Najat Sijilmassi, Universidad Jaume I
La situación política actual del mundo árabe ha llevado a una migración masiva de árabes hacia los países europeos, movidos por la esperanza de encontrar una vida mejor. Sin embargo, uno de los primeros obstáculos con los que se enfrentan los inmigrantes y las personas refugiadas es la incapacidad de acceder a muchos servicios locales, especialmente a los servicios públicos, debido a la falta de dominio de las lenguas estatales. Este tema es especialmente crítico en relación con el acceso a la justicia. En muchas ocasiones, los recién llegados no tienen más opción que buscar ayuda entre otros inmigrantes o personas refugiadas que lleven más tiempo en el territorio, incluidos menores de edad, para que interpreten o medien entre ellos y los servicios públicos. La abrumadora falta de prestaciones de servicios lingüísticos por parte de los estados conlleva la no integración de estas personas en las sociedades de acogida, lo que afecta a su desarrollo personal y al desarrollo socioeconómico de las sociedades que los acogen. El objetivo de esta contribución es debatir un estudio de caso específico: el de personas inmigrantes y refugiadas árabes que han escogido Valencia como su nuevo hogar. Se utilizaron dos métodos de recogida de datos: un cuestionario y protocolos de entrevistas personales. El cuestionario se diseñó para recopilar información sobre las diferentes situaciones en las que las personas refugiadas necesitaban asistencia lingüística: si la requirieron inmediatamente después de su llegada o durante todo el periodo de estancia en su nuevo país, si satisfacían sus necesidades y, en este caso, quién se hizo cargo de la mediación. Se llevó a cabo una entrevista semiestructurada con las personas encuestadas tras haber completado el cuestionario para recabar sus opiniones y puntos de vista en cuanto a cómo había repercutido la falta o presencia de mediación en sus posibilidades laborales, personales y sociales.