertad, la conciencia, el yo, la relación mente-cuerpo o las bases cerebrales de la moral.

Desde el congreso fundacional han aumentado exponencialmente las instituciones y publicaciones dedicadas al tema, llegando en ocasiones a la convicción de que la Neuroética es al siglo XXI lo que la Genética fue al XX, el gran reto que las ciencias plantean a la ética, ahora gracias al avance de las neurociencias.

El abanico de aplicaciones que abre el nuevo saber es inmenso, pero de entre ellas una se ha convertido en el asunto estrella: el enhancement, la posible mejora de las capacidades humanas interviniendo en el cerebro, el perfeccionamiento de facultades normales, y no solo la curación de patologías. La perfectibilidad del hombre, el gran reto del siglo XXI, las virtualidades y los límites de conseguir hombres y mujeres mejores interviniendo en el cerebro.

¿No desearía usted que le insertaran un chip para hablar inglés sin necesidad de academias? ¿No querría recuperar aquella fabulosa memoria de la juventud? Si la nueva Genética preparaba el Mundo feliz que diseñó Aldous Huxley, las neurociencias permitirían encarnar por fin el sueño del doctor Frankenstein.

Porque según cuenta uno de los fundadores de la Neuroética, William Safire, el nuevo saber nació en realidad en 1816 con el Frankenstein de Mary Shelley. ¿Lugar? Villa Diodati, en los alrededores de Ginebra. Allí se han reunido Lord Byron, Shelley, Polidori y Mary, que más tarde llevaría el nombre de Mary Shelley. El mal tiempo les obliga a permanecer en la villa y deciden hacer la apuesta de escribir cada uno un relato de terror. Al finalizar la estancia solo Mary ha sido capaz de terminar ese relato Frankenstein: el Prometeo moderno, con el que, al parecer, y sin ella saberlo, nació la Neuroética.

Claro que contar de este modo la prehistoria del nuevo saber puede parecer disuasorio, que es un intento de prevenir contra las posibles consecuencias nefastas de la tarea prometeica de intentar crear hombres más perfectos, porque puede llevar a producir monstruos. Como ella misma confiesa, Mary había leído los trabajos de Erasmus Darwin, el abuelo de Charles Darwin, sobre la creación de la vida artificial, y los toma como base para su obra. Por eso, aunque empieza escribiendo una historia de terror, va pasando poco a poco a contar un relato sobre la perfectibilidad del hombre y acaba descubriendo que el presunto hombre más perfecto no es más que un monstruo. Se trataría a fin de cuentas de una novela educativa más, con una moraleja que convendría recordar en el siglo XXI, cuando las técnicas de neuroimagen permiten conocer más a fondo el cerebro y se hacen posibles intervenciones de mejora. Agitar el espantajo del monstruo de Frankenstein sería la forma de prevenir frente a esta nueva tarea prometeica.

Pero no es este el mensaje que encontrará en la novela de Shelley quien no solo lea el comienzo, sino que llegue hasta el final. Sin duda la criatura de Frankenstein es un hombre distinto de los conocidos, más perfecto en algunas de sus capacidades, pero, precisamente por eso, no puede encontrar a ningún semejante, nadie puede reconocerle como un igual en humanidad. Y el hilo conductor de la novela es la búsqueda desesperada de un igual en quien poder reconocerse, a quien poder estimar y de quien recibir estima. Al final del relato el monstruo maldice a su creador por haberle creado con un gran anhelo de felicidad y sin los medios para satisfacerlo: le ha dado grandes capacidades, pero no la posibilidad de encontrar a un igual con el que compartir vida y destino, no hay derecho a crear a un ser sin ofrecerle a la vez los medios para ser feliz.

Ese era en realidad el mensaje de Mary Shelley: que los miembros y los órganos de un ser humano, incluido el cerebro, pueden ser muy perfectos, pluscuamperfectos, pero nada garantiza que su vida sea una vida buena si no puede contar con otros entre los que saberse reconocido y estimado. «El ángel rebelde -dirá el monstruo de Frankenstein- se convirtió en un monstruo diablo, pero hasta ese enemigo de Dios y de los hombres cuenta en su desolación, con amigos y compañeros. Yo estoy solo».

