Belén Pérez Senra, Universidad Jaume I, Castellón, España
Una intérprete de lengua de signos en la sala de un tribunal tiene la función de asegurar la accesibilidad de la información y la comunicación a una o varias personas sordas. En la sala, se encuentran personas oyentes y sordas que pueden vivir en un mismo país, compartir una cultura, pero que tienen lenguas distintas y rasgos sociológicos dispares, desconocidos en su mayoría para oyentes, incluidos los que ostentan el poder en la situación comunicativa. Además, la información es normalmente transmitida por medios audiovisuales a los cuales la comunidad sorda tiene dificultades de acceso, una complicación que se une a la especificidad de normas y lenguajes de un tribunal, desconocidos para los ciudadanos en general y también para la comunidad sorda. En esta contribución, analizo, desde mi experiencia profesional como intérprete judicial de lengua de signos en tribunales de la Comunidad Valenciana, qué diferencias entre la lengua minorizada de signos y la mayoritaria oral no son tenidas en cuenta por los agentes jurídicos, incidiendo en los desequilibrios de poder.
Palabras clave: lengua de signos; interpretación; tribunales; administración de justicia