La neuroeconomía y el neuromarketing fue el novedoso y actual tema elegido por el Director de proyectos de ÉTNOR y Catedrático de Ética Empresarial de la UJI, Domingo García-Marzá, quien vino a destacar que “hoy, gracias a los escáneres cerebrales, podemos afirmar que muchas de nuestras decisiones económicas son menos racionales de lo que creíamos, y que están mediadas por las emociones”.
Para García-Marzá, la ciencia ha “dilapidado” lo que llevan desmintiendo las teorías éticas durante siglos, “que la imagen del hombre económico que sólo busca su propio interés, la maximización del beneficio, es falsa”. Para el Catedrático, lejos de suponer el fracaso de la ciencia económica, , “le va a hacer ganar en cientificidad, apoyándose en el análisis de los procesos neuronales que subyacen a la toma de decisiones económicas”.
En el terreno concreto de la economía financiera, los descubrimientos apuntan que nuestros cerebros inversores nos llevan a hacer cosas que no tienen sentido racional sino emocional, lo cual no significa que seamos irracionales, sino que influyen más factores, combinando el cálculo de probabilidades con intuiciones emocionales. “Cuando se arriesga, se gana o se pierde dinero, se sienten algunas de las emociones más puras: evitar pesar, sentir orgullo, presentimientos, corazonadas, esperanza, avidez, pánico, felicidad, etc. todo un conjunto de emociones que no son externas sino internas a la toma de decisiones”. “Por esta razón muchos autores centran sus trabajos en el campo emocional de las inversiones, sabiendo que los mejores resultados se dan cuando se dominan estas emociones, y no cuando se eliminan”.
Por su parte, Antón Costas, Catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona, defendió el sistema financiero, “pero con reformas importantes”. Para Costas, “las finanzas han aportado a la humanidad un progreso y una riqueza sin igual. El crédito es el puente entre el presente y el futuro. Demonizar las finanzas a partir de lo que está ocurriendo sería muy mala solución”. Pero eso sí, “tenemos un reto, repensar el rol de las finanzas no sólo en cuanto a los mecanismos para distribuir el riesgo, sino como un mecanismo de administración de los activos de una sociedad”.
Y es en la definición de este rol dónde para Costas juega un papel fundamental la ética. ¿Son las finanzas una actividad proclive a la falta de ética? ¿Es el capitalismo más proclive a ello? Si releemos a los padres fundadores de la economía, como Adam Smith, vemos que esto no es así. “Tenemos que recuperar las virtudes de los padres fundadores, defender el valor de las finanzas, pero someterlas a algún tipo de regulación represiva, que introduzca elementos de auto regulación moral y ética. Y para ello es fundamental el papel de la sociedad”.
En cuanto al pulso que se está midiendo estos días entre España y la Unión Europea sobre las condiciones “del préstamo, por usar palabras de nuestro presidente”, el Catedrático lo definió como un “juego suicida”. “Es como cuando dos conductores ponen sus vehículos a toda velocidad en dirección el uno contra el otro hasta ver a quien le entra antes el miedo y frena, dejando ganar al otro”, lo que se conoce como el “juego del gallina”. Para Costas, “lo deseable sería que ambos conductores frenaran antes del encontronazo final, y cedieran algo en sus pretensiones”. Algo que quedará por ver en las próximas semanas.