Tal vez este debiera ser el mensaje de una Neuroética pensada en serio, prometedora en tan gran cantidad de posibilidades, cuidadosa de esa dimensión del reconocimiento mutuo sin la que la felicidad flaquea. Tal vez sea ese el modo de superar el fracaso de Frankenstein en un proyecto de vida, no tanto más perfeccionada, como buena.

Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas, y directora de la Fundación ÉTNOR.
Artículo publicado en el periódico El País el 17/10/2010

García-Marzá: «Es necesario gestionar la ética para frenar la erosión continuada de la confianza en las farmacéuticas»

 El pasado lunes 8 de noviembre tuvo lugar en la Llotja del Cànem en Castellón la mesa de debate “La industria farmacéutica, hoy”, que forma parte del Club de Debate organizado por el programa Campus Obert de la Universitat Jaume I.
En la ocasión han intervenido: Domingo García-Marzá, Catedrático de Ética de la Universitat Jaume I; José Eduardo Clérigues, director general de Farmacia y Productos Sanitarios de la Generalitat Valenciana; Paloma Fernández Cano, responsable de Relaciones Institucionales de MSD -Merk Sharp & Dohme- en la Comunidad Valenciana y, Luís Lizán, profesor asociado de la UJI y coordinador del Máster Universitario de Investigación en Atención Primaria. La moderación estuvo a cargo de Carmen Tomás, periodista del periódico Mediterráneo.
Entre los temas más destacados por los ponentes estuvo la cuestión de la gestión de las industrias farmacéuticas y sus retos ante las nuevas exigencias políticas y sociales. Una temática que, desde el punto de vista de la ética, fue abordada por García-Marzá. En su intervención, el catedrático de ética de la Universitat Jaume I destacó la necesidad que tiene hoy en día toda empresa de gestionar la ética para generar confianza. Por ese motivo, es importante que la industria farmacéutica emprenda un proyecto sólido de responsabilidad social empresarial que sea capaz de superar la actual “erosión continuada de la confianza” en la cual está cada vez más inmersa.
En este sentido, García-Marzá destacó tres importantes pasos que deben ser dados para la implementación de un proyecto de gestión ética y responsable de las organizaciones. El primero de ellos sería la “mejoría de la responsabilidad de las propias empresas”. El segundo paso gira en torno al tema de que “la transparencia es fundamental”, y “es directamente proporcional a la confianza”. Y, el tercer paso sería la implementación de una propuesta de gestión que tuviera en cuenta “la idea de trabajar empresas abiertas que son capaces de trabajar en corresponsabilidad, por ejemplo, con la propia administración pública, con las universidades, con asociaciones de consumidores, con hospitales, etcétera.”
Para finalizar, García-Marzá puntualizó “combinar negocio y salud es posible, pero para que estas empresas lo puedan hacer de forma responsable requieren también de la colaboración de las administraciones y de la sociedad civil”.

Lanzamiento del Informe sobre Desarrollo Humano 2010 Naciones Unidas

 El 4 de noviembre se celebró el lanzamiento de la Edición del Vigésimo Aniversario del Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, titulada “La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al desarrollo humano” en la sede de las Naciones Unidas. La presentación corrió a cargo del Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, la Administradora del PNUD Helen Clark y el premio Nobel Amartya Sen.

