Lengua y derecho en centros penitenciarios: comparación entre diferentes países 

Bianca Vitalaru

La traducción e interpretación en centros penitenciarios, como ámbito de la traducción e interpretación en los servicios públicos, es un tema de suma importancia ya que el uso y comprensión de la lengua pueden suponer el conocimiento de un derecho y el acceso a un servicio, en condiciones de privación de libertad. La comunicación (entendida en sus diferentes acepciones, entender/comprender y poder comunicarse eficazmente en su idioma) es un derecho previsto en la legislación nacional e internacional. De hecho, la legislación procesal penal recoge como derecho el entendimiento y la comprensión de cualquier persona, independientemente de su origen, de la situación jurídica en la que se encuentra. Entre la legislación internacional que establece estos principios se encuentran el Convenio de Europa de Derechos Humanos, la Directiva 2010/64/UE, del Parlamento Europeo y del Consejo, del 20 de octubre o la Directiva 2012/13/UE, del Parlamento Europeo y del Consejo, del 22 de mayo.
En España, la siguiente legislación hace referencia a intérpretes y traductores o contempla la necesidad de comprensión como forma de amparo:  la Constitución, la Ley Orgánica 6/1985, del Poder Judicial, la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Ley Orgánica 4/2000, la Ley de Enjuiciamiento Civil, la Ley 12/2009, el Código Penal y el Real Decreto 190/1996, de 9 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento Penitenciario. Este último, (Reglamento Penitenciario español, 1996) recoge el derecho de los internos a comunicarse periódicamente en la lengua que ellos elijan con familiares, amigos y representantes de otros organismos.
Al investigar sobre integración lingüística en las instituciones penitenciarias españolas y europeas, Martínez-Gómez (2008) subrayaba la disparidad lingüística y la enseñanza de la lengua vehicular como solución principal en las instituciones penitenciarias de varios países de la UE (2008: 489), así como el poder que se le otorga al intérprete ad hoc del que dependen algunos de los derechos de los internos que se encuentran en una situación vulnerable. En otro estudio, Martínez-Gómez (2014) proporciona una visión general de las estrategias empleadas por los sistemas penitenciarios de todo el mundo para permitir la comunicación entre los internos extranjeros y los funcionarios penitenciarios.
En este estudio nos proponemos comparar la normativa penitenciaria y las estrategias utilizadas para facilitar la comunicación con población extranjera de España con la de otros países europeos (Rumanía, Francia y Reino Unido) para identificar similitudes y diferencias, percepciones y posibles buenas prácticas.

Palabras clave: derecho a la comunicación, penitenciario, traducción e interpretación, Rumanía, Francia, España.

“The prisoner may be helped by someone from the corrective services facility”: Language policy in prisons around the world 

Aída Martínez-Gómez

The growing numbers of imprisoned linguistic minorities around the world face multiple inequalities related to communication barriers. In fact, the language barrier has been identified as their main source of problems (Van Kalmthout et al. 2007: 17). Besides their hampered access to facilities and services, speakers with limited proficiency in the vehicular language(s) of the institution where they are being held are often disadvantaged by their lack of understanding of prisoners’ rights, the system of detention, and complaint and appeal procedures, as well as by their limited access to rehabilitation and treatment programs (Cole 2009: 109-110).
However, the legislation on foreign prisoners in different parts of the world demonstrates that protection of language rights fails to be a priority. This presentation will examine translation and interpreting policies in fifty prison systems in forty different countries, which were selected for this study based on their numbers of foreign prisoners. Their overt policy instruments (prison legislations and internal prison directives, when available) were analyzed qualitatively, following a bottom-up coding process facilitated by the software NVivo. This presentation will summarize the three-level typology of prison systems arising from that analysis. In it, prison systems are grouped according to the level of comprehensiveness of their policies. Selected examples will illustrate the policies that are representative of each category and the different types of policy instruments used to provide for language issues.

