El posgrado en bioética de la Universitat Jaume I prepara el comienzo del nuevo curso

 La Universitat Jaume I de Castellón, en colaboración con un grupo de profesionales sanitarios, pondrá en marcha el próximo 18 de octubre una nueva edición del Curso de Especialista Universitario «Bioética: humanizar la asistencia sanitaria» (@ distancia).

Este postgrado @ distancia, que contiene una carga lectiva de 30 créditos ECTS, aborda los conceptos básicos de bioética y su aplicación desde una doble perspectiva. Por una parte, incide en la fundamentación ética y su desarrollo en la práctica sanitaria, las principales situaciones conflictivas y la toma de decisiones. Por otra parte, el curso se preocupa del diseño institucional de las organizaciones sanitarias que se requiere para la implementación de la ética.

El programa del curso se estructura en cinco bloques. Los primeros cuatro (27 créditos) abordan, desde la perspectiva bioética, la asistencia sanitaria tanto en su vertiente clínica como organizacional. El último bloque (3 créditos) complementará la formación teórico-práctica mediante el desarrollo de un trabajo final.

El próximo jueves 14 de octubre de 2010 finaliza el plazo para poder matricularse en este posgrado universitario en bioética. Para más información al respecto, puede consultarse la web del posgrado en bioética (www.cursobioetica.uji.es) o ponerse en contacto con la responsable del Centro de posgrado de la universitat Jaume I:

Sonia Falcó Aledón
Centre de Postgrau i Formació Continuada
Campus del Riu Sec
Universitat Jaume I
12071 – Castelló
email: falco@mail.uji.es
Telf +34 964 38 7230
FAX +34 964 38 7008

El Seminario ÉTNOR de Ética Empresarial cumple 20 años

 Adela Cortina y Jesús Conill, Catedráticos de Ética de la Universidad de Valencia y fundadores de ÉTNOR, fueron los encargados de marcar el inicio del 20º Seminario ÉTNOR de Ética Económica y Empresarial.

Como destacó Emilio Tortosa, Presidente de esta institución desde sus inicios, y que precisamente ayer recibió el distintivo de “hijo adoptivo” de la ciudad de Valencia, “estos 20 años no son más que un acicate para seguir adelante con nuestra responsabilidad y nuestro gran objetivo: hacer de las empresas y las organizaciones en general un espacio ético en el que los valores tengan el papel que les corresponde”.

Tortosa también habló de las dificultades que estamos atravesando en el momento presente y precisamente por ese motivo esta edición del Seminario se dedicará a la cuestión de Revitalizar las empresas para construir una buena sociedad, o lo que es lo mismo, “de transmitir vitalidad o energía a nuestras empresas y a nuestra economía”. Ese es el reto de la Fundación hoy en día: “no vivir de los 20 años pasados, aunque tampoco olvidarlos; no tirar la toalla ante las dificultades y las incertidumbres que nos rodean, aunque sí analizarlas y conocerlas; sino seguir esforzándonos día a día por re-moralizar la empresa”, concluyó el Presidente.

Por este motivo, Cortina y Conill retomaron en esta primera sesión la cuestión de las metas fundamentales de la economía y la empresa. Por su parte Conill, experto en Economía Ética, destacó la importancia de recuperar “el sentido originario de la actividad económica, que no es otro desde la antigüedad que construir una buena sociedad mediante la satisfacción de necesidades”. El Catedrático también habló de la importancia de “recordar las veces que haga falta que no son lo mismo las necesidades objetivas, por naturaleza limitadas, y los deseos subjetivos ilimitados”.

Por su parte Adela Cortina hizo un repaso de los elementos explícitamente éticos que han ido aflorando en estos 20 años en el mundo empresarial y que son un gran avance de la ética en las organizaciones. Así destacó: los códigos éticos, auditorías y observatorios de la calidad ética de las organizaciones; los códigos de buen gobierno; la banca ética, banca solidaria, la inversión socialmente responsable, etc.; el comercio justo; el consumo responsable; la fuerza de los RR.HH como base de la economía del conocimiento; la idea de la empresa ciudadana; la economía y ética del desarrollo humano, ligado a las empresas; los microcréditos; la responsabilidad social, entre otros.

Para Cortina, “todos estos elementos están hoy en la calle y son irreversibles, lo cual quiere decir que la historia la hacen los hombres. Podemos incidir y podemos abrir nuevos caminos, podemos reforzar unas ideas que nos parezcan que van a crear una buena sociedad, porque la ética es al fin y al cabo un tema de innovación.” “Y ese va a ser nuestro camino a seguir como Fundación, trabajar para fortalecer esos ámbitos que nos parece que vale la pena fortalecer para crear una buena sociedad, y sin los que no podemos hablar de sociedades justas”.