Jeni Klugman, principal autora del IDH 2010, expuso las principales conclusiones, entre las que se incluye su reveladora revisión de los datos relativos al desarrollo global y las tendencias de las últimas décadas. Asimismo, presentó nuevos índices de desarrollo humano, por ejemplo, el Índice Multidimensional de la Pobreza (MPI, por sus siglas en inglés). Como parte de la conmemoración del vigésimo aniversario, la Oficina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano volverá a publicar todos los IDH anteriores en formato PDF y libro electrónico, que se podrán descargar gratuitamente.
El primer Informe sobre Desarrollo Humano, publicado en 1990, comenzó con una premisa simple que ha orientado todo su quehacer posterior: “La verdadera riqueza de una nación está en su gente”. Al corroborar esta afirmación con un cúmulo de datos empíricos y una nueva forma de concebir y medir el desarrollo, el Informe ha tenido un profundo impacto en las políticas de desarrollo en todo el mundo.

Esta edición especial conmemorativa del vigésimo aniversario contiene algunos comentarios introductorios de Amartya Sen, economista ganador del Premio Nobel, quien trabajó con el fundador de la serie, Mahbub ul Haq, en la concepción del primer Informe sobre Desarrollo Humano e inspiró y participó en varias de sus ediciones posteriores.

El Informe 2010 mantiene la tradición de ir más allá del paradigma del desarrollo. Por primera vez desde 1990, hace un recuento exhaustivo de las últimas décadas y reconoce tendencias y patrones muchas veces inesperados que aportan lecciones importantes para el futuro. Esta diversidad de caminos hacia el desarrollo humano demuestra que no existe una fórmula única para el progreso sostenible, y que es posible y se han logrado avances extraordinarios a largo plazo aún sin un alto nivel de crecimiento económico.

Mirando más allá de 2010, este Informe analiza aspectos cruciales del desarrollo humano, desde las libertades políticas y el empoderamiento hasta la sostenibilidad y la seguridad humana –y esboza un programa más amplio de investigaciones y políticas para responder a estos desafíos.
Según escribe Amartya Sen: “Veinte años después de la publicación del primer Informe sobre Desarrollo Humano, los logros conseguidos ameritan grandes celebraciones. Pero también debemos mantenernos alerta para encontrar formas de mejorar la evaluación de las adversidades de antaño y de responder a las nuevas amenazas que ponen en riesgo el bienestar y la libertad humana”.

Fuente: PNUD [ver]

«Economía Civil. Eficiencia, Equidad, Felicidad Pública»

 “Economía Civil. Eficiencia, Equidad, Felicidad Pública” es un interesante libro de Stefano Zamagni y Luigino Bruni cuya primera edición en castellano vio la luz en 2007 gracias a la Editorial Prometeo.
La obra trata sobre las relaciones de reciprocidad que se establecen en el ámbito tanto social como económico, desarrollando con ello una concepción de economía civil basada en el pensamiento del Humanismo civil del siglo XV. En suma, el libro busca indagar en un camino de desarrollo económico diferente al propuesto por la teoría neoclásica tradicional, capaz de hacer del mercado tanto un encuentro de intereses como, y sobre todo, de gratitudes cuyo propósito sea la construcción de la felicidad pública a través de la autorealización de los participantes. (Buenos Aires, Prometeo, 2007).
Actualmente el libro en castellano se encuentra agotado, pero puede contactarse con la editorial Prometeo para conocer la fecha de reedición programada [contactar]