References
Cole, Andrew. 2009. A Human Rights Approach to Prison Management. London: International Centre for Prison Studies.
van Kalmthout, Anton; Femke Hofstee-van der Meulen & Frieder Dünkel (eds.) 2007. Foreigners in European Prisons. The Netherlands: Wolf Legal Publishers.

Linguistic injustice despite language rights? In dialogue during detention: raising awareness on language barriers for detainees in Belgium

Heidi Salaets, Shanti Heijkants & Katalin Balogh

The right to an interpreter is part and parcel of the roadmap for strengthening procedural rights of suspected or accused persons in criminal proceedings. Directive 2010/64/EU on the right to interpretation and translation in criminal proceedings has sought to lay down common minimal rules on this right to a fair trial. Arguably, the directive could be seen as a push towards the institutionalisation of interpreting and the professionalisation of interpreters in criminal proceedings. 

Assuming that vulnerability means a suspect’s or accused’s difficulty in understanding or following the content or the meaning of the proceedings, the interpreter could be seen as the gateway to facilitating such understanding. 

In our presentation, we will focus on Flemish and Brussels prisons in Belgium and answer the question as to how far language rights reach, assuming that they are at least respected during the criminal procedures that eventually lead to incarceration. Thanks to empirical data we obtained from foreign-language-speaking (FL) prisoners explaining their service paths up until detention, we will show that even during pre-trial and court proceedings, the interpreter is seldom or wrongly deployed. Moreover, language rights seem to stop at the prison gates in Belgium: the Law on the prison system and the legal status of detainees, along with the Coordinated Laws with regard to language use in administrative affairs, show that language rights are downsized to an absolute minimum. Since language in administrative affairs in Belgium concern Dutch, French and possibly German (to a lesser extent), almost half of the prison population (49 % being foreigner) depends on Google Translate, the use of second and third languages, pictograms, inmates and staff that operate as self-proclaimed interpreters, and all sorts of gestures. This information was obtained through interviews with prison staff and management and will describe also how fundamental human rights are violated through denial of language rights.

Programas de Atención a personas sordas reclusas y en Medidas Alternativas de la CNSE (Confederación Estatal de Personas Sordas)

Tiziri de Valcárcel Cabrera

Coordinadora del Programa de Instituciones Penitenciaria de la CNSE

Los centros penitenciarios de España cuentan con unas 200 personas sordas reclusas para las que, hasta el año 2018 no existía recursos que les garantizara la accesibilidad en la información, participación y comunicación en igualdad de oportunidades que el resto de reclusos. El Programa de Atención a Personas sordas reclusas nace en el año 2018 en el seno de la CNSE, Confederación Estatal de Personas sordas y se enmarca en el Protocolo General de Atención a la personas con

discapacidad en el ámbito penitenciario de la Secretaría general de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior. Desde finales de ese año la CNSE en colaboración con las 17 federaciones autonómicas que la integran, provee de recursos humanos y tecnológicos a los centros penitenciarios y a las oficinas de Servicios de Gestión de Penas y Medidas Alternativas para garantizar la accesibilidad de la información y la comunicación a las personas sordas.

Para ello cuenta con profesionales intérpretes de lengua de signos y personas mediadoras

sordas que se desplazan a los centros penitenciarios, Centros de Inserción Social y Oficinas de Gestión de Penas y Medidas Alternativas para garantizar que la comunicación sea accesible. Además, se ha incorporado el servicio de videointerpretación en lengua de signos (Svisual) en los centros citados como medida de apoyo a los recursos humanos garantizando así la accesibilidad en

las comunicaciones de las personas sordas reclusas con el exterior (profesionales y/o familiares con los que no podían comunicarse ya que solo existía la llamada telefónica) en igualdad de oportunidades con el resto de reclusos y la comunicación con los distintos profesionalesdel centros del ámbito penitenciario y extrapenitenciario.