Emilio Tortosa recibió en Valencia un sentido reconocimiento por toda su trayectoria empresarial

 El economista Emilio Tortosa ha sido nombrado hijo adoptivo de la ciudad de Valencia como reconocimiento a una trayectoria profesional y personal fuertemente vinculada al desarrollo de esta ciudad

Tortosa, actual presidente de la Fundación ÉTNOR para la ética de los negocios y las organizaciones, empezó en la Caja de Ahorros de Valencia como botones con tan sólo 14años, para ser nombrado en 1989 su Director General. En este período, transformó las antiguas estructuras de la caja en un moderno grupo financiero configurando el modelo de lo que hoy es Bancaja. A su época como director general se deben desde el propio nombre de la entidad, su lema “unidos por Bancaja”, su importante Obra Social y cultural, y convertir a la Caja en una de las primeras entidades del sistema financiero español. Pero lo más importante del paso de Tortosa por Bancaja, y de lo que él personalmente se siente “más orgulloso”, es de la conformación de una nueva cultura surgida del mestizaje de los nuevos profesionales contratados procedentes de bancos, auditoras, consultoras, y la floración de los mejores profesionales de la Caja.

Destacado defensor de la ética en la actividad empresarial, Tortosa impulsó el modelo de cajas en nuestra comunidad, como un sistema favorecedor de “desarrollo y solidaridad, que fomenta la adhesión, los sentimientos y el sentido de pertenencia”. Una filosofía basada en el ahorro que, como el propio Tortosa definía, significa: “privarse de las cosas pequeñas para conseguir las grandes”. Para Tortosa “las Cajas son el espíritu de la Ilustración, la base de la civilización europea del bienestar, la representación de la sociedad civil, las ONG´s más antiguas de Europa, las organizaciones del futuro”, y están “ancladas en una tradición de servicio a la comunidad”.

Hoy es momento de revisión del modelo de cajas, pero revisar no significa olvidar su esencia, pues en palabras del propio Tortosa, el futuro no se construye desde la nostalgia de lo que fue, sino “desde la creatividad”, “convirtiendo las amenazas en oportunidades” y uniendo los esfuerzos en un plan “que gestione la dualidad entre el pasado y el futuro”.

Su espíritu innovador y altamente comprometido con su entorno llevó a Emilio Tortosa a fundar la librería Xúquer en Alzira, ciudad que le vio nacer, en pleno franquismo. Contribuyó a la formación de La Nostra Escola Comarcal y en la fundación de la revista de pensamiento cristiano Saó. También se vincula al mundo universitario, siendo profesor asociado de dirección de empresas de la Universidad de Valencia, y convirtiéndose en el Director de la Cátedra de Innovación y Creatividad (INCREA) de la Universitat Jaume I de Castellón, de la que es actualmente asesor. Ha sido presidente del Centro Europeo de Empresas Innovadoras (CEEI) desde 1991 hasta este año. En 1991 funda también, junto a un grupo de reconocidos empresarios y académicos como Adela Cortina, Josep Mª Blasco o Carlos Turró, la Fundación ETNOR, fundación que hoy preside, y que sigue luchando y trabajando por unas empresas y organizaciones más éticas al servicio de la sociedad y de los ciudadanos.

Este reconocimiento de la ciudad de Valencia es otra más de las muestras de agradecimiento que el entorno de este economista rinde a su trabajo, y que se suma a la Medalla de Honor de Oro de la Fundación Caja Segorbe, la Insignia de Oro con el Escudo de la Ciudad de Alzira, ser Padrino de la Bandera de Alzira, y el Reconocimiento a la mejor trayectoria profesional otorgada por la Revista Economía 3.

En el acto ha sido nombrado también Hijo de la Ciudad el padre José Climent Barber, fundador de la Escuela Municipal de Música, y se ha otorgado la medalla de oro 9 d’Octubre a tres instituciones de gran importancia en la sociedad valenciana: al Colegio Imperial de Niños Huérfanos San Vicente Ferrer, institución valenciana con casi 600 años de antigüedad; la Gran Asociación de Beneficencia Domiciliara Nuestra Señora de los Desamparados; y el Regimiento de Caballería Ligera Lusitania 8, que el año pasado celebró su 300º aniversario.

Adela Cortina y Jesús Conill inaguran el XX Seminario ÉTNOR de Ética Económica y Empresarial

 La 1ª Sesión del XX Seminario ÉTNOR de Ética Económica y Empresarial tendrá lugar mañana jueves en la sede de la Fundación Bancaja, Valencia.