FEAPS CV da a conocer su memoria de responsabilidad

 FEAPS CV ha dado a conocer todas sus actuaciones en materia de responsabilidad social, a través de la publicación de su primera memoria de Responsabilidad Social Organizativa. La Federación de Asociaciones en favor de las personas con discapacidad intelectual de la Comunidad Valenciana (FEAPS CV), pretende evidenciar y dotar de mayor transparencia su quehacer cotidiano entre sus grupos de interés; familias, personas con discapacidad, profesionales, voluntarios, miembros de junta directiva, asociaciones….
Esta memoria recoge las actuaciones realizadas en materia social, económica y ambiental así como los compromisos adoptados para el próximo año 2011. Como dice la presidenta de la entidad, Pepa Balaguer, “hemos creído en la ética y aunque aun nos queda mucho por hacer, hemos sido capaces de elaborar un Código ético, que nos recuerda que en nuestro trabajo no todo vale”.
La pretensión del movimiento asociativo FEAPS es invertir en el presente y en la mejora del futuro los recursos existentes y los que se obtengan de trabajar en esta línea. La memoria de Responsabilidad Social de FEAPS CV es un instrumento de evaluación y valoración de la dimensión ética de la organización. Ha sido reforzada con los indicadores del nivel B pertenecientes a la metodología del Global Reporting, y los indicadores de discapacidad de la Fundación ONCE, con el fin de responder de forma más eficaz a la confianza depositada de los grupos de interés en la federación y difundir estos valores de responsabilidad social en el movimiento asociativo. Es una herramienta de comunicación clave para mejorar la gestión de la confianza y la transparencia, entendida como la capacidad de devolver a sus públicos una respuesta a esos intereses y necesidades que fueron depositados en la organización.
¿Qué es FEAPS CV FEAPS Comunidad Valenciana?
Es la Federación de Asociaciones en favor de las Personas con discapacidad intelectual de la Comunidad Valenciana. Una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, además de la entidad más representativa del sector en la Autonomía. La constituyen un total de 52 Asociaciones, más de 8000 socios y 6000 usuarios, 120 Servicios de atención directa y casi 1500 profesionales. FEAPS CV se constituye en 1988 con Entidades de Castellón, Valencia y Alicante con el fin de dar servicio a las Asociaciones que la integran, a Padres de Personas con discapacidad intelectual y a las propias Personas con discapacidad para hacer un frente común de defensa y reivindicación ante los organismos competentes. Cabe destacar que FEAPS CV es miembro constituyente del Comité Español de Representantes de Minusválidos de la Comunidad Valenciana, CERMI-CV y es una entidad más de las 19 que existen en todo el territorio nacional y que conforman el Movimiento Asociativo FEAPS representado por la Confederación Española de Organizaciones en favor de las personas con discapacidad intelectual.

FEAPS CV: Federación de Asociaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual de la COMUNIDAD VALENCIANA

