Lorena Hurtado Malillos, Universidad de Valladolid
Este estudio analiza la situación de las lenguas minorizadas en América Latina, en especial del quechua, desde un enfoque histórico-jurídico. Para ello se remonta al descubrimiento del Nuevo Mundo, a los primeros años de conquista y a la labor realizada por la congregación dominica en la defensa de los pueblos y lenguas indígenas.
La actividad de las personas misioneras dominicas en el Nuevo Mundo no se limitó a aspectos teológicos. Estas personas misioneras contaban con una sólida formación humanística y un dominio de las lenguas clásicas, lo que les allanó el camino para convertirse en pioneras de la traducción y la difusión de las lenguas indígenas de América. Fue el misionero fray Domingo de Santo Tomás quien publicó en 1560 en Valladolid el primer diccionario quechua-español.
La orden dominica destacó por su lucha en favor de los derechos humanos y por su denuncia de los abusos cometidos a los indígenas por parte de los colonizadores españoles durante la conquista de América. El Sermón de Antón de Montesinos o las Crónicas de Bartolomé de las Casas son ejemplos de ello. Dicha labor tuvo también repercusiones en la metrópoli: en 1512 se promulgaron las Leyes de Burgos, que fueron el primer código de ordenanzas para proteger a los pueblos indígenas, y Francisco de Vitoria, padre del derecho internacional, quien estaba al frente de la Escuela de Salamanca, elaboró una carta de libertades de los pueblos originarios de América. La congregación dominica fue también fundadora de la Universidad Santo Tomás de Aquino (Santo Domingo), considerada la primera universidad del Nuevo Mundo. Ya entonces estos centros daban especial importancia al aprendizaje de lenguas. En las recién creadas cátedras de las universidades de Perú o México, las personas misioneras debían superar un examen de lenguas amerindias que les capacitaba para predicar.
Así, esta contribución trata el plurilingüismo y las lenguas minorizadas en el proceso de traducción y reivindica la función de la orden dominica en la protección de los pueblos del Nuevo Mundo y la conservación de sus lenguas.