Adela Cortina y Jesús Conill, Catedráticos de Ética de la Universidad de Valencia, inauguran mañana jueves 7 de octubre a las 19.30 h la XXª edición del Seminario ÉTNOR de Ética Económica y Empresarial con una conferencia titulada: «La meta de la economía y la empresa: una buena sociedad».

El Seminario dedicará este curso a analizar la cuestión de la necesidad de «Revitalizar las empresas para construir una buena sociedad». Bajo este título diferentes ponentes del mundo académico y empresarial reflexionaran entorno a las palancas de cambio que es necesario tener en cuenta para generar una buena sociedad, y el papel que juegan en ello los distintos actores: empresas, ciudadanos, administraciones públicas, etc.

Como novedad para este año, comentar que el desarrollo de los diferentes seminarios podrán ser seguidos puntualmente a través de Comunidad Étnor (http://comunidadetnor.ning.com/), así como debates y reflexiones posteriores alrededor de sus contenidos.

Para más información e inscripciones, puede visitar la páguina web de la Fundación (http://www.etnor.org/), contartar directamente a través de correo electrónico (fundacion@etnor.org ) o mediante teléfono (96.3349800)

Economía sin ética

Adela Cortina, 05/10/10

 La catastrófica crisis económica que vivimos, tan dolorosa para millones de personas con nombre y apellidos, ha estallado cuando está boyante el discurso de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en memorias anuales, índices de empresas responsables, masters y publicaciones. La pregunta es inevitable: ¿era cosmética o ética?, ¿maquillaje para tener buena apariencia o vitaminas que fortalecen por dentro?
De todo hay, claro está, y existen causas de muy diverso género. Pero la crisis es también una prueba de que buena parte de las organizaciones del mundo económico y político no han asumido ese discurso, cuando en realidad pertenece a la entraña misma de esos mundos: no viene de fuera, sino que es suyo.
Una empresa inteligente -viene a decir el discurso- no opta por una ética del desinterés, cosa imposible para una empresa moderna, sino del interés común. No abandona el mundo de los incentivos, de la búsqueda del beneficio y la viabilidad, sino que trata de lograr su beneficio a través del beneficio compartido. Por eso intenta convertirse en esa «empresa ciudadana» que las gentes ven como cosa suya, porque genera riqueza material, trabajo y valores intangibles en su entorno. Apuesta por la transparencia que va generando confianza y forjando la reputación, valores sin los que es difícil mantener la viabilidad. Por eso, la empresa prudente trata de conocer las aspiraciones de sus grupos de interés y de responder a ellas. Responsabilidad, transparencia y confianza son entonces imprescindibles para alcanzar el bien de la empresa al medio y largo plazo. Siempre que exista un marco institucional capaz de asegurar razonablemente que se cumplen las reglas de juego.
No ha funcionado en demasiados casos el marco institucional, encargado de controlar las actuaciones financieras, de poner sobre aviso a inversores y a consumidores. Han fallado los marcos y por eso es necesario el control. Pero a pesar de la convicción leninista de que «la confianza es buena, pero el control es mejor», los dos son imprescindibles. Sin control, los bancos juegan al riesgo excesivo, al préstamo basura un día y a no prestar al siguiente, los ayuntamientos avalan recalificaciones, los consumidores se endeudan más allá de lo razonable y llega un tiempo en que el tren de la actividad económica da un brusco frenazo. Que parece que, al menos en parte, es lo que nos ha pasado. Pero sin confianza decaen las transacciones, disminuye la inversión, escasean los préstamos, cierran las empresas, aumenta el desempleo y crece el sufrimiento.
¿Es que el discurso de la RSE, como ha dicho José Ángel Moreno, está en realidad desvinculado de los sistemas de gobierno corporativo? ¿Es que no se ha incorporado al núcleo duro de una muy buena parte de empresas, cuando en realidad les es consustancial?
Tal vez lo que ocurre es que hay dos tipos de incentivos, los buenos y los malos, los que pertenecen al juego limpio de la empresa y los espurios. Los últimos pueden ser útiles en alguna ocasión, pero no ser los principales, como mostraba el filósofo MacIntyre con el ejemplo de un niño, cuyos padres quieren que aprenda a jugar al ajedrez y, como no le gusta, le prometen caramelos cada vez que juegue. El incentivo de los caramelos puede servir para que conozca el juego y se interese por él, pero si con el tiempo sigue sin gustarle por sí mismo, hará trampas cuando pueda.
Si el directivo de un banco al asesorar a los clientes está pensando en que su salario o su ascenso dependen de que inviertan en determinados fondos, intentará persuadirle de que es un riesgo asumible con el que ganará considerablemente. Las demás opciones son «conservadoras», adjetivo que tiene ya un sentido peyorativo. Claro que, a diferencia del ajedrez, el directivo también cuenta con la ambición del cliente. Pero no es un buen profesional el que no advierte de los riesgos previsibles, ni el que hace préstamos basura, porque no es ése el sentido de su profesión y por eso genera desconfianza.
Si globalizamos la partida de ajedrez, resultará ser que, además de las turbulencias de que hablan los economistas, ha habido organizaciones y gentes concretas que no han creído en el valor de su profesión, que han arriesgado lo suyo y lo ajeno, convencidos de que a ellos les sacarán las castañas del fuego. Lo peor de todo es que en este juego algunas veces pagan los protagonistas, pero en todas las ocasiones pagan los peor situados, los débiles. Los que se quedaron sin trabajo, los que no pudieron pagar la hipoteca, los que tuvieron que cerrar su pequeña empresa, los inmigrantes que regresaron a sus países y se acabaron las remesas, fuente principal de ingresos para esos países.
En el documento de la última cumbre del G-20, los líderes mundiales hacen una afirmación asombrosa: «Reconocemos la dimensión humana de la crisis». Pero ¿es que ha existido alguna vez una actividad económica sin dimensión humana? ¿No es cierto que la economía ha de ayudar a construir una buena sociedad y, cuando no lo consigue, fracasa rotundamente, teniendo en cuenta que esa buena sociedad hoy ha de ser mundial?
Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, Académica de la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas, y directora de la Fundación ÉTNOR.