Trabajos con apoyo, Empresas con apoyo

Mónica Gassent, 05/11/10
 Con la que está cayendo en el terreno laboral, sólo nos faltaba poner el dedo en la llaga y empezar a hablar de un colectivo como son las personas con discapacidad intelectual, que presenta tasas de actividad y empleo por debajo de la población en general. El INE, Instituto Nacional de Estadística, indica que la tasa de inactividad del colectivo ronda el 44% frente al 30% de la población general entre otros datos de interés.
La máxima de que el trabajo es un elemento clave en la vida de cualquier persona rige igual para muchas de las que tienen discapacidad cuyo proyecto de vida pasa por el empleo. Sin embargo, hay que ser conscientes de las dificultades con las que se encuentra este colectivo para acceder a él y mantenerlo. Las propias personas con discapacidad intelectual se plantean “¿qué podemos hacer los miembros integrantes de una asociación, para que si una empresa lanza una oferta de trabajo en la que solicita a un discapacitado, confíe en que podemos realizarlo en lugar de ponernos barreras?”, estas palabras de Máximo Martí, usuario de ASMISAF; hacen que, desde las entidades del sector de la discapacidad, nos planteemos que es imprescindible informar u obtener mayor visibilidad en el mundo empresarial e incluso ofrecerles un proceso más sencillo para la contratación y más concretamente en las PYMES que configuran el 98% del tejido empresarial de nuestro entorno.
Las empresas, desde la perspectiva de la creación de empleo, tampoco están atravesando una etapa sosegada; no obstante, es un hecho que algunas de ellas, desde su política de responsabilidad social, están orientando su demanda de trabajadores con discapacidad gracias a asociaciones o fundaciones especializadas en formación y asesoramiento de este colectivo. Varios ejemplos fueron expuestos en la Jornada sobre Integración Laboral de Personas con discapacidad realizada en Quart de Poblet el pasado mayo. Sin embargo, también se advirtió en dicho foro que queda mucho por hacer sobre todo cuando hablamos de discapacidad intelectual. Es obvio que no todas las empresas presentan la misma predisposición a la hora de la contratación. Por eso es más habitual encontrarnos con opiniones de empresarios del tipo de: “Si ya es difícil contratar a una persona normal, pues imagínate a un discapacitado”; impresiones de dirigentes que nunca o alguna vez se han planteado insertarlos en la plantilla de su organización. Este tipo de comentarios, resume la percepción de las empresas sobre la inserción de colectivos en riesgos de exclusión. En primer lugar, manifiestan desconocimiento de la discapacidad, miedo e inseguridad y por otra parte, plantean la inserción como un gasto y no como una inversión, entre otros pretextos.
En resumen, a pesar de que los empresarios vean en esta práctica una forma positiva de hacer bien las cosas, terminan en gran parte, remitiendo a excusas como las anteriores. Sin embargo, la administración pública ha dado un salto cualitativo en la integración realizando la primera convocatoria de oposiciones pensada y diseñada para el colectivo de la discapacidad intelectual. Una iniciativa respaldada con la inserción de cláusulas sociales en la misma y que puede servir de ejemplo y/o requisito para sus colaboradores (proveedores, subcontratas, concursos públicos, etc.).
Hoy en día, no podemos excluir la discapacidad y otros colectivos de la reivindicación de derechos laborales, de la responsabilidad social de las empresas y menos de la sociedad en general. No gestionar bien la diversidad de personas, implica generar conflictos, mermar el clima laboral y perder oportunidades de negocio. Gestionarla bien, aumenta la productividad, genera una ventaja competitiva en el mercado laboral y en los mercados de consumo y, por supuesto, la mejora de la imagen y la comunicación de la empresa en base a unos valores corporativos solidarios. FEAPS Comunidad Valenciana, como sus entidades asociadas conocedoras de la actual situación, quieren llamar la atención de las empresas y extenderles la mano, siempre que estén dispuestas a optar por una inserción responsable. Es básico para ambos buscar alianzas con el fin de generar nuevas oportunidades y posibilitar, como agentes activos de la ciudadanía que son las empresas y el tercer sector, una transformación social. De este modo, la alianza o el apoyo mutuo se transforman en un instrumento vivo, eficaz y por supuesto, en coherencia con la responsabilidad social.
Mónica Gassent es la responsable de RS de FEAPS-CV

Artículo publicado en el periódico Mediterráneo el 31/10/2010

I Seminario de ética y neurociencias: aplicaciones a la economía y a la política

 El pasado miércoles 3 de noviembre, Patrici Calvo, becario de investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación, abrió el I Seminario de ética y neurociencias: aplicaciones a la economía y a la política realizado por el Grupo de Investigación de “Ética y Neurociencias: La aportación de la neuroeconomía a la dimensión ética del diseño institucional” de la Universitat Jaume I con su propuesta «La empresa y la economía desde el principio de reciprocidad».

El ponente presentó el estudio que ha llevado a cabo sobre el principio de reciprocidad desarrollado por Stefano Zamagni, uno de los teóricos que más lo ha trabajado en los últimos tiempos tanto desde el punto de vista teórico como práctico, con el objetivo de precisar hasta qué punto puede éste aportar propuestas plausibles a la Ética Empresarial y la RSE en sentido dialógico en la reflexión y justificación de las conductas responsables de y en las empresas.

Durante la exposición y el posterior debate, se destacaron las aportaciones de las neurociencias –sobre todo de la neuroeconomía- a la justificación de la necesidad de una economía y una empresa basada no sólo en el principio de intercambio de equivalentes, sino también, y sobre todo, en el principio de reciprocidad. Calvo destacó en su intervención que la introducción de otros campos de estudio en la teoría de los juegos como la psicología, la sociología, la biología evolutiva, la filosofía moral o, en última instancia, la neurología –a través de la teoría neuronal de los juegos- ha permitido constatar empíricamente que, en primer lugar, las conductas económicas no responden tácitamente a un modelo único de ser humano, un individuo que actúa en el mercado por y para sí, guiado exclusivamente por una racionalidad estratégica y, en segundo lugar, las conductas humanas dentro de la economía y de la empresa son mucho más complejas de lo que ingenuamente se pensaba en un primer momento.