Artículo publicado en el periódico El País, (05/05/09)

Fernando del Rosario: “La gestión de la diversidad en la empresa es una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad”

 Cruz Roja Española ha celebrado hoy jueves 30 de septiembre la VI Jornada de Empleo en la sede de la Fundación Bancaja. En esta ocasión, la Institución ha abordado la gestión de la diversidad en el colectivo emprendedor y empresarial responsable. En la inauguración de la Jornada, el presidente de Cruz Roja Española en la Comunidad Valenciana, Fernando del Rosario, ha señalado que “la gestión de la diversidad en la empresa es una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad”.
La acción se enmarca dentro del proyecto Empresa Divers@ de Responsabilidad Social de Cruz Roja Española, y que cuenta con el apoyo del P. O. Plurirregional Lucha contra la discriminación del Fondo Social Europeo y Consum. A la VI Jornada de Empleo han asistido más de 80 personas, entre empresas, Administración, Tercer Sector, y trabajadores y trabajadoras. El objetivo es aglutinar experiencias prácticas sobre la contratación de colectivos vulnerables, nuevas formas exitosas de gestionar la diversidad en el mercado de trabajo, y conocer la importancia del colectivo inmigrante en la creación de empresas.
Por todo ello, se ha contado con las aportaciones de Bancaja, la Fundación Étnor, CEIMIGRA, Cámara de Comercio de Valencia, y de empresas como IMPORTACIO SA, DISPROMERCH SL, NH Hoteles SA, entre otros. Además, ha participado el Catedrático de Ética de la Universidad Jaume I de Castellón, D. Domingo García Marzá.

Balance Plan de Empleo en la Comunidad Valenciana
Los Servicios Integrados de Empleo de Cruz Roja Española han conseguido empleo en la Comunidad Valenciana para 1.602 personas durante 2008 y 2009, mientras que en el primer semestre de este año, se han registrado un total de 313 inserciones laborales.
En cuanto al programa de autoempleo, desde 2000 la Institución ha asesorado a 138 empresas a iniciar su actividad. Entre ellas, predomina el sector servicios con 93 empresas puestas en marcha, de las que 29 fueron comercios y 32 estaban dedicadas a la hostelería.

Para más información o entrevistas contactar con el Departamento de Comunicación de Cruz Roja Española llamando al 96 310 70 98 y 616 59 54 17 http://www.cruzroja.es/ Colabora con Cruz Roja: 902 22 22 92. Hazte socio / voluntario

La integración de colectivos vulnerables, responsabilidad de la empresa

Carmen Martí, 30/09/10
 Domingo García-Marzá, Patrono y director de proyectos de la Fundación ÉTNOR, ha abierto hoy la VI Jornada de Empleo e Inmigración de Cruz Roja con una conferencia marco sobre la Ética y la Responsabilidad Social desde la perspectiva de la integración de los colectivos vulnerables.
Fernando del Rosario, Presidente de Cruz Roja en la Comunidad Valenciana, ha destacado durante la inauguración la “importancia de la dignidad de las personas y del trabajo como uno de los pilares fundamentales para el reconocimiento y la autoestima”. “La falta de empleo –ha afirmado- es una de las principales causas de exclusión social”.

Domingo García-Marzá, Catedrático de Ética empresarial, ha destacado la importancia de aclarar conceptualmente de qué estamos hablando cuando hablamos de ética, responsabilidad social y acción social para evitar, ha dicho, “la demagogia política y usos fraudulentos de los conceptos”, ya que no son lo mismo.

Muy resumidamente ha destacado que “la ética es el carácter de la empresa, como es y se comporta”; la responsabilidad social tiene que ver con “cómo obtiene el dinero, y es parte pero no todo de la ética”; y la acción social es lo que la empresa hace con parte del beneficio ganado, “y es una parte de la RSE, pero no la más importante”.

Esta distinción es fundamental, ha afirmado el Catedrático, “porque si hablamos de integración de colectivos vulnerables en la empresa como acción social, por ejemplo, a través de donaciones, es una cuestión voluntaria, pero si lo entendemos como parte de la responsabilidad de una empresa, entonces pasa a ser una cuestión exigible, una obligación moral”.

El profesor, quien además es Director del Observatorio de Ética y Responsabilidad Social de la Comunidad Valenciana –ERSE-, ha adelantado algunos datos de la segunda edición del estudio que se presentará en los próximos meses. Según los datos del ERSE´09, los empresarios perciben que en la Comunidad Valenciana la integración de colectivos desfavorecidos no es una práctica muy extendida, y está muy por detrás del resto de prácticas analizadas en el Índice de Responsabilidad Social, opinando los empresarios entrevistados que las empresas no toman las medidas oportunas para integrar a estos colectivos. “Hay que convencer a nuestras empresas de que la gestión de la diversidad no es un pasivo para la empresa”, ha sentenciado García-Marzá, “y seguir trabajando en forma de alianzas entre empresas, administraciones y tercer sector”.

Monedas complementarias para desarrollos autónomos y sostenibles

Carmen Martí., 21/09/10

 “Otra economía no sólo es posible, si no que ya funciona desde hace décadas”.

Ayer tarde tuve la suerte de poder compartir dos horas largas con un experto japonés, “Miguel” Yasuyuki Hirota para los amigos españoles, experto en bancos de tiempo y monedas sociales, que por extrañas confluencias pasa unos días en Europa y afortunadamente para los pocos que compartimos con él la tarde de ayer, también en Valencia. Acudí al encuentro, organizado por varias asociaciones, y directamente recomendado por el Colegio de Economistas de Valencia. He de reconocer que en principio me sorprendió un tema tan “diferente” convocado directamente por los propios economistas; “¿piedras en su propio tejado?”. No me sorprendió tanto que a pesar de lo novedoso del tema, de la excepcionalidad de que el ponente pudiera estar en Valencia compartiendo su experiencia por todo el mundo con nosotros, y de vivir en una ciudad con cerca del 30% de paro, en la sala no hubiera más de 30 personas. ¿Falta de poder de convocatoria? El resto de actos organizados por el COEV muestran lo contrario.

He de reconocer que aunque mi condición de experta en ética y responsabilidad social me empuja a buscar alternativas justas y más equitativas que el actual sistema económico dominante, no soy experta en economía, y suelo acercarme con cautela a las alternativas económicas que se presentan y que la mayoría de las veces desde el punto de vista práctico son difícilmente realizables y completamente incompatibles con el sistema económico actual. Se habla de cambios de mentalidad, de “giros” de 180º sin los que no es posible aplicar ninguna de estas alternativas. La grandeza del seminario de ayer reside, a mi modo de ver, no sólo en la justificación de que otra economía más justa es necesaria, y los valores que se deben potenciar para un mundo más humano, más justo, y más sostenible, sino en la cantidad de ejemplos exitosos que Yasuyuki compartió con los allí presentes. Mis conocimientos sobre monedas alternativas eran muy limitados, y se reducían a los ejemplos de bancos de tiempo con los que contamos en nuestro país. Yasuyuki nos dio herramientas suficientes en apenas unas horas para seguir trabajando y ampliando conocimientos sobre estos modelos alternativos, incluso mejor aún, complementarios a los actúales.

Comparto con todos vosotros/as algunas de las claves, y sobre todo algunos ejemplos dados por Yasuyuki, para vuestro conocimiento y difusión de este modelo, para que el paso de Miguel por Valencia no quede en esas 30 personas.

A comienzos de los años 30 del siglo pasado, los habitantes de Wörgl, un pequeño pueblo situado en el Tirol austriaco, tomaron la decisión de acuñar su propia moneda para afrontar las consecuencias de la Gran Depresión. En poco tiempo vieron como se solucionaban los problemas del presupuesto municipal, el desempleo y la actividad económica local. Poco después, en Suiza se fundó una Cooperativa de Crédito que lanzó una moneda propia denominada Wir y que desde entonces ha sido una moneda complementaria del Franco Suizo, a la vez que un eficaz estabilizador para la economía y apoyo para las pequeñas empresas del país (más de 72.000 asociados). Más recientemente, a partir de la década de los 80’s del siglo pasado, han surgido numerosas experiencias relacionadas con la creación de bancos de tiempo y monedas sociales con gran beneficio para las comunidades locales que las han comprendido y apoyado, siendo muy reputadas las experiencias de Japón, con su moneda Fureai-Kippu y Estados Unidos, con sus míticos “Time- Dollars” e “Ithacas”. La Política Regional impulsada por la Unión Europea contempla la posibilidad de que las regiones europeas se doten de monedas sociales y regionales. Alemania cuenta con más de 60 de ellas y en Francia ya son seis regiones las que disponen de ésta clase de mecanismos.

La experiencia de Yasuyuki en su país natal, Japón, cultural y geográficamente muy distinto a Europa, es sin embargo la experiencia de un país con un 60% de paro, una crisis económica muy severa y enormes desigualdades sociales. Una experiencia, por ende, similar a la que muchos países de todas partes del mundo viven hoy día. La crisis económica actual se ha convertido en la primera crisis prácticamente mundial, razón por la cual cualquier experiencia exitosa, cualquier ejemplo de cualquier parte del mundo es hoy digno de estudio y atención. Miguel Yasuyuki, sin embargo, habla un español perfecto con acento argentino, y tiene un conocimiento profundo de estos ejemplos de Monedas Complementarias (MC) a lo largo de todo el mundo. La razón de esto es doble: por un lado, el deseo de conocer cuantos más ejemplos posibles de estas experiencias. Por otro, sin embargo, las trabas del gobierno japonés al desarrollo de estos sistemas complementarios por el éxito que tuvieron en Japón hace unos años. Japón no es el único caso donde estas verdaderas alternativas, que han sacado de la miseria y devuelto la dignidad a través del trabajo a miles de personas, han sido prohibidas o dificultadas por autoridades políticas o económicas. La iniciativa austriaca de Wörgl, gracias a la cual hubo una recuperación rápida del comercio local y se cubrieron las necesidades básicas de los habitantes de esta región tirolesa, fue prohibida por el Banco Central Austriaco al año siguiente de su puesta en marcha, en 1933.

La base de las teorías de moneda social es la insostenibilidad e injusticia del sistema monetario actual. El caso de Grecia en Europa, que ha afectado enormemente a la zona euro, muestra la debilidad de la moneda, y como el medio de intercambio depende enormemente de factores externos que ni gobiernos centrales, ni autonomías, ni bancos centrales pueden controlar al 100%. Otro de los aspectos esenciales de esta teoría es la cuestión de si deberían crecer las economías nacionales siempre, de forma exponencial. Esta clave capitalista pone en severo riesgo la sostenibilidad del mundo. Yasuyuki utilizó un símil que aunque severo es una llamada de atención importante ante esta corriente económica: “El hombre no crece exponencialmente toda su vida, digamos que a los 20 años deja de crecer. ¿Qué elemento natural crece hoy en día de manera exponencial? El cáncer. Nuestro sistema económico está destinado a agotar todos los recursos naturales del planeta”.

Margrit Kennedy, arquitecta, profesora y ambientalista alemana, defensora de las monedas complementarias y la economía sin inflación, afirma que es “prácticamente imposible llevar a cabo los conceptos ecológicos actuales sin alterar fundamentalmente el sistema monetario actual o la creación de nuevas monedas complementarias”. Su obra más conocida está traducida al español y es gratuita en Pdf, Dinero sin inflación ni tasas de interés. Para Kennedy “con el sistema económico actual estamos redistribuyendo la riqueza entre los ricos”, como es el caso de Alemania, donde el 80% de la población paga más que gana mientras sólo el 10% gana más que paga.

Por otro parte, el actual sistema monetario premia y favorece las inversiones a corto plazo debido a las tasas de interés positivas. “No merece la pena invertir en robles, si los pinos son más rentables a corto plazo”. Pero las cosas importantes en la sociedad son proyectos a largo plazo, como invertir en sanidad o educación. Es necesario otro modelo económico que favorezca y premie las inversiones a largo plazo.

Yasuyuki destacó también la importancia de saber “¿qué es el dinero?”, porque todos hablamos de él, y sabemos qué podemos hacer con él, pero muy pocos conocen exactamente qué es. Aunque hay varias definiciones, Yasuyuki recogió la de Bernard Lietaer que define el dinero como “un acuerdo dentro de una comunidad de usar algo como medio de intercambio” en su libro, publicado también en español, El futuro del dinero. Para Yasuyuki esta definición es fundamental, pues “podemos cambiar nuestro sistema monetario y/o tener sistemas monetarios complementarios”. “Podemos llegar a otro acuerdo válido y provechoso para la comunidad”. Esta es una de las razones fundamentales que están debajo de las iniciativas de monedas complementarias, el acuerdo de mejorar la sociedad al margen de lo establecido, que no es de ningún modo el “único” sistema posible, ni tampoco el más deseable.

Otro concepto fundamental en economía es el de capital. Según la Real Academia Española, capital es “factor de producción constituido por inmuebles, maquinaria o instalaciones de cualquier género, que, en colaboración con otros factores, principalmente el trabajo, se destina a la producción de bienes”. Pero capital no es sólo el capital físico, o el capital financiero; hay otro tipo de capitales igualmente fundamentales como son el capital natural (los ríos, los montes, los bosques, etc.), el capital humano, y el capital social (la confianza, el conocimiento, etc.). Como afirma el Catedrático D. García-Marzá, los “peligros del reduccionismo economicista” nos han llevado a no valorar los recursos intangibles. “La racionalidad económica nos tiene acostumbrados a considerar sólo aquello que se puede contar, medir y calcular que despreciamos un significado importante de la palabra intangible que recoge perfectamente nuestro diccionario: `de tal naturaleza que merece extraordinario respeto y no pueden ser alterado, menoscabado o violado´” [García-Marzá, Ética empresarial. Del diálogo a la confianza, Trotta, 2004, pág.50]. El capital social subyace a la estabilidad que requieren los mercados y las empresas, y precisamente la crisis de confianza en la economía, la empresa, los políticos, que se ha dado en los últimos años ha puesto de nuevo sobre el tapete la importancia de estos “recursos morales” para el buen funcionamiento de las instituciones.

Precisamente las monedas complementarias basan toda su fortaleza en el capital social, en los “recursos, mecanismos o medios de los que disponen los actores sociales para la cooperación y la satisfacción de los intereses recíprocos. En definitiva, para agruparse y organizarse con el fin de alcanzar objetivos comunes”. [García-Marzá, 2004:52]. Un capital que, a diferencia del financiero o el físico, tiene la naturaleza de “bien público”, y se multiplica cuanto más se usa.

En su libro Lietaer presenta una interesante teoría que equipara el dinero convencional con los valores masculinos (Yang) y las monedas complementarias con los femeninos (Yin). Para Lietaer, la clave es conseguir el equilibrio entre ambas esferas (Ver A World in Balance? ).

Responsabilidad social, algo más que acción social

20/09/10, Domingo García-Marzá.

 De una forma cada vez más extendida en nuestro sector empresarial, no así en la ciudadanía, tiende a verse la Responsabilidad Social Empresarial como el acontecer de acciones exclusivamente filantrópicas y altruistas con las que la empresa devuelve a la sociedad parte de los recursos prestados. Por lo general, estamos ante acciones destinadas a actividades sociales y culturales, al desarrollo humano y a la mejora del entorno social y medioambiental, cuya implementación es posible gracias a la aportación de una parte del beneficio económico generado o de los recursos disponibles. Pero este altruismo, siempre bienvenido, no debe identificarse con la responsabilidad social, con aquello que la sociedad espera de la empresa. Se trata de dos conceptos diferentes cuya confusión está llevando a que muchas empresas realicen actividades que pueden resultar contraproducentes para sí mismas a pesar del coste y esfuerzo invertido, además de generar desconfianza en la sociedad.

Cuando hablamos de responsabilidad social no hablamos sólo de filantropía, a la que también incluye. Cuando hablamos de responsabilidad hablamos de cómo la empresa responde de las exigencias legítimas que los diferentes grupos de intereses implicados en o afectados por su actividad han depositado en ella. Existen grupos internos, como trabajadores, directivos, accionistas, etc. Y, por lo tanto, una responsabilidad interna que afecta a beneficios, salarios, seguridad laboral, formación, etc. Y existen grupos externos como la comunidad en la que se inserta la empresa, la administración, etc. Hace muy poco tiempo se pensaba que las empresas alcanzaban credibilidad social, justificaban su actividad, sólo con maximizar el beneficio económico y cumplir con la legislación vigente. Sin embargo, actualmente la sociedad, los diferentes actores de la actividad empresarial, exige algo más, y ese algo más es lo que hoy ha quedado englobado dentro del concepto de responsabilidad social. En este sentido, la responsabilidad social consiste en la integración voluntaria de los temas sociales y medioambientales junto con los económicos. Es decir, una empresa responsable es aquella que se gestiona de manera sostenible, buscando el acuerdo de sus grupos de intereses e integrando en su gestión estos tres campos de actuación.

Estamos, pues, ante dos cuestiones relacionadas pero diferentes. Con la responsabilidad social, nos preguntamos por el cómo se han producido los beneficios y para quién son. Con la acción social, nos estamos preguntando qué hace la empresa con una parte de los beneficios alcanzados en el desarrollo de su actividad económica. Se trata de acciones filantrópicas dirigidas a la mejora del entorno natural y al desarrollo humano y social, actividades importantes y muy loables que son concretadas directamente por la propia empresa o indirectamente a través de organizaciones cívicas y solidarias. La acción social es parte de la responsabilidad social, de la ciudadanía corporativa, si así queremos llamar a la responsabilidad, pero no debemos confundir el todo con una de sus partes. Muchas veces tal confusión esconde la intención de ocultar acciones claramente irresponsables en el interior de la empresa al cubrirlas con el manto de la acción social. En este sentido, decimos que la ética se utiliza para “lavar más blanco”. Sin embargo, tales estrategias suelen acabar produciendo lo contrario de lo que pretendían, esto es, sólo reportan descrédito y desconfianza.

De hecho, uno de los resultados más significativos del Observatorio de Ética y Responsabilidad Social de la Comunidad Valenciana (ERSE-O6) realizado por la Fundación ETNOR, trata precisamente de esta diferenciación. Ante la pregunta “Qué cree que es la Responsabilidad Social Empresarial”, los directivos y empresarios respondieron en un 69,4% que “las empresas se preocupen por el impacto que su actividad tiene en la sociedad” y sólo en un 4’8% que “las empresas realicen acciones sociales”, alcanzando esta respuesta un escaso 11,4% cuando preguntamos a trabajadores, clientes y opinión pública en general. En definitiva, ni la empresa ni la sociedad confunden de hecho responsabilidad social con acción social.

En resumen, si queremos estar de acuerdo con aquello que se espera de la empresa, si queremos generar reputación y confianza, es necesario diferenciar y no confundir ambos conceptos, más aún ante la actual coyuntura de crisis económica. Es mejor dar los pasos convenientes hacia la responsabilidad social y comunicarlos a todos los grupos de intereses, buscando el diálogo y la aceptación. Entre estos pasos se encuentra la acción social. Pero ésta sólo será efectiva si forma parte de un conjunto más amplio de acciones que denominamos responsabilidad social. El gran reto pendiente para nuestras empresas es la comunicación de la Responsabilidad Social, de las acciones que están realizando y en la mayoría de las ocasiones no llegan a la opinión pública. Sólo desde esta comunicación, puede la acción social ser vista y apreciada como parte de la responsabilidad de la empresa.

23ª EBEN Europa: Wich values for wich organizations

Carmen Marti, 08/09/10
 A partir de mañana tendrá lugar en Trento, Italia, la 23 edición de la Conferencia Anual organizada por la European Business Ethics Network (EBEN). Este año el tema elegido ha sido «Wich values for wich organizations», lema bajo el cual académicos, doctorandos, representantes de ONG´s y empresarios debatiran conjuntamente sus propuestas e investigaciones.
Este encuentro pretende, partiendo de los desafios marcados por la crisis actual, estimular el debate de cómo la ética empresarial puede contribuir a superar la crisis y evitar situaciones similares en el futuro introduciendo, o reintroduciendo, la ética y los principios morales en las organizaciones.
Entre los ponentes principales se encuentran: Thomas Donaldson, Professor at the Wharton School of the University of Pennsylvania, US; Geoff Moore, Professor at the Durham University Business School, UK; Paolo Barilla, Vice-President of the Barilla Group, Italy y Stefano Zamagni , Professor at the University of Bologna and Johns Hopkins University, Italy.
En el encuentro presentaran papers más de 100 ponentes de toda Europa, entre ellos Roberto Ballester, Gerente de ÉTNOR, y J. Félix Lozano, Asesor de ÉTNOR, quienes desde Trento nos contarán la crónica de los asuntos más relevantes allí tratados a través de la Comunidad ÉTNOR.