Calvo explicó como, ante la aparente imposibilidad de comprender en su totalidad el proceso económico moderno desde un enfoque basado únicamente una racionalidad estratégica, es cada vez más notable la literatura especializada que se decanta por la necesidad de dilucidar un nuevo tipo de racionalidad económica que no ancle sus raíces en la devaluada figura del homo economicus. Una racionalidad no exclusivamente estratégica que permita comprender mucho mejor la complejidad de las conductas humanas en contextos económicos y, con ello, la insostenibilidad actual del sistema y de las instituciones, organizaciones y empresas del mercado.

Como conclusión de la primera sesión del I Seminario de Ética y neurociencias: aplicaciones a la economía y a la política, Calvo apuntó que “ampliado el marco de posibilidades al desterrar la visión autista que ha caracterizado el pensamiento de la escuela neoclásica, fundamentada en la racionalidad del homo economicus, se abre la posibilidad de que, por una parte, los comportamientos éticos de las empresas dejen de verse como un pasivo que minimiza o ralentiza la consecución del beneficio económico; por otra, que el uso de la razón práctica y la razón expresiva entre otras dejen de estar condicionadas en contextos económicos por el trato de favor dispensado a la razón estratégica o técnica; y finalmente, que puedan ser atendidas sin ningún tipo de agravio aquellas actitudes que, siempre dentro de un marco normativo, resulten más ventajosas para la empresa en cada momento y en cada caso concreto y que redunden tanto en la sostenibilidad de éstas —económica, legal y moral— como en el bien-estar y el estar-bien de las personas implicadas”.

Ética Empresarial y RSE en América Latina

Dilnéia Couto, 29/10/10
En América Latina el tema de la ética empresarial como ética aplicada está todavía a la espera de ser efectivamente ‘estudiado’. A pesar de que los investigadores sobre Filosofía Moral conozcan y reconozcan, en la gran parte de los casos, la importancia de las éticas aplicadas y de la ética empresarial para las instituciones, Parece ser que todavía se toma esta perspectiva como muy innovadora, lo que lleva a una carencia de estudios filosóficos que aporten fundamentos normativos para una ética empresarial, desarrollados en el contexto latinoamericano.

Por esto, al hablar de ética empresarial se denota una gran confusión entre los términos “ética empresarial”, como fundamento normativo, y “responsabilidad social”, como una propuesta aplicada de gestión. Puesto que, cuando se estudian los ejemplos prácticos de aplicación de la gestión de la responsabilidad social empresarial es posible observar que existe una gran preocupación por llevar este tema, especialmente, al ámbito de la aplicación.
Asimismo, intentando ubicar la situación de la gestión aplicada de responsabilidad social empresarial, se puede decir que este tema está bastante presente en dicho contexto desde inicios del siglo XX. Sin embargo, esta concepción estuvo hasta los últimos años bastante arraigada a la idea de filantropía, concibiéndola como “una acción de caridad de la empresa hacia la comunidad”. En este sentido, se observa que el tema empezó a ganar espacio desde la perspectiva de una práctica empresarial que se compondría de proyectos de apoyo comunitarios, ya que, en aquél período eran bastante escasas o casi inexistentes las investigaciones propias de la temática (Correa et. Al. 2004: 7).

Es decir, parece ser que la gestión aplicada de la ética surge en Latinoamérica a partir de las experiencias de grandes conglomerados de empresas que, debido a experiencias en el exterior, empiezan a intentar aplicar algunos márgenes de aplicación también ahí. Esto es, proyectos que con el rotulo de RSE se destacaban como filantropía social.

Sin embargo, la concepción de RSE gana espacio a inicios de los años noventa del siglo XX como “parte de la gestión de negocios y dentro de un concepto integral” por una parte, y “aunque se nota la fuerte presencia de la filantropía, es sorprendente el interés y la cantidad de iniciativas, seminarios, organizaciones, trabajos universitarios” que empezaron a aparecer desde entonces. Esto tanto por iniciativa de las empresas como de la sociedad. Por otra parte, parece ser que “la responsabilidad social es todavía una consideración secundaria en los negocios de las empresas latinoamericanas” (Correa et. Al., 2004: 07-08).

Con el desarrollo de la temática la cantidad de organizaciones sociales que comienzan a cobrar publicidad y prestigio es bastante significativa; entre ellas se pueden destacar algunas como: la red EMPRESA, la WBSCD (Consejo empresarial mundial para el desarrollo sostenible) que tiene cobertura regional, Instituto ETHOS, FIDES (Fundaçao Instituto de Desenvolvimento Social e Empresarial), etc. Se tratan de organizaciones que desarrollan proyectos y publicitan el tema de la RSE, todas ellas con sede propia en América Latina.

Además, parece importante que se vean los muchos ejemplos que pueden ser presentados de fundaciones que nacionalmente proponen indicadores para analizar la RSE en sus países, por citar algunos: el IARSE (Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresarial); el IBASE (Indicadores de Balance Social creado en 1997 en Brasil); el Instituto ETHOS de Empresas e Responsabilidade Social (creado en 1998 en Brasil y cuenta con una red de indicadores sociales desde el 2003) la Fundación ProHumana en Chile; el CCRE (Centro Colombiano de Responsabilidad Social); la Fundemas (Fundación Empresarial para la Acción Social) en El Salvador. Cabe recordar que todas estas fuentes pueden ser ampliamente revisadas y consultadas a través de la red de Internet.

Se tratan de iniciativas locales que pretenden fundar sus propias bases de estudios y aplicación de indicadores de responsabilidad social que se adapten mejor a sus realidades sociales. Sin embargo, actualmente todos ellos cuentan con algunos objetivos comunes, tales como: el desarrollo sostenible, la gestión social y ecológica de las empresas.

La RSE en Latinoamérica

 La propuesta que tenemos para esta etiqueta es divulgar temas relacionados a la investigación, proyectos empresariales, cursos, congresos, etc. que traten del tema de la RSE dentro del contexto social Latinoamericano.
Un espacio de interacción y diálogo que pretende integrarse en las temáticas de debates y preocupación que son tratadas en los diferentes países de América Latina. Además de ser un espacio de divulgación que pretende ser un estimulador del estudio, la investigación y la práctica de la Ética Empresarial y la RSE en Latinoamérica.
En definitiva, nuestra pequeña aportación al proceso de construcción del diálogo entre las diferentes voces plurales que están preocupadas y trabajan a favor del desarrollo de los temas tratados en este blog.
¡Bienvenidos!

Empresa y derechos humanos

Adela Cortina, 11/10/10
 El discurso de los derechos humanos ha irrumpido en el mundo de la empresa desde hace años, pero especialmente desde que en 2003 las Naciones Unidas aprobaran unas Normas sobre las responsabilidades de las empresas transnacionales y otras empresas en la esfera de los derechos humanos, y desde que en 2005 la Comisión de Derechos Humanos de la ONU solicitara el nombramiento de un Representante Especial para estos temas. La resolución fue aprobada con el voto de 49 países, entre 53, y con la oposición de Estados Unidos, y en agosto de 2005 John Ruggie fue elegido para ese cargo. ¿Por qué era imprescindible abrir un ámbito explícito de reflexión y acción sobre derechos humanos en el mundo empresarial?

El recuerdo de catástrofes como la de Union Carbide en Bhopal (India) en 1984, al producirse un escape de una sustancia tóxica, que causó la muerte de miles de personas y la enfermedad de casi 200.000, las condiciones de explotación en que trabajan gentes en fábricas y plantaciones en distintos lugares del mundo, las consecuencias de las patentes farmacéuticas en las muertes por sida y otras enfermedades, la restricción de libertades, como las de expresión o asociación, en países del Sur, todo este conjunto de violaciones palmarias, ayuda a encontrar una respuesta.

Ante situaciones como éstas no basta con que las empresas asuman voluntariamente su responsabilidad corporativa y hagan un triple balance económico, social y medioambiental. Es necesario que respeten esos derechos que son cartas de triunfo, ante las que se debe anular cualquier otra jugada, y que lo hagan como una obligación de justicia básica, no como una opción voluntaria.

Ciertamente, en 1999 el anterior Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, invitó a las empresas a sumarse a un Pacto Mundial para fomentar buenas prácticas en el terreno de derechos humanos, laborales, medioambientales y en la lucha contra la corrupción. Pero no basta con eso, menos todavía en un mundo globalizado, cuando en una gran cantidad de países del Sur existen enormes vacíos legales, que impiden defender a sus habitantes frente a actividades inhumanas de algunas empresas autóctonas, pero también transnacionales. Por eso se hizo necesario ir más allá del Pacto Mundial y de la Responsabilidad Social Empresarial, hacia algo tan básico como el ámbito referido a Empresa y Derechos humanos.

En este sentido, Ruggie recomienda promover un nuevo marco normativo internacional, centrado en tres pilares: el deber estatal de proteger los derechos humanos, la obligación empresarial de respetarlos, y la promoción de mecanismos para reparar las violaciones. «Proteger, respetar, remediar» es el nuevo mantra, que han de asumir Estados y empresas de cualquier dimensión y grado de complejidad, pero especialmente las transnacionales, porque no sólo los individuos son responsables de sus actuaciones, lo son también las organizaciones, algunas de las cuales tienen un enorme poder. Y a mayor poder, mayor responsabilidad.

Es urgente entonces integrar el respeto por los derechos humanos en el núcleo duro de la empresa, identificar los aspectos de la actividad empresarial que afectan a derechos básicos, diseñar prácticas de respeto, adoptar indicadores para evaluarlas y someterse al control de auditorías internas y externas. Todo ello compone un êthos, un carácter de la empresa, que tiene que ser asumido desde dentro.

Están en juego derechos de las tres generaciones, desde el derecho a la vida, en casos como el de Bhopal, la fabricación y el comercio de armas, las patentes, el precio de los alimentos y tantos otros, pasando por la libre expresión de quejas, la libre asociación, la no discriminación, el salario digno para mantener una familia, la no explotación infantil ni de adultos o la seguridad, hasta el derecho al desarrollo. Imposible será avanzar en los siempre aplazados Objetivos de Desarrollo del Milenio, si no se suman las empresas.

A día de hoy, el asunto está en la calle. Por poner un ejemplo, las fundaciones Carolina y Fòrum Universal de les Cultures han organizado un debate sobre ello, con la presencia de Mary Robinson, Presidenta de Iniciativa por una Globalización Ética, en el marco de la Presidencia Española de la Unión Europea. Dos desafíos, ante todo, se ponen sobre la mesa: las empresas, como cualquier organización humana, están obligadas a respetar los derechos humanos, a no dañar; pero también pueden promover su protección dentro de su área de influencia, pueden sí apoyar su protección positivamente.

Las empresas pueden ayudar a romper el círculo vicioso de las violaciones que se instala en países con lagunas legislativas y gubernamentales, y dar comienzo al círculo virtuoso de las buenas prácticas. Como bien ha dicho Sen, una empresa ética es un bien público, del que se beneficia la sociedad en su conjunto. Pero también pueden tratar de influir en el gobierno y en la sociedad para que se genere y se ponga en vigor una legislación acorde con los derechos humanos. Proteger no es sólo tarea de los Estados, a la empresa ciudadana cabe también la tarea de promover la protección, teniendo en cuenta que hoy la ciudadanía no puede ser sino, a la vez, local y cosmopolita.

Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas, y directora de la Fundación ÉTNOR.

Artículo publicado en el periódico El País el 04/